Ha sido un ingeniero agrónomo el que ha tenido que poner un mínimo de cordura en el debate político instigado por el PSOE para echar por tierra la Proposición de Ley de Regadíos de Doñana y, de paso, culpar a los agricultores de fresas de estar secando el parque natural. Se trata de Juan Manuel Ponce, que además de ingeniero es ejecutivo jefe de la empresa CERES Agroforestal SL, que trabaja con cooperativas y comunidades de regantes de Huelva.
Durante su intervención ante la Comisión de Fomento del Parlamento andaluz, Ponce ha señalado que considera "ridículo" el debate generado cuando las hectáreas que se legalicen "estarían regadas con agua superficial", señalando además que, esto, "lejos de dañar el acuífero de Doñana, aportaría agua".
En este sentido, el ingeniero agrónomo ha subrayado que "todo esto tiene fácil solución técnica" y ha lamentado que "se lleva al ámbito político generando confrontaciones" y que "al final el que sale perdiendo es el ciudadano y el agricultor".
Arreglando errores
Ponce ha explicado que conoce a muchas personas que se acogieron entre el año 2004 y el 2014 a las ayudas de Joven Agricultor, "que se fomentaba la incorporación de los jóvenes a la agricultura para asentar la población en el territorio y dar un poco de ayuda con esta iniciativa". Los agricultores que recibía estas ayudas "de la Junta de Andalucía con fondos europeos, se clasificaban como explotaciones prioritarias y tenía una obligación de seguir cultivando cinco años tras recibirla", con lo cual "todos necesitaban préstamos y avalar con sus viviendas" ya que las ayudas se daba a posteriori.
En este contexto, ha explicado que, "con posterioridad, empezaron las reuniones en los ayuntamientos para informar del Plan de la Corona Norte" para "poner un límite a las transformaciones de regadíos y regularlos para las concesiones de agua y dar garantías jurídicas a toda la zona". Sin embargo, muchas fincas que recibieron la ayuda y tenían la "obligación de cultivar" durante cinco años, se quedaron fuera de los acuerdos, algo que ha calificado como "un sin sentido".
La intención de la nueva normativa es "tratar de corregir esos errores" que, según fuentes de la administración, afecta a entre 350 y 800 hectáreas: "Estaríamos hablando de entre tres, cuatro o cinco hectómetros cúbicos de trasvase", dependiendo de las hectáreas que se legalicen, que es el "agua superficial que se va a necesitar, y va a ser agua de trasvase y no de acuífero".
Doñana se alimenta del regadío
Al hilo de ello, ha apuntado que esto, "lejos de dañar al acuífero de Doñana" ese trasvase de aguas superficiales va a aportar algo de agua que no había en el acuífero" ya que "la propia Confederación Hidrográfica del Guadalquivir reconoce que hay una parte, entre un 8 o 10% de la recarga del acuífero que proviene del regadío", y las explotaciones de Huelva "cuentan con técnicas punteras y con la mayor tecnología del mundo en la producción de la fresa".
Así, Ponce ha subrayado que Huelva "tiene 50.000 hectáreas de regadío aprobadas en sus planes hidrológicos", que "son unos 250 hectómetros cúbicos" y "aquí estamos hablando de cinco, en el peor de los casos", por lo que considera que "es ridículo para la que se está montando cuando va a venir con agua superficial". También ha señalado que la provincia "tiene 1.500 hectómetros cúbicos en capacidad de embalse, --300 de ellos no se cuentan porque abastecen a Sevilla--, aparte de Bocachanza y el río Guadiana".
Asimismo, ha manifestado que "actualmente hay 40 hectómetros cúbicos de depuradoras que no se están usando" como "la depuradora de Ayamonte, la de Lepe, la que está entre Punta Umbría y Aljaraque, la de Huelva y la de Mazagón". "Si nos vamos a las que están más cerca, tenemos la que está entre Punta Umbría y Aljaraque, que con 15 kilómetros de tubería conectaría al sistema general y ahí hay seis hectómetros cúbicos disponibles, doce hectómetros cúbicos disponibles en la de Huelva y otros seis en la de Mazagón, que está muy cerca del área de Doñana".
En este punto, se ha cuestionado si el trasvase de cinco hectómetros cúbicos "sería el problema de Doñana", exponiendo que "desde hace muchos años el río Guadiamar se desvió para el Guadalquivir, que aportaba 200 hectómetros cúbicos a Doñana". "Era más del 60%, dos tercios del agua que llegaba a Doñana para recuperar esas marismas" y que desde el proyecto Doñana 2005 se han hecho "una serie de mejoras", pero "quedan dos de la más importante" como es "recuperar las funcionalidades del caño del Guadiamar y del brazo de la torre", lo que "daría mucha funcionalidad a Doñana y a las marismas".