
La Unión Europea decidió incluir en 2020 en su lista de materias primas críticas, aquellas con una especial importancia económica y cuya escasez generaría un gran impacto, cuatro nuevos elementos. Entre ellos está el estroncio: un elemento químico con múltiples usos que en los últimos años ha resurgido por su importancia para el sector electrónico.
En su inmensa mayoría, el listado refleja la dependencia extrema de la UE de terceros países para el abastecimiento de elementos indispensables para productos tecnológicos de nuestra vida cotidiana. El estroncio, sin embargo, constituye una llamativa excepción: el 100% del estroncio que necesita la UE procede de España, que es, en la actualidad, el primer productor del mundo con un 31% del mercado (por detrás se sitúan Irán, con un 30% y China, con un 19%).
Los principales yacimientos de celestina (sulfato de estroncio) de Europa, uno de los dos minerales a partir de los que se extrae el estroncio, que no se encuentra aislado de forma natural, están en Granada. En concreto en el cerro Montevive, entre los pueblos de Las Gabias, Alhendín y La Malahá, y en Escúzar
Las primeras extracciones se produjeron en los años cuarenta para atender la demanda de la industria alemana de explosivos, según recoge el Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Décadas después, volvió a extraerse mineral en la región por ser un elemento imprescindible para los tubos de rayos catódicos de los televisores.
Tras altibajos en la demanda, el estroncio ha pasado a formar parte del catálogo de elementos imprescindibles para Europa por, entre otras cosas, sus aplicaciones en imanes cerámicos, medicina y aleaciones de aluminio. Según señala la Universidad de Granada, es un elemento con aplicaciones en electrónica (microchips), telecomunicaciones, informática, metalurgia, aleaciones, automoción, imanes permanentes y acumuladores eléctricos, entre otras.
Un nuevo método para aumentar la producción
La mayor de las minas que explotan el mineral, Minas de Montevive, gestionada por Canteras Industriales, se ha convertido en noticia por acoger un proyecto de los departamentos de Mineralogía y Petrología e Ingeniería Química de la Universidad de Granada con el fin de investigar las características químicas y mineralógicas de los materiales de cantera y escombreras. El objetivo es utilizarlos para concentrar celestina y "aprovechar al máximo el mineral", recudiendo los costes de explotación de la mina y los residuos, según explica a LD Noemí Ariza, una de las responsables del estudio, publicado en la revista Minerals.
Los investigadores afirman haber encontrado un método "ecológico y de bajo coste basado en la molienda y la separación por tamaños", un sistema que puede "hacer más sostenible la explotación minera, reduciendo desmontes y voladuras", explica Ariza. Con medios "respetuosos con el medio ambiente" se consigue aumentar "la concentración de celestina en colas y escombreras que por su ley actual no tienen cabida en el mercado", aumentando así "la eficiencia de la producción" y reduciendo los residuos.
La mina de Montevive, una explotación a cielo abierto, llegó a emplear a 50 personas. En la actualidad cuenta con doce empleados y sus reservas se estiman en varios millones de toneladas. En cuanto a la mina de Escúzar, inaugurada en 1990 y explotada por Kandelium Minerales, cifró en su día las reservas en un millón de toneladas.
Buena relación con el entorno
Desde la mina de Montevive, que se encuentra en la intersección de Las Gabias, La Malahá y Alhendín, destacan la buena relación con los tres municipios. "Desde Canteras Industriales se hacen todos los esfuerzos con los consistorios para tener una buena relación institucional y aportar en lo posible en lo social, para mantener una buena convivencia", señala Ariza, que también es ingeniera química en la empresa. Según destaca, todos los trabajadores proceden de los tres municipios, una muestra del esfuerzo por que los ciudadanos de las inmediaciones participen "de esta tradicional actividad granadina" y se involucren "en los avances y mejoras tecnológicas que están surgiendo".
En total, 260 municipios andaluces cuentan con explotaciones mineras, según señaló hace unas semanas el presidente, Juan Manuel Moreno, en un encuentro con el sector en el que recordó que la región está estrechamente vinculada a esta industria de la que dependen decenas de miles de trabajos directos e indirectos: "Contamos con las reservas más importantes de cobre, níquel, cinc, plomo, estroncio y otros elementos vitales para la transición energética y la independencia europea de las materias primas", destacó, avanzando que esta sería la legislatura de la autorización de grandes proyectos mineros en la comunidad autónoma.
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