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Amando de Miguel

Las lenguas españolas

El nacionalismo asturiano tendrá que basarse en alguna otra característica, no en la pretendida "llingua" propia. Aunque Asturias llegara a ser independiente, su lengua oficial seguiría siendo el español.

Mercedes Santos Lapeira y Manuel Wallace Moreno (Málaga) llevan muchos años como profesores de español para extranjeros. Apuntan algunas dificultades que tienen sus estudiantes: diferencia entre ser y estar, el uso del pretérito imperfecto, el subjuntivo, el acento. Otra observación interesante es que los estudiantes de los países de Europa del Este aprenden el español con suma facilidad. Tengo para mí que a los que poseen una lengua materna que no es de dominio internacional les resulta más fácil el aprendizaje de otros idiomas. La confirmación de esa hipótesis está en que los angloparlantes o los hispanoparlantes suelen ser malos aprendices de otras lenguas.

Miguel AG (Belmonte, Cuenca) me hace la eterna pregunta de si nuestro idioma debe designarse como español o como castellano. Ambas formas son usuales y legítimas. Dentro de España se utiliza más "castellano" para respetar el hecho de que hay otros idiomas españoles, como el vascuence, el catalán o el gallego. Pero el único idioma que conocen todos los españoles es el castellano, que por eso, y por ser oficial en toda la nación, se debe decir "español". Paradójicamente, fuera de España se dice siempre "español". En buena ley, el "castellano" lo fue hasta la fecha simbólica de la obra de Antonio de Lebrija (1492), que se titula "Gramática de la lengua castellana". A partir de esa fecha el idioma castellano, al unificarse en España y difundirse en ultramar, pasa a ser español. Son muchos los españoles o iberoamericanos que saben sólo español y son pocos los que saben sólo algunas de las otras lenguas de la región, sea el guaraní o el gallego.

Alex Ventura me dice (en catalán) que yo ataco a las otras lenguas españolas, que fomento el odio lingüístico que acaba convirtiéndose en violencia y terrorismo. Nada más lejos de mi intención. Por otra parte, el fenómeno del terrorismo español sólo ha existido en Galicia, el País Vasco y Cataluña. Son regiones donde los respectivos nacionalismos intentan excluir el idioma castellano de la vida pública. Modestamente yo sí he sido víctima de la violencia lingüística en el País Vasco y en Cataluña.

José Daniel López Salazar (Valladolid) considera que los términos polisémicos son "un obstáculo para la compresión de nuestro idioma. Lo estupendo sería contar con una palabra para cada cosa. Tal vez lo crea así por cuanto aborrezco las teclas multifunción de los aparatos de moderna tecnología". No estoy de acuerdo. Si hubiera sólo palabras con un único significado, necesitaríamos aprender millones de voces. Sería inútil; al final los hablantes empezarían a añadir otros significados a algunas palabras. Esa ambivalencia es la clave de la Literatura y de la gracia en el habla. Sin polisemia sería difícil el humor, los chistes. Lo del horror a las teclas multifunción no tiene mucho sentido. Si bien se mira, cada una de las veintitantas letras del alfabeto es una "tecla multifunción". Gran invento. Hay que imaginar lo dificultoso que sería contar con miles de signos, uno por cada palabra o cada sílaba. Imagino que Japón o China seguirán siendo "países del futuro" en cuanto al desarrollo, precisamente por lo engorroso que resulta su escritura principal. Por otra parte, sospecho que sería difícil que pasaran a escribir japonés o chino con el alfabeto dominante en el mundo.

Agustín Fuentes describe con mucha gracia la situación de bilingüismo práctico que se da en la oficina de Valencia donde ha ido a tramitar el D.N.I. (milagro que se conserve la <N> de "nacional"). El impreso para la renovación del carné estaba sólo en valenciano, pero la funcionaria lo explicaba en castellano. El letrero de "espere aquí su turno" estaba en castellano, pero había otros letreros en valenciano. A don Agustín ese bilingüismo práctico le parece un poco tonto, por decir lo menos. Aporta una observación interesante: "Intuyo que los nacionalismos furibundos existen precisamente porque no han conseguido triunfar y son más ruido que éxito".

José Mª Navia Osorio (Oviedo) registra que la Asociación de Profesores y Monitores de Llengua Lleonesa se quejan de que los miembros de la Academia de la Llingua Asturiana estén impartiendo clases en Ponferrada (León). Los de la APMLL consideran que esa acción de la ALLA es un conflicto territorial y un desmán; piden al Gobierno de Asturias que recorte la subvención a la ALLA. Don José Mª considera que "puestos a pedir lo mejor sería no recortar sino suprimir el presupuesto [público] de la ALLA y la APMLL y, si tienen ganas de hacer el indio, que lo hagan con el dinero de su bolsillo y no que el que me quitan de los impuestos".

Consuelo Álvarez de Toledo comentó en la tele que un nieto suyo de Ponferrada había empezado a recibir clase de gallego en el escuela. El niño saludó gozoso a su abuela y le dijo: "abuela, abuela, ya sé cómo se dice <adiós> en gallego: good bye". 

Gabino Fernández Baquero evoca algunas palabras de lo que él llama "habla asturiana" y que para mí es un expresivo dialecto del español. Anoto algunos de sus ejemplos. Los comentarios entre corchetes son míos:

Prestar (= gustar, disfrutar, agradar) [también tiene ese sentido en castellano, aunque no es tan usual].
Mancarse (= hacerse daño) [en el dialecto zamorano se emplea con el mismo sentido].
Tajalápiz (= sacapuntas) [en castellano "tajar" es "cortar, afilar"].
Emburriar (= empujar) [en Castilla también se dice así].
Fartucu (= harto) [en castellano antiguo se decía "fartar" para "hartar"].
Arrimada (= entreabierta, por ejemplo de una puerta).
Ye (= es).
Gocho (= cerdo) [en castellano "gocho" es también "cerdo"].
Furrular (= funcionar) [en castellano significa coloquialmente lo mismo].
Coyones (= cojones).
Mozu (= novio) [en castellano "mozo" es "joven soltero"].
Orbayar (= llover mansamente).
Guaje (= crío, chavalín) [en castellano es así también].
A asgaya (= en abundancia, a montones).
Caleya (= camino).
Chiscar (= salpicar) [en castellano "chiscar" es "soltar chispas"].
Pota (= cazuela) [en castellano tradicional es así también].
Tajao (= borracho) [en castellano coloquial "tajada" es "borrachera"].
Faltoso (= tonto, estúpido) [en castellano "faltoso" equivale a "falto de juicio"].
Repunante (= quisquilloso).
Espicha (= fiesta de sidra y tapas) [en castellano tradicional "espichar" es abrir el agujero de la cuba para que caiga el mosto].
Espichar (= fallecer) [en castellano coloquial es lo mismo].
Refalfiar (= disfrutar a lo grande).
Chumar (= tomar bebidas alcohólicas).

En conclusión, el habla asturiana la entiende perfectamente un castellano. Se trata más bien de un dialecto del español, no más alejado del tronco castellano que el dialecto mexicano o colombiano. El nacionalismo asturiano tendrá que basarse en alguna otra característica, no en la pretendida "llingua" propia. Aunque Asturias llegara a ser independiente, su lengua oficial seguiría siendo el español.

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