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Andalucía

Confiesa el asesino de Débora Morais, estrangulada y enterrada bajo hormigón en Málaga

La mató y ocultó su cadáver hace 6 meses. Después, siguió haciendo vida normal. Pero, en su última citación, la policía consiguió que se derrumbara.

La mató y ocultó su cadáver hace 6 meses. Después, siguió haciendo vida normal. Pero, en su última citación, la policía consiguió que se derrumbara.
El asesino de Débora Morais ocultó su cadáver en una nave del polígono La Estrella. | SOS DESAPARECIDOS/EFE

Cinco horas de interrogatorio hicieron falta para que el asesino de Débora Morais se viniera abajo y confesara el crimen. Gracias a la labor de los agentes que llevan el caso, acabó derrumbándose y conduciendo a los investigadores hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo: una nave de su propiedad ubicada en el polígono industrial de La Estrella en Málaga.

Allí, picó el suelo, hizo un zulo y enterró a su mujer. Sepultó el cadáver, que había envuelto en mantas e introducido en bolsas de basura de color negro, bajo una capa de hormigón. A continuación, tapó la ‘tumba’ con una máquina industrial. La colocó justo encima de donde ocultó el cuerpo y las pertenencias de su mujer, su documentación y los pasaportes de las niñas. Esto formaba parte del plan para dar credibilidad a su versión.

El asesino confeso ha explicado que mató a la víctima -estrangulándola- durante una discusión en el domicilio familiar. En un "arrebato", ha señalado. De eso hace ya medio año, 6 meses en los que el acusado siguió haciendo su vida como si nada. La víctima, con la que tenía dos hijas en común -de 5 y 17 años-, desapareció en el mes de marzo. Él manipuló a su entorno para que pensase que Débora, de 39 años, se había marchado voluntariamente.

Tanto es así que incluso que insinuaba que Débora podía volver para intentar llevarse a las menores y solicitó asesoramiento de un abogado para denunciar a la mujer por abandono familiar. Entretanto, él continuó haciendo una vida normal. Según ha contado su entorno a la policía, participaba en actividades cotidianas, como recoger a su hija menor del colegio, sin levantar sospecha.

"La coartada del sospechoso parecía no tener fisuras", explican fuentes policiales. Sin embargo, se percataron de que había "ciertas contradicciones" en las distintas conversaciones que tuvieron con él, tras citarlo en dependencias policiales en varias ocasiones y mantener diversas llamadas telefónicas. La última citación fue el pasado viernes, cuando terminó rompiéndose y admitiendo lo que había hecho.

El asesino confeso fue detenido y conducido a la Ciudad de la Justicia, aunque se negó a declarar ante el juez. No obstante, se le investiga por un delito de homicidio y el Juzgado de Instrucción número 13 de Málaga ha decretado prisión para el hombre, de 40 años y nacionalidad española.

Lo denunció un amigo

La investigación policial se inició el pasado 15 de abril. Un amigo de la víctima denunció su desaparición desde Palma de Mallorca. Débora no tenía familiares directos en España, ya que procedía de Brasil. A partir de ese momento, el grupo de Homicidios de la Comisaría Provincial de Málaga se hizo cargo de las pesquisas.

La mujer fue vista por última vez el pasado 28 de marzo. Hasta ese momento, convivía con el que fuese su marido, aunque estaban en trámites de separación. Si no llega a ser por eso, es posible que la historia hubiera acabado así: como la fuga de una madre que abandona a sus hijas. Así lo había vendido su asesino.

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