Menú
Pío Moa

Lluís Bassets, fascista vocacional

Como periodista, Bassets es corrupto, porque corrompe y manipula la información; pero debemos comprenderle, pues sin duda lo considera una virtud.

Don Lluís Bassets, director adjunto de El País,  explica: "Como mancha de aceite se extiende esta nueva forma de hacer política. Descubierta en tierras de Maquiavelo, donde nació la política misma, también la encontramos ahora en la península ibérica. Se trata de convertir la corrupción en virtud, la mentira en verdad y el latrocinio en beneficencia". Por supuesto, la política no nació en tierras de Maquiavelo, y esa corrupción que él descubre de pronto en la península ibérica lleva muchos años asentada en ella. Es dudoso que ahora sea mayor que en tiempos de Rumasa, Filesa y todo aquello: debe de seguir más o menos igual, aunque el PP, que ya no es el de Aznar, participe en ella más que antes. Como periodista, Bassets parece un tanto romo u olvidadizo.

Sugiere también que esa forma de hacer política, que él imagina o finge imaginar tan nueva, podría llamarse "berlusconización". Pero, ¿por qué recurrir a ejemplos foráneos cuando aquí los tenemos tan distinguidos? ¿Qué le parecería a Bassets "rumasización" o "filesización"? O, mejor todavía: "pesoización". Porque aquí siempre se ha entendido por socialismo eso que él dice de la corrupción como virtud, la mentira como verdad y el latrocinio como beneficiencia. Así ocurrió cuando la república y aún mucho antes, así fue en el exilio y desde la transición. España se ha pesoizado profundamente y el PP es hoy un partido tan pesoizado como el mismo PSOE.

Porque Bassets puede ser muy romo en algunas cosas, pero en otras exhibe una cualidad muy distinta: el hombre atribuye al PP, en exclusiva, esa corrupción. Con lo cual demuestra ser un consumado practicante de una política que él hace como que condena. Años ha tuve una pequeña experiencia en la que se retrató este espejo de demócratas. Santos Juliá y Tusell me habían atacado (no eran críticas, sino ataques) desde El País, y yo les repliqué en cartas al director. Pues bien, fue Bassets quien silenció mis respuestas, imponiéndome la censura y la denegación del derecho de réplica. Y me mandó además una carta en ese estilo fascista mal disimulado tan propio de un periódico fundado, en definitiva, por un par de fascistas bien reconocidos: Bassets se jactaba con chulería, valga la expresión, de su hazaña. Como periodista, Bassets es corrupto, porque corrompe y manipula la información; pero debemos comprenderle, pues sin duda lo considera una virtud. Y ya lo decía Mussolini, el fascismo es más un estilo que una doctrina.

En Sociedad

    0
    comentarios
    Acceda a los 2 comentarios guardados