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Antonio Golmar

La gran melé

Por algo será que los partidos liberales de algunos de esos países prefieren pactar con los socialdemócratas que con ellos. No es que de pronto se hayan hecho progres; simplemente conocen su historia.

El lunes Albert Rivera desmintió que Libertas hubiese tanteado a Alternativa Española. Sea cierto o no, es normal que AES prefiera ir por libre tras haber conseguido el apoyo de los conservadores británicos, una gestión que se rumorea fue realizada por un discípulo hispano del célebre pensador dublinés que tanto reflexionó sobre la Revolución Francesa.

Por otra parte, fuentes de Ciudadanos y de la lista electoral de Libertas-Ciudadanos de España aseguran que en realidad fueron Mayor Oreja y otros peperos quienes se acercaron a ellos inmediatamente después de que el creador de Libertas en Irlanda, Declan Ganely, cuya fortuna está ligada a varios simpatizantes de la llamada "derecha cristiana" norteamericana, visitase España. "¿Por qué Mayor Oreja no avisó a su partido de la que se estaba montando? ¿Por qué otros no usaron los medios en los que colaboran para dar la señal de alarma? ¿Por qué esperaron tanto?". Las preguntas no carecen de interés, pero eso es un asunto que atañe al Partido Popular y a sus afiliados. A ellos atañe pedir explicaciones, si es que cupiera darlas.

Respecto a las acusaciones de extremismo, mis fuentes las desmienten y aseguran que Libertas pretende democratizar el funcionamiento de la UE y luchar contra la corrupción, la opacidad y las malas prácticas generalizadas entre los miembros del Parlamento Europeo. También afirman que Ciudadanos seguirá siendo un partido laico y transversal y que no renunciará al liberalismo social, algo que según ellos muchos autodenominados "liberales" olvidaron hace tiempo. No seré yo quien les discuta lo último. "¿Por qué no te afilias y lo compruebas por ti mismo?". No, gracias. Nunca he sido carne de club. Por cierto, Rafael Rubio, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense y experto en campañas electorales, desmiente su participación en Libertas: "Estuve en los orígenes pero lo dejé". O sea, que la operación no es de anteayer. ¿Quiénes lo sabían y prefirieron callarse?

Libertas está diciendo algunas cosas que casi todo el mundo piensa y que ningún miembro de los grandes partidos se atreve a decir, y la verdad es que no le falta razón. Sin embargo, algunos de sus asociados son para echarse a temblar. Ahí tenemos a La liga de las familias de Polonia, una formación nacional-católica corrupta hasta el tuétano cuyos líderes se han visto envueltos en casos de prostitución y abusos de menores. En Francia, Libertas cuenta con el apoyo del tradicionalista Philippe de Villiers, al que una publicación nada sospechosa como The Wall Street Journal calificó de ultraderechista. Rumanía, Lituania y Hungría son otros lugares donde el nuevo partido ha decidido coaligarse con organizaciones arcangélicas herederas de lo que Stanley denomina nacionalismo autoritario, derecha radical o simplemente fascismo. Por algo será que los partidos liberales de algunos de esos países prefieren pactar con los socialdemócratas que con ellos. No es que de pronto se hayan hecho progres; simplemente conocen su historia. Sin embargo, que toda esta gente resulte elegida en las mismas siglas no significa que vaya a permanecer junta en el Parlamento Europeo, una institución donde la disciplina de voto es bastante laxa.

¿Cómo puede haber ocurrido algo así? Los que llevamos prestando atención al fenómeno desde hace algún tiempo sabemos que la extrema derecha europea existe, posee una estructura descentralizada aunque perfectamente coordinada y está suficientemente financiada (sigan la pista del ginseng). Además, cuenta con un eficaz equipo de relaciones públicas formado por eminentes ultra oportunistas encantados de jugar a judíos favoritos de los nazis, por no mencionar a los tontos y a los ingenuos útiles.

La historia enseña que los frentes amplios tienden a desbordarse por el extremo y que el fusionismo cegato sólo conduce a la confusión, el equívoco y la esquizofrenia. Parafraseando a Boy George acerca de George Michael: llevo años advirtiendo de que los fachas se estaban metiendo en todas partes y casi nadie me hizo caso. Espero que no sea demasiado tarde.

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