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Agapito Maestre

Amor y humor en España y Venezuela

De su capacidad de resistencia depende la vida de millones de venezolanos fuera y dentro del país. Son los grandes representantes de un pueblo vencido por la dictadura de Chávez.

Laureano Márquez y Claudio Nazoa son dos ciudadanos venezolanos. Dos peregrinos en su patria. Han venido a España a peregrinar. Hicieron el Camino de Santiago; durante su peregrinación, quizá se convirtieron, confesaron sus pecados y acabaron resolviendo el enigma de los enigmas. ¿Acaso ya aprendieron que Jesucristo es Dios? ¡Quién sabe! Lo cierto es que hablan con la paz del limpio de corazón y la inteligencia del sabio. Al final de su peregrinaje, hablan en Madrid con este cronista que les pregunta, naturalmente, por la situación política de Venezuela... Ellos representan a millones de vencidos de la democracia en su país, pero su respuesta no contiene rabia sino consuelo y belleza. Han hecho del recurso del vencido un arte: la imaginación es su venganza.

Laureano Márquez y Claudio Nazoa son dos tipos famosos, muy famosos, demasiado famosos para pasar desapercibidos en Venezuela. Y en España. Son la voz del pueblo. Son dos extraordinarios humoristas venezolanos. Su humor es amor. La rabia no existe en su vocabulario. Tampoco en sus corazones. Su sátira no hiere al prójimo, sino que enlaza, vincula, y crea responsabilidades sobre los ciudadanos de esa comunidad que se ríe, se ríe y se ríe con el trabajo de estos dos actores, autores y directores de su propia vida intelectual. Son conscientes de su vocación. Saben bien su misión en la Venezuela enrejada por Chávez y el petróleo.

Y, sin embargo, ellos quisieron pasar desapercibidos por España. Imposible. A petición de unos amigos accedieron a charlar un rato, en un salón de la Fundación Illary, con algunos de sus compatriotas en Madrid. Fijaron un encuentro para recibir a un grupito de veinte o treinta personas, pero la sala se llenó. Trescientas personas se agolpaban para verlos. En la calle esperaban más de dos mil ciudadanos. No pudieron entrar. Esperaron con estoicismo ciudadano. Y terminaron por retirarse pacíficamente, después de que los persuadiera el mismo Laureano Márquez trocado de cómico en hábil negociador político, con la promesa de que "repetirían" la función durante los dos días siguientes que aún estarían en España.

Por desgracia, diez horas después de la promesa, los organizadores sacaron el siguiente comunicado por un correo electrónico que decía: "El espectáculo de Claudio Nazoa y Laureano Márquez del jueves 14 de mayo fue un rotundo éxito, pero debido a problemas de orden público suscitados ese mismo día, y para evitar subsiguientes sanciones, la Fundación Illary se ha visto obligada a suspender las funciones anunciadas para los días viernes 15 y domingo 17 de mayo, en sus instalaciones". Se suspendió, sí, el espectáculo por el éxito, ¿para que luego digan que el éxito no está asociado al fracaso? Esperemos que regresen pronto esto dos humoristas. Esperemos que los medios de comunicación de España se enteren de quiénes son esto dos grandes personajes (sólo el programa Más se perdió de Cuba, del Grupo Intereconomía y esta casa se han enterado de que han pasado por la Madre Patria). Esperemos que los venezolanos, en España, que no pudieron oír a Laureano y Claudio puedan hacerlo pronto.

Ojalá los venezolanos de España vuelvan pronto a ver, palpar y sentir a su país a través del humor de Laureano y Claudio. Quizá ellos no sean conscientes de lo que representan, pero, en mi opinión, vertebran la opinión pública contra Hugo Chávez. No lo tienen fácil. El régimen los tiene enfilados. Es cuestión de tiempo. Pero ellos resisten. En verdad, de su capacidad de resistencia depende la vida de millones de venezolanos fuera y dentro del país. Son los grandes representantes de un pueblo vencido por la dictadura de Chávez. Son la única bandera de la democracia que aún queda en Venezuela. La estética del derrotado, la venganza de la imaginación, es lo único que pudiera terminar con Hugo Chávez Frías uno de los tiranos más peligrosos de nuestra época.

Addenda.

Laureano Márquez, recientemente, tuvo que hacer frente a una sanción de 60.000 dólares por una carta que dirigió a Rosinés, hija menor de Hugo Chávez, publicada en el periódico Tal Cual. Por fortuna, la multa fue pagada con donativos populares. Millones de venezolanos contribuyeron a que uno de sus artistas preferidos, uno de los pocos referentes morales de la nación, no fuera a la cárcel. Aquí les dejo la epístola para que se hagan cargo de quién es Laureano Márquez y, sobre todo, comprenda la naturaleza inmoral y política de su represor Hugo Chávez.

Carta a Rosinés

Por Laureano Márquez

QUERIDA ROSINÉS:

¿Cómo estás? Espero que bien y con la posibilidad de disfrutar de televisión con cable para poder ver algunas comiquitas. Te sugiero las de Boomerang, que si no nos hicieron daño a nosotros (¡creo yo!), tampoco les harán a ustedes. El oso Yogui, la pantera rosa, la hormiga atómica, Simbad, Shazzan, etc. No te recomiendo Los Picapiedras, porque a lo mejor a tu papá no le gustan, porque presentan el modelo capitalista como algo natural y propio del hombre que existía incluso desde las cavernas.

Supe de tus preocupaciones por el caballo del Escudo Nacional mirando hacia atrás. Coincido plenamente contigo. Todos los escudos tienen leones rampantes (Cuando se paran en las dos paticas de atrás), águilas, caballos, pero ninguno tiene un Golden Retriever, por ejemplo. Con lo nobles que son esos animales. Yo le pondría al escudo un Golden con un palito en la boca a los pies del amo. O una morrocoya, como la que tú tienes; un buen emblema de nuestra lentitud para todo. En todo caso, si le vamos a dejar un caballo, que sea uno de la Rinconada, con su numerito, jinete y todo. Porque si algo nos identifica, es el azar y las apuestas.

De todas maneras, el propósito de esta carta es pedirte ayuda. Ustedes los niños tienen mucho poder y yo sé que tu papá te hace caso. Probablemente, eres la única persona a la que escucha con atención. Además, tú y tus sobrinitos son los únicos capaces de hablar francamente con papá, sin el miedo que nos da a nosotros. El otro día, tu papi nos contó que su nieto le había dicho: "¡pirata tú!" ¡Qué envidia! Bueno, pero para no desviarme del tema, como yo sé que él te presta atención, hazle estas peticiones:

  • Pídele que saque también del escudo a un señor de uniforme verde oliva y barba blanca como San Nicolás (con el debido respeto al nuevo manual de la navidad). Un señor que se mete mucho en nuestros asuntos. Es como si la niñita de al lado de tu casa, aprovechándose de que tú la quieres mucho, se llevara tus Barbies, tus peluches o tus libros de cuentos y trajese a sus hermanitos a jugar a tu cuarto.
  • Dile también que no hable de cosas que va a hacer más allá del 2021. En estos días, nos contó de un pocotón de bicentenarios que va a celebrar: del 1810, 12, 14 y siempre habla del 2021. Aunque vaya a quedarse hasta esa fecha, no debería decirlo tanto, porque a los que no estamos de acuerdo con él (no te asustes, cada vez somos menos según las estadísticas oficiales ) nos entra como una desesperanza que tampoco es buena.
  • Una última cosa para que le pidas: que no se ponga tan bravo con los que no pensamos como él y que no nos regañe tanto. A veces nos llama golpistas y fascistas y le provoca a uno responderle como tu sobrinito: "¡pirata tú!".

Rosinés: Con estas cosas que te pido la larga convivencia que nos espera con tu papi será más llevadera. A cambio, nosotros le ofrecemos nuestro conformismo. Por cierto, pídele también que no haga tantas cadenas. Eso sí, todo esto como cosa tuya.

Bueno, chamita, Dios te bendiga y te dé todo el amor y la felicidad que le deseo a mi propia hija.

También les agrego una muestra del arte de Claudio Nazoa. Se trata de una columna en El Nacional (Venezuela). Fue premiada por el periódico como la mejor columna de humor del año 2007.

Carta del diablo a Chávez por Claudio Nazoa.

 “¡Hermanazo del alma! Qué emoción me embarga. Ni yo habría podido haberlo hecho mejor. En estos días estuve conversando con mi amigo Fidel y, de manera muy divertida, me contó las vainas tuyas ¡Yo sí me pude reír! Por cierto, en esa inesperada reunión, felicité al viejo por el acertado fusilamiento de los jóvenes cubanos que quisieron escapar de aquél infierno ¡Dígame eso! Intentar escapar de las cálidas brasas del infierno que son tan chéveres... Nunca entenderé a los seres humanos. A propósito, ¿te fijaste lo bien que le quedó la condena a los periodistas e intelectuales que irreverentemente dijeron que había que suavizar el infierno? ¡Qué blasfemia! ¡Que sacrilegio! Es muy importante evitar que intelectuales y artistas salgan diciendo por ahí que la revolución no es buena... Una cosa es que la gente sienta que no es buena y otra que se dé cuenta.

A propósito, hermanazo, lamento mucho lo que le pasó al pana Hussein, lo peor es que con él hice un mal negocio, figúrate que salí de *** a comprarle el alma en la época en que realizaba sus más perversas atrocidades, como quien dice en su mejor momento ¡Tremendo paquete chileno el que me llevé a casa! Yo pensaba que el carajo se iba a inmolar, que pelearía hasta el final, que si lo agarraban era en medio del plomo parejo o que en última instancia, se suicidaría como lo hizo el alemán porque para eso también hay que tener valor, incluso pensé que se echaría al pico a más de un soldado gringo pero qué va. Lo encontraron allí, nervioso, escondido en una ratonera indigna. En verdad me apenó ver cómo le abría su bocota a un soldado norteamericano.

Te voy a decir algo pero no te vayas a endiosar: aquí abajo todos estamos de acuerdo con que tu revolución es realmente bonita y eso lo hemos discutido en diversas oportunidades con los integrantes de la nómina de malucos, que desde hace años conviven conmigo.

Por eso me río cuando leo a algunos periodistas franceses, cuando escucho a las madres de la Plaza de Mayo o a ciertos intelectuales, bien viajados y bien comidos, que con dinero, lujo y pasaporte, defienden desinteresadamente la revolución cubana y la cosa esa inexplicable que tú tienes en Venezuela. Y es que toda revolución es bella desde lejos, malo es que uno tenga que vivir obligado en ella.

Es por todo eso, hermanazo del alma, que te felicito. Tienes a casi todo el pueblo venezolano vendiendo Cocosette y haciendo maromas en semáforos y peajes de autopistas. No sé cómo lo lograste, sinvergüenzón, pero no tienes ni idea de cuánto lo disfruto, de cuánto placer mal sano experimento al ver a cientos de niños durmiendo en la calle bajo cartones y sobre periódicos, acuñados entre sí para evitar el frío. El otro día, de noche, caminé por aquello que tú llamas "Mi Palacio". Si, ese, el que queda en Miraflores. Me satisfizo ver a tanta gente durmiendo en el suelo frente a las puertas de tu despacho. Parecían almas en pena ¡Chico, esa gente de verdad cree que tú los quieres! ¿Y a cambio tú que haces? Los tienes allí, durmiendo en el suelo durante días para después no darles ni una limosna.¡Hermano es que ni yo!... ¡Tú eres grande! Esas maldades son tan tuyas, tan criollas, tan bolivarianas...

Otra cosa que me encanta es la manera despiadada como tratas a la ciudad de Caracas ¡Lo de Sabana Grande te está quedando de pinga! Y dígame el centro... eso es genial. A mí lo que me da es envidia: yo viviendo aquí, en esta pocilga de infierno, y tú, disfrutando de ese tan bueno que has sabido construir... Es que a veces el alumno supera al maestro y parece que ese es tu caso, muchacho.

¿Y lo del avión? ¡Eso te quedó buenísimo, compadre! No sé si ya te lo he dicho, pero yo me excito al visitar esos hospitales donde la gente muere de mengua y al recorrer escuelas destruidas. Sin ir muy lejos, chico: El estado Vargas ¡Tú esa vaina la dejaste en ruinas! Y bien bueno que rechazaste la ayuda de los gringos, sino capaz y ya estuviera recuperada esa zona, pero lo mejor de todo es que mientras el país se hunde en odios, divisiones y todo tipo de miseria, tú viajas orondo en ese impúdico avión. Te lo repito: De verdad, lo que me da es envidia tanta creatividad.

Pero con lo que sí te botaste fue con la vaina esa de decapitar a la mamá del flaquito ese, que desde hace dos mil años, anda dando lástima clavado en una cruz y que me tiene ladillado con su mariquera del amor, el perdón y la tolerancia entre los seres humanos.

En fin, hermanazo ¡Te la estás comiendo! Yo, por mi parte, aquí te estoy esperando ¡Te voy a poner una pailota para tí solito! ¡Vas a gozar una bola! Figúrate que Nerón, Herodes, Calígula, Hitler, Stalin, Pol Pot, Franco, Mao Tsé-Tung y su esposa, Papa Doc, Nicolae Ceausescu y señora, Chapita, Juan Vicente Gómez, Pérez Jiménez, Somoza, Mussolini, Boves e Idi Amin Dada, entre otros que se creyeron salvadores de sus pueblos, hierven de celos y envidia por los preparativos del fiestón que te estoy organizando.

Por cierto para ese día me gustaría invitar a esos que ríen y asientan cobardemente con la cabeza tus ocurrencias... A ellos prefiero no traerlos, porque a mí me agradan los malucos, no los jala bolas a quienes por cierto, cuando tú no estés, el castigo que tendrán, por la eternidad, será escuchar y ver en una cadena perenne tus discursos y canciones, hora tras hora durante el resto de sus días.

Escribirte me llena de gran emoción. Te advierto que debes cuidarte de las sorpresas que para este año te tiene tu noble pueblo que anda alzado y montado en un caballo blanco que le regaló un tal Bolívar, quien por cierto anda arrechísimo contigo. Recuerda, si por casualidad en los próximos meses tienes que encerrarte en una cueva, no empieces a llorar ni a llamar a curas. Sé digno. Quédate tranquilo que quien te va a buscar en cualquier recoveco soy yo.

Y ahora sí, ya para despedirme, saluda de mi parte a José Vicente, pero coño, dile que se pasó.

El Diablo.”

 

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