Al poco tiempo de constituirse el Gobierno del cambio en Andalucía en enero de 2019, el hombre que estaba llamado a poner orden en las cuentas de la administración autonómica, Alberto García Valera, se vio obligado a dimitir. Provenía del gabinete del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pero una enfermedad le impidió seguir con sus responsabilidades en la región más poblada de España. Para sustituirle, Juanma Moreno recurrió a un diputado popular en el Congreso por Ceuta: Juan Bravo, funcionario de la Agencia Tributaria, profesor honorario de Derecho Financiero en la Universidad de Córdoba y militante del Partido Popular.
Tras recibir la llamada del recién estrenado presidente andaluz, Bravo no dudó en establecer su residencia en Sevilla para incorporarse a la Junta como Consejero de Hacienda. Y a las semanas de tomar posesión en el cargo asumió el mayor reto de su carrera: elaborar tres presupuestos seguidos, adaptando los prorrogados del 2018 a la nueva estructura autonómica, elaborando los del 2019 y presentando los de 2020. Algo que nunca se había dado en los últimos veinte años en Andalucía.
Su buen talante y perfil de hombre cercano, le permitió rápidamente tener buenas relaciones. Esto, unido a una gestión notable a ojos del presidente andaluz con sucesivas bajadas de impuestos o decretos de simplificación administrativa, le han permitido gozar de una alta popularidad y reputación en las filas de San Telmo, sede de la presidencia. Tanto es así que cuando se celebró el XX Congreso Nacional del PP, tras ser elegido presidente, Alberto Núñez Feijóo no dudó en nombrarle vicesecretario económico de su primera Ejecutiva.
Bravo se sumaba así a la cuota andaluza en el máximo órgano de dirección del principal partido de la oposición. El mayor peso, sin embargo, se lo llevó Elías Bendodo, consejero de la Presidencia de la Junta y coordinador general del PP, entre otros cargos. Entonces se especuló sobre qué futuro podían tener los dos. El primero, apuntaron fuentes del Ejecutivo andaluz, podría seguir compatibilizando ambos cargos, y el segundo no.
Una conversación entre Moreno y Bravo
Ahora las cosas han cambiado. Tras la arrolladora victoria de Juanma Moreno en las elecciones del pasado domingo con 58 diputados, toca empezar a diseñar el próximo gobierno. Y no está nada claro que el barón popular pueda seguir contando con una persona de su máxima confianza y en la que, hasta hace poco, confiaba su primer gran objetivo: las cuentas para el 2023. Así lo ha desvelado este miércoles el consejero de la Presidencia en funciones y coordinador general del PP, Elías Bendodo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. "Mi responsabilidad (como número tres del PP) me obliga a una dedicación absoluta. El consejero Bravo posiblemente vaya en la misma línea", ha asegurado.
Llegados a este punto, fuentes populares aseguran a Libertad Digital que la clave es si el todavía responsable de Hacienda andaluz puede compaginar ambos cargos, cosa que se presupone difícil. Ayer, en una reunión que mantuvieron Juanma Moreno y Alberto Núñez Feijóo tras escenificar la unión en la Junta Directiva Nacional, ambos abordaron este asunto. El presidente de la Junta, en su momento, llegó a defender en una entrevista en los micrófonos de esRadio que Bravo era "una cesión temporal". Pero el presidente nacional del PP no lo ve así.
En Génova 13 no descartan la posibilidad de que tras el fracaso del PSOE en las elecciones andaluzas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decida adelantar las generales previstas para diciembre del próximo año. Son conscientes de que la presidencia de turno de la UE condiciona esta decisión, pero el rumor no cesa. En cualquier caso, el marcador ya descuenta poco tiempo. Y gran parte de la estrategia del PP para derribar a Sánchez pasa por la economía y por conformar un gobierno en la sombra. Para ello, Bravo es una pieza importante.
Una misma meta: "Ayudar a Feijóo"
Bendodo ha dejado claro este miércoles que tanto él como Bravo tienen una meta en común: "Ayudar a que Feijóo llegue a la Moncloa". Desde el principio él ya dejó claro que el presidente de su partido pedía "exclusividad" para las personas de su equipo. Esta hipótesis pone contra la espada y la pared a su colega de Gobierno. Moreno, desde luego, quiere que siga liderando el área económica. Y se ha especulado con que tiene intenciones de elevarlo con rango de vicepresidente. Pero Feijóo, también cuenta con él. Por lo que la disputa está servida.
Dentro de tres semanas se conformará el Parlamento Andaluz. Tanto Bendodo como Bravo han ido en las listas de las autonómicas y tomarán posesión como diputados autonómicos. El primero, previsiblemente, abandonará la cámara para dar el salto al Senado por designación autonómica. El segundo podría seguir sus pasos. O no. Para Moreno la economía también es fundamental. De hecho, lleva semanas advirtiendo de turbulencias, con lo que quiere al mejor para manejar los números. Pero tendrá que convencer a Feijóo de que se puede tener a Bravo entre Sevilla y Madrid. Lo que ya nadie duda es que el presidente del PP no contempla renunciar a Bravo.