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Andalucía

Andros Lozano: "Todas las bandas del mundo están introduciendo células entre el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol"

El periodista recibe a LD para hablar de Costo, un fenómeno editorial que ha agotado su primera edición antes de llegar a las librerías.

El periodista recibe a LD para hablar de Costo, un fenómeno editorial que ha agotado su primera edición antes de llegar a las librerías.
El periodista Andros Lozano autor de 'Costo. Las leyes del Estrecho'. | J. Romero

Una ventosa mañana de Viernes Santo Libertad Digital se cita en Cádiz con el periodista de Crónica Andros Lozano (Valencia, 1984) después de haber devorado Costo. Las leyes del Estrecho el último proyecto editorial de Libros del KO que lanzó Fariña en 2015 y que se convirtió en un auténtico fenómeno. Con Costo nos desplazamos a la costa andaluza, al Estrecho, para conocer la realidad del tráfico de drogas entre Marruecos y España; a los clanes andaluces y sus cabecillas; la corrupción de algunos agentes de la Policía y la Guardia Civil y un ecosistema en el que la geografía es un personaje más.

Libertad Digital: La costa andaluza y en especial la gaditana es algo así como un paraíso. ¿Tienen todos los paraísos un lado oscuro?

Andros Lozano: No lo sé. Si se da en otras zonas del mundo como Cancún u otros sitios. Si nos damos cuenta prácticamente toda la costa andaluza está muy urbanizada y tiene grandes núcleos urbanos, pero este tramo, prácticamente entre la desembocadura del Guadalquivir hasta Tarifa, son zonas que entre pueblos hay mucha distancia y donde se ha preservado el medio ambiente y la naturaleza. Si a eso añadimos que justamente enfrente está Marruecos que es el mayor productor de hachís del mundo y está muy cerca se unen las dos cosas. La facilidad de un entorno tan rural y tan deshabitado con enormes extensiones de playa para alijar o mover sus lanchas y encuentra un ecosistema en el que es más o menos fácil el hecho de traficar con hachís. Son dos factores: el litoral andaluz y, sobre todo, el de Cádiz y la cercanía a Marruecos. Mientras siga estando ahí Marruecos y Cádiz siga estando tan cerca va a ser prácticamente imposible que se acabe con el narcotráfico. Se podrá golpear o hacer una labor policial como la que están haciendo, muy buena, pero mientras se siga consumiendo y Marruecos esté ahí…

LD: El sur pobre, el del 30% de paro. ¿Se acostumbra a la ostentación de la riqueza del narco y la anhela? ¿Hay un caldo de cultivo en estas sociedades tan desiguales?

AL: En estos pueblos hay mucha economía sumergida. Hay un caldo de cultivo evidente de falta de infraestructuras, de falta de inversiones que reduzcan el paro, pero creo que no es una justificación para lanzarse en manos del narcotráfico. La inmensa mayoría de pueblos como Barbate, La Línea o Sanlúcar de Barrameda son gente honrada y humilde que sale adelante como mejor puede cada día. Lo que pasa es que si tú tienes tan cerca ese negocio que mueve tanto dinero es cierto que el que quiera dejarse corromper o al que quiera ganar dinero fácil lo tiene mucho más sencillo que el que viva en el País Vasco. Creo que nunca se puede justificar el narcotráfico por la falta de desarrollo socioeconómico de un lugar. Creo que el narcotráfico existe porque se consume la droga y porque hay gente que prefiere el dinero fácil y arriesgar su vida antes que trabajar de una manera digna y honrada. Es cierto que el contexto influye mucho y el que se hayan desarrollado o focalizado en distintas localidades de la costa andaluza también tiene su razón o sus causas. ¿Por qué en Sanlúcar? Porque está al lado el río Guadalquivir. ¿Por qué en Barbate? Porque tentaron a los pescadores que conocían el mar. ¿Por qué en La Línea o Algeciras? Porque es el punto más cercano y tiene una bahía muy grande para alijar. Creo que se dan distintas circunstancias. El hecho de la falta de desarrollo socioeconómico que empuja a alguna gente, aunque sea mínima, a lanzarse a traficar con droga y, luego, la propia geografía que lo propicia. No hay que vincular la falta de desarrollo como la causa primera de que exista el narcotráfico porque yo creo que no es así.

LD: ¿El componente geográfico pesa mucho más?

AL: Yo creo que sí. Estoy seguro que si aquí existiera un 5% de paro una parte de la población se seguiría lanzando al narcotráfico porque en una noche se gana mucho. Va a haber grandes narcotraficantes, gente que trabaje para ellos y evitar eso es imposible.

LD: Había un narco que se jactaba de dar más trabajo que la Junta de Andalucía.

AL: Eran unos tiempos en los que Barbate estaba abandonado. Se empezó con las primeras cuotas de la Unión Europea de cantidades de pesca, mucha gente la estaba abandonando y Antón el Gitano, como le llamaban, decía que había creado más trabajo en Barbate que la propia Junta de Andalucía. Era una fanfarronería, pero seguramente podía competir con la cantidad de empleo público que generaba la Junta. Por supuesto.

LD: Es fácil ver ese subdesarrollo en algunas zonas de Cádiz y cómo están tan cerca de unos sitios más pudientes.

AL: Ahí lo que han propiciado los propios narcos es crear una especie de guetos, zonas en los que ellos ejercen el control. Es verdad que en una zona en la que se junta gente honrada con los narcos es más complicado. Por eso existen zonas como el Zabal en La Línea, El Saladillo en Algeciras o Bonanza en Sanlúcar donde hay muchísima gente que se dedica a ello. El propio negocio ha ido generando zonas donde, de alguna forma, se ha preferido que no se desarrollen a que haya infraestructuras, carreteras o colegios y los propios narcos han visto como un beneficio para ellos. Ahí sí que puede que la Administración tenga cierta culpa porque se ha ido dejando durante muchos años.

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Un ejemplar de 'Costo. Las leyes del Estrecho'.

LD: Hay un momento de Costo que le dice el profesor sevillano afincado en Cádiz, Diego Colchón, que todo pasa por la educación. "Es necesario cambiar esa cultura de veneración al narco", afirma.

AL: Él lo que te dice es que con educación se compite contra ellos. Esa es la clave. A un chaval de 14 años le puedes decir: "Oye, estudia que con 28 a lo mejor tienes tu trabajo", pero si en la calle está viendo que hay gente con 28 que está ganando 1.000 euros y que él ya con 14 años puede trabajar de punto durante una noche y se va a llevar más dinero… ¿Cómo se lucha contra eso? Incluso, el hecho de desarrollar socioeconómicamente un área específica no te garantiza que el narcotráfico vaya a acabar. En Gibraltar también hay narcos y no tienen prácticamente paro y duplican la renta per cápita de La Línea. El hecho de invertir en sanidad, educación e infraestructuras no te garantiza tampoco que vayas a acabar con el narcotráfico o que se vaya a reducir. Fíjate si está desarrollada la Costa del Sol. Es otro mundo, pero todas las grandes organizaciones criminales tenían que estar allí.

LD: El Estrecho. ¿Cómo se combate esta frontera y cómo se podría ganar esta guerra al narco? ¿Estamos ganando?

AL: Es una guerra no sé si sin fin, pero sí que va a durar muchos años más. Mientras se siga consumiendo en Europa el hachís y que el sur de la Península Ibérica esté a unos minutos en lancha del norte de Marruecos el negocio va a subsistir. Se modificará, saldrán nuevos clanes y rutas de entrega. El negocio a corto o medio plazo es imposible que acabe. Tendría que involucrarse de una forma mucho más activa el Gobierno marroquí. ¿Quién puede predecir que lo va a considerar como un problema? Nadie.

LD: En Costo cuenta cómo hasta que no hay un tiroteo y unas muertes en Tetuán mientras Mohamed VI estaba cerca las autoridades no intervienen.

AL: En la entrevista que le hago a uno de los pilotos más reclamados cuenta que prácticamente no hay operaciones contra el narcotráfico salvo cuando al Rey le interesa o cuando se le quiere hacer ver al Rey que las autoridades policiales luchan contra el narcotráfico. Es lo mismo que con El Nene. También hubo un problema de que cerca de donde estaba el Rey hubo un tiroteo y hubo muertos. Hasta entonces no se actuó realmente contra él de una manera dura en su país. Mientras Marruecos no dé un paso al frente en la lucha contra el narcotráfico… Las autoridades policiales españolas te lo dicen: Con Marruecos no se puede contar. Y mientras que con Marruecos no se pueda contar lo que se puede intentar aquí cortar las cabezas de los clanes del narcotráfico, pero no el suministro. Siempre van a volver a salir otros. Mientras haya producto que mover y mientras haya consumo en Europa siempre va a haber alguien que esté dispuesto.

LD: Ahora también lo hacen con aviones o drones. Ellos van utilizando su I+D+I

AL: A ellos el dinero les sobra. El que no conozca este mundo y se le diga que en la frontera de Ceuta se traficaba con drones, que empezaron a probar con drones pequeños y cuando vieron que no pasaba nada se hizo una inversión grande para drones que tuvieran una capacidad de carga mayor o que haya organizaciones que se traigan a pilotos de Sinaloa, México, para, desde pistas de aterrizaje clandestinas en mitad de Extremadura y Andalucía, ir a Marruecos y traer media tonelada o una tonelada de hachís… el que escuche eso dirá: ¿Esto sucede aquí? Esto es lo que hay aquí. Ese era el objetivo del libro: contar una realidad que la mayor parte de la sociedad española desconoce. Otro objetivo era contar por qué hemos llegado aquí. Para eso faltaba contar de dónde viene el negocio, cómo ha ido cambiando y cómo se ha ido afectando a determinadas localidades y en cada una de ellas ha tenido sus características. No es lo mismo el narcotráfico hace 35 años en Barbate que la sofisticación y la industria a las que se ha llegado en los últimos años en el Campo de Gibraltar. Con Costo quería contar porqué en los últimos 40 años en determinados sitos ha afectado más y otros menos y explicar a la gente que detrás de esa persecución que ven en un informativo o de esa incautación de coches o de bienes hay muchísimo más. Hay organizaciones que tienen la capacidad para traerse gente de México o que se puede invertir en drones para traficar por la frontera porque estaba cerrada por la pandemia.

LD: El piloto mexicano confunde a unos agentes de la Guardia Civil con unos funcionarios e intenta comprarles.

AL: En ese momento no llevaban hachís encima sino que habían tenido un problema con la aeronave. Los agentes ven que hay algo raro y no dicen que son guardias civiles para seguir investigándolo, pero uno de los mexicanos les dice que en su país se arregla de otra forma. Ellos se hacen los tontos y ya está. Evidencia la capacidad que tienen algunos de traficar. La idea de que si tienen que corromper a ciertas personas está traída de México. Es una anécdota curiosa que habla de cómo funcionan los clanes de la droga.

LD: Llega un momento en el que si ves a mexicanos o colombianos pululando por la zona salta la liebre.

AL: Las fuerzas policiales esto lo tienen muy claro. Cuando aquí vienen de viaje o de turismo, pero se instalan por aquí sin actividad económica esa gente en seguida por su procedencia canta. Por supuesto que todos los que vengan no van a ser narcos, pero todas las bandas organizadas del mundo prácticamente están introduciendo células con personal entre el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol. Es un hecho. Te lo dicen las fuerzas policiales. Son dos razones: estamos ante la principal vía de entrada de hachís de Europa y está el Puerto de Algeciras que es una de las principales vías de entrada de cocaína en Europa. Todo el que tenga interés en el tráfico de estupefacientes tiene que tener presencia en esta zona.

LD: Según Costo en la Costa del Sol hay "113 organizaciones criminales de 59 nacionalidades". ¿Es un puerto franco? Cada vez hay más ajustes de cuentas y un aumento de la violencia y esas noticias acaban trascendiendo. Por ejemplo, cuando hubo un tiroteo en una discoteca en la que estaba Froilán

AL: La cercanía de la Costa del Sol al Campo de Gibraltar lo que hace es que todas esas organizaciones se tengan que instalar por la zona porque ellos quieren controlar ese producto. Los narcos del sur son intermediarios, ellos no controlan el producto. Sí que lo ponen en manos de clientes. ¿Por qué en la Costa del Sol? Porque es una zona más cosmopolita y más abierta que el Campo de Gibraltar, tienen ese doble beneficio. La cercanía y el cosmopolitismo que les hace pasar más desapercibidos.

LD: Con la pujanza económica de Málaga y la Costa del Sol ¿puede ser una buena manera para lavar el dinero de la droga?

AL: Habrá gente que seguramente vea una oportunidad. Desde operaciones inmobiliarias a crear empresas en torno a ciertos sectores punteros que les permitan lavar dinero. Donde hay crecimiento económico y ebullición empresarial siempre es un punto de interés para las organizaciones que quieren lavar dinero. Hay muchos rusos, suecos, mucha gente vinculada a la Costa del Sol y al Campo de Gibraltar que están bajo un aura de empresarios de bien que están lavando dinero procedente del crimen organizado.

LD: Como esta organización, la mocro-maffia. Holandeses medio marroquíes que son muy violentos.

AL: Este es el gran riesgo que hay en la zona y que por ahora se está sabiendo contener. El próximo lunes es un ejemplo. El juicio contra el clan de los suecos que son dos hermanos y dos hermanos de origen sueco y danés cuya ascendencia es del norte de África. Son magrebíes. Ellos ya han nacido en Europa, tienen los contactos en el norte de África, pero se pueden mover por toda Europa como cualquier ciudadano normal. Han crecido en guetos de algunas grandes ciudades europeas y se han dedicado al crimen organizado. Eso es un problema que la Guardia Civil y la Policía saben que está presente, que actúan contra ellos y que, por ahora, se está sabiendo contener. Nosotros estamos a una distancia muy larga de los atentados que las propias organizaciones criminales hacen en Suecia y Holanda. Se llegó amenazar a la princesa y el primer ministro de Holanda. ¿Qué tiene luego pequeñas ramificaciones hacia aquí? Sí, como una muerte en Chiclana que la ordenó uno de los mayores narcos de Holanda. Es un problema que existe y que, por el momento, se está sabiendo contener. A 10 o 20 años vista no sé a qué nivel llegaremos.

LD: Los narcos de La Línea de la Concepción, los Castaña, pudieron convertirse en un cártel al estilo de las bandas hispanoamericanas e introducirse en las instituciones y la política. Llegaron a tener en nómina a un candidato de Ciudadanos a la alcaldía.

AL: Él y su hermano fueron a juicio y al final salieron absueltos porque en esa causa la mayoría salieron absueltos. Evidencia el compadreo que existe.

LD: Se llegó a dejar la cartera con la placa de policía en el coche del narco.

AL: En una conversación que transcribo en Costo lo cuenta. No sabía que se había dejado su placa policial. En otra conversación el narco decía que se iba a tomar una botella de vino de 61 años que le habían regalado con él. Es otro riesgo que todavía no ha sucedido y que ojalá no suceda. Que sean capaces de corromper tanto el sistema que lo usen en beneficio propio.

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Andros Lozano posa para LD con un ejemplar de 'Costo. Las leyes del Estrecho'.

LD: Me ha sorprendido ver a policías y guardias civiles corruptos. Hábleme del "síndrome del Sur" y de cómo han ido los narcos introduciéndose en la Guardia Civil y la Policía. Por lo que cuenta en ‘Costo’ no se cortaban los corruptos a la hora de ir mostrando su riqueza.

AL: A uno de ellos se le coge por un alijo de contrabando, pero las sospechas venían de más de una década donde probablemente ahí fue donde hizo el dinero.

LD: ¿Cómo es posible? Al final los pillan por descuidos y no terminan de ocultarse.

AL: Y porque es muy difícil ocultar el dinero. Quieren el dinero para algo. Puedes tener un sueldo de 2.000 euros y vivir normal o puedes ganar 50.000 euros al mes sólo en mordidas a narcos y contrabandistas. Pero ese dinero… ¿Para qué lo quieres? No lo quieres para tenerlo enterrado. Al final pasa el tiempo, ven que no pasa nada y lo invierten. Se compran un coche o una casa. Al final el dinero lo quieres para algo y lo necesitas mover y ahí es cuando salta. Hay una guardia civil imputada por facilitar que a través del taller de su pareja varios grandes narcotraficantes del Campo de Gibraltar presuntamente blanquearan dinero. Empieza a cantar cuando van a grandes hoteles y a grandes viajes y sus compañeros se preguntan por su tren de vida o también por un negocio que estaba en quiebra invierta millones de euros. ¿Cómo se hace eso? Se hace a través del blanqueo de capitales.

LD: Me sorprende que sigan cayendo en eso y no puedan salirse antes cuando sus propios compañeros se van a dar cuenta.

AL: No puedo ponerme en la cabeza de esas personas, pero entiendo que cuando estás metido ahí… ¿Cómo lo frenas? Y cuanto más metido estás más difícil es salirte porque tú ya conoces muchas cosas. Esta gente te va a seguir pidiendo. La mayoría de los agentes son honrados. ¿Cómo te tientan? Empiezas a caer y entras en una bola de nieve de la que es muy difícil salir. A esta guardia civil imputada la puso en contacto otro agente de la Guardia Civil que se fue en excedencia y sobre el que también hay sospechas de haber ayudado al blanqueo de capitales. Abandonarlo es muy difícil, pero el dinero es muy tentador.

LD: Hubo uno que llegó a ser condecorado por luchar contra el narco.

AL: Fue un capitán que era jefe de la Policía Judicial de la Comandancia de Algeciras, se le había condecorado y se le detuvo por estar compinchado con un narco y por reunirse con narcotraficantes y favorecer a estas organizaciones.

LD: Ceuta y Gibraltar, las dos Columnas de Hércules según los antiguos. Ceuta es un lugar pequeño con tanta presencia policial y que tiene uno de los barrios más conflictivos.

AL: Ceuta está al otro lado del Estrecho y mucha gente tiene ascendencia marroquí y hablan el dialecto del árabe que se usa en el norte de Marruecos. Muchos tienen los contactos. Eso es un atractivo porque a quien manda droga desde Marruecos le da igual si lo cruza una organización de La Línea o una de Ceuta. Por eso se generó un negocio tan pujante allí y existen esas organizaciones criminales tan potentes, no sólo la del Nene. Al ser tan pequeño esa rivalidad entre clanes generó mucha violencia y pequeños guetos.

LD: Hay un punto de inflexión cuando los narcos pierden el respeto a la autoridad y se produce violencia hacia la Policía. El Estado tuvo que mandar más efectivos en 2018. ¿Eso está haciendo despertar recelos entre la gente de aquí que no quiere involucrarse con los narcos?

AL: Hubo muertes y atropellos y se dieron cuenta de que se estaban creando grandes organizaciones, como la que se juzga el próximo lunes con una red que tenía extensión por casi toda Andalucía. En 2018 el ministerio del Interior lo que hace es decir que esto hay que frenarlo de alguna forma, se hacen inversiones económicas y se incrementan las dotaciones policiales a toda la zona. Eso, a su vez, provocó que la gente que durante un tiempo había estado anestesiada dijera: ¿Qué está pasando ahí? Es un poco lo que ha pasado con la Costa del Sol que en unos años ha pasado de ser el ejemplo del turismo dorado y lujoso a convertirse en un sitio en el que te puedes encontrar en un restaurante y verte involucrado en un tiroteo. Eso antes no sucedía. Hay un cambio en el concepto de los últimos años de la sociedad andaluza y noto algo que no se notaba antes. La idea de plantarle cara a este tipo de situaciones. Antes era una cosa más esporádica, pero en los últimos años se dieron muchas veces. Creo que el plan de Interior en el Campo de Gibraltar, que luego extendieron a toda la costa andaluza, lo que ha tenido de positivo es que los grandes jefes o estén fugados o estén presos o estén pendientes de juicio.

LD: Es una constante ver cómo los jefes acaban huyendo. ¿Ellos son consientes que pueden acabar así?

AL: Cuando la Policía detiene a Antonio Tejón lo hace porque va a ver a su pareja y sus hijos a menudo y hasta que no comete el error un día de quitarse el casco de la moto antes de entrar a la casa no saben que es él.

LD: ¿Al final se acaban relajando?

AL: Se acaban relajando porque es muy difícil mantener esa tensión durante mucho tiempo, pero la vida les empuja a eso. Tú puedes ser muy rico, pero al final tu vida se concentra en tu familia, tu barrio o la misma gente que te está pidiendo trabajo. A ellos la propia realidad es lo que les hace ver que el dinero les servirá durante un tiempo, pero cuando empiezan a tener causas pendientes su vida se desmorona. O tienen que hacer como Abdellah el Haj Messi que se tiene que ir a su país de origen cundo él quiere estar aquí. Se ha criado aquí, tienes sus amistades y su vida aquí y por mucho dinero que tengas en Marruecos no hay color con el tipo de vida que puedes tener aquí. La realidad y esa presión judicial y policial es lo que les hace ver que por mucho dinero que tengan al final su vida se reduce: a que tengan escasos movimientos, no poder hacer gastos de lujo cuando están acorralados y vivir en la clandestinidad absoluta.

LD: Con la presión policial en el Estrecho se ha ampliado el campo. Ahora alijan en Huelva, Portugal, entran por el Guadalquivir y el Guadiana…

AL: Si ejerces mucha presión policial aquí las organizaciones del hachís van a ir hacia el Este o hacia el Oeste. Allí lo que van a encontrar es: el Guadalquivir; la costa de Huelva, que está también poco urbanizada; el Guadiana y, luego, Portugal, donde también hay grandes organizaciones. Luego introducirlo y que circule por toda Europa es sencillo. Claro que esto supone tener que asumir unos riesgos que, si alijas en el Campo de Gibraltar, por la cercanía, no los tenías antes. Tienes que recorrer mucho más y aliarte con gente del terreno. Esto incrementa el coste, la dificultad y el tiempo. Pero se sigue haciendo. El reportaje de este domingo en Crónica va por ahí. El Guadalquivir se ha convertido en un desfiladero de lanchas por eso. Sirvió mucho el plan de Interior, pero desde que se desmembró el OCON Sur en septiembre del año pasado lo que ha hecho es que encuentren vías de entrada donde antes no las encontraban.

LD: ¿Tiene Vd. miedo a las represalias por Costo? Ha vivido muy cerca esto. Incluso ha viajado en una narcolancha a 120 km/h con ellos y en el libro revela nombres y muchos datos.

AL: No. Es lo que llevo haciendo desde hace una década. Sí que es cierto que no es lo mismo publicarlo en un periódico, que al día siguiente mucha gente se ha olvidado, o en un reportaje en una web que aquí que queda plasmado todo en un mismo producto y que esto permanece. Miedo a represalias no tengo ninguna. No voy contra nadie, no le debo nada a nadie, no he metido a nadie por mi trabajo en prisión. Yo cuento lo que sucede y ha sucedido.

LD: Muchos le han abierto la puerta.

AL: Algunos. Si en algo tiene mérito este libro, que no lo sé, es que yo he intentado ir hasta el final en todo. Igual que me he montado en una lancha para contar cómo es el negocio y tuve suerte de que no pasara nada. No hubo una persecución, no hubo mala mar y no nos detuvieron por suerte para mí porque hubiese sido un problema y lo tendría que asumir. El libro lo que tiene es eso que intento ir hasta la última fuente. Muchas me han cerrado la puerta y otros me la han abierto. Yo hablo con narcos, pilotos de lanchas, pero siempre bajo la idea de que ellos están enfrente y yo estoy aquí. Hay gente que me pregunta si hablo con los narcos y digo que hablo con ellos, pero me cuesta mucho ese proceso previo: tengo que hablar con quien tenga que hablar. Yo lo intento y eso es a lo mejor lo que aporta este libro. Luego está el tema de la calle. Hay muchos reportajes. Lo que cuento tiene su traslado. Voy al sitio y muestro rostros, olores… les hago ver cosas que si esto se quedara solo en el acceso a causas judiciales no lo tendría. Son las virtudes de Costo: el hecho de ir hasta la última fuente, contarlo e ir a los sitios y a su vez eso se convierte en otra pequeña historia dentro del libro.

LD: En Costo hay un capítulo dedicado a Sito Miñanco. Tras leer Fariña siempre pensé que habría que contar de esa manera lo que sucedía en el Estrecho. ¿Cómo cree que puede influir el éxito de Fariña en su libro? ¿Cree que puede producirse la misma explosión que supuso el libro de Nacho Carretero y lo que generó después: una serie, obra de teatro? Hay muchas historias en Costo que tienen una película o una serie.

AL: Ojalá tuviera el impacto de Fariña. Es la misma temática, aunque en puntos geográficos distintos, y cuento con la misma editorial por eso las comparaciones siempre van a existir. Fariña me parece un libro magnífico y soy amigo de Nacho Carretero. Ambos libros comparten muchas cosas, pero son diferentes. Yo al final lo que intento aportar es lo último. Quizá la diferencia es que está pasando en el presente y considero que hay más calle o más reportaje de ir a los sitios que Fariña, pero ojalá tuviera ese recorrido de publicaciones en otros países, de series y obras de teatro. Las comparaciones van a existir y habrá quien le guste más uno que otro. Seguro. La referencia está ahí. La editorial apostó por esto también por el éxito de Fariña y porque consideraba se podía contar lo que está sucediendo en el Sur de una forma similar. Esa es la apuesta que tuvimos y habrá que ver qué sucede a corto y medio plazo. La primera tirada se agotó antes de llegar a librerías y la editorial se quedó sin libros. Es una apuesta de la editorial y creo que se ha hecho un buen trabajo. Que la gente que lea Costo va a descubrir una realidad que ni de lejos es consciente que está sucediendo.

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