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Eva Miquel Subías

Siempre hay quien se adelanta a San Juan

Casi setecientos son los contenedores de residuos que se queman en la Ciudad Condal por causas accidentales o intencionadas al cabo del año. No vamos mal.

¿Saben? Me habría gustado ser Joaquín Sabina sólo para haber escrito la peor de sus canciones. Qué tipo. Como también me habría gustado ser la Maura sólo para dar vida a uno de sus personajes en la peor de sus interpretaciones. Qué tipa.

Y sin embargo no me habría gustado lo más mínimo haber entregado mi vida al ejercicio de la política profesional para tener la idea o propuesta más interesante en el día más lúcido de las trayectorias de José Blanco o Joan Tardà. Qué tipos.

Cuando hace escasos días pude ver a varios periodistas alrededor del actual ministro de Fomento para que realizara unas declaraciones, pensé que se iba a referir a la reciente apertura de la esperada T1 del aeropuerto de El Prat y que le ha tocado en suerte inaugurar, pese a no haber tenido nada que ver al respecto, pero en fin, cosas de los cambios ministeriales, o para ser exactos, cosas de los cambios gubernamentales. Pepe Blanco ha tenido la misma implicación en el proyecto de AENA como la que tiene Fidel Castro con la libertad y los derechos humanos.

Pero no. Su gran aportación fue la de apuntar la "hipocresía" de la Conferencia Episcopal por haber arremetido contra una ley que, según sus palabras, "sólo se diferencia de la que ya regía con el Gobierno del PP en que ofrece más garantías a las mujeres y a los profesionales de la medicina". Desde luego, garantía es lo que van a tener las adolescentes españolas al poder interrumpir un embarazo sin el consentimiento de sus padres, pero con la bendición de Bibiana Aído. No saben cómo me alivia.

Y en este sentido se expresaba el flamante portavoz de ERC en la Comisión de Igualdad de la Cámara Baja, al solicitar al Gobierno que no le dé "el tembleque de piernas" por la "campaña" de la Conferencia Episcopal, al tiempo que señalaba que "el nivel intelectual de los obispos tiende a la baja de una manera alarmante".

En esta ocasión no acabó su alocución pidiendo a grito pelado la muerte al Borbón, se cortó un pelo el muchacho. Aunque poco, a juzgar por sus enormes rizos plateados.

Supongo que el gran ideólogo preferirá el nivel intelectual de los siempre activos simpatizantes radicales independentistas. Esos a los que tanto les da destrozar el mobiliario urbano y los escaparates de los comercios de Las Ramblas en una celebración de algún triunfo deportivo, o quemar banderas españolas con la fotografía de Su Majestad el Rey, o incendiar contenedores en las fiestas de Gràcia. Casi setecientos –según datos proporcionados por el Departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona– son los contenedores de residuos que se queman en la Ciudad Condal por causas accidentales o intencionadas al cabo del año. No vamos mal.

Por cierto, tembleque de piernas es lo que tienen estos chulitos cuando se encuentran en las dependencias policiales. Y no saben hasta qué punto. Me ahorraré los detalles.

Pero como de costumbre tienen que dar la nota. No son muchos pero hacen mucho más ruido y claro, hasta Belén Esteban –para seguir en la misma altura intelectual y espero que no se ofenda (la ex de Jesulín, por supuesto)– va y suelta con su habitual desparpajo: "los seis millones de catalanes sois unos burros". Al parecer estaban hablando sobre las selecciones deportivas catalanas y Karmele Marchante había afirmado previamente quedándose bien a gusto que todos los catalanes deseábamos un único equipo catalán. Belén, mujer, no le enseñes estas cosas a Andreíta porque son muy feas, créeme. En cuanto a la posición de Karmele, es transitoria y sólo debido a los poderes que Carod Rovira ejerce sobre ella desde que le obsequió con un pin, pero se le pasará.

Ahora bien, el broche final lo han puesto este fin de semana pasado en Terrassa, donde se había instalado una pantalla gigante con el fin de retransmitir el partido entre Sudáfrica y España. Había un montón de niños, algunos con camisetas del F.C. Barcelona y banderas españolas y catalanas, otros sin banderas ni camisetas de ningún club deportivo y alguno habría, es de suponer, con la camiseta del Atletic Terrassa Hockey Club. Prometía ser una jornada entretenida.

Vaya si lo fue. Unos pocos energúmenos que portaban la bandera independentista decidieron impedir que los chavales de esta población, que es la de Xavi, el brillante centrocampista del Barça y de la selección española, pudieran disfrutar del encuentro utilizando para ello el sutil método de incendiar la pantalla al grito de las consignas de siempre.

La prensa local ya lo había advertido, pero Joan Saura estaría atendiendo asuntos de mayor envergadura y por el momento no hay detenidos. Si es que no puede ser –habrá pensado– siempre hay quien se adelanta a la Revetlla de Sant Joan.

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