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GEES

Hablar sin convicción

La ministra se enredó en un largo discurso sin la más mínima convicción de lo que realmente está en juego y de lo que hacemos allí, aunque tampoco lo necesitaba porque no debía convencer a nadie.

"No estamos en Afganistán por Irak, ni por Bush ni por Obama, estamos en Afganistán porque es voluntad de los españoles estar". Fue la frase estrella, además de improvisada, de la ministra Chacón en su comparecencia ante la Comisión de Defensa del Congreso para pedir luz verde al envío de nuevos efectivos a Afganistán. Aunque podía haberla adornado un poco más: "No estamos en Afganistán por Irak, ni por Bush ni por Obama, ni tampoco por Sarkozy, ni por haber metido la pata en Kosovo, ni por mantener las apariencias ante nuestros socios; estamos porque además de solidarios con nuestros aliados, allí se libra una guerra vital para la pervivencia de nuestra libertad y porque combatir el terrorismo es una prioridad para nuestro país", por ejemplo.

De nuevo, la ministra se enredó en un largo discurso sin la más mínima convicción de lo que realmente está en juego y de lo que hacemos allí, aunque tampoco lo necesitaba porque no debía convencer a nadie. La autorización para enviar más tropas a Afganistán estaba asegurada, motivo insuficiente para no mandar previamente a los diputados la documentación detallada sobre esa misión. Chacón evitaba así –como en otras ocasiones– un análisis previo y un posterior y verdadero debate parlamentario.

Chacón volvió a asegurar que las fuerzas españolas desplegadas en Afganistán disponen de los medios adecuados. Precisamente cuando recientemente dos cabos del Regimiento de Ingenieros de Salamanca se negaron a conducir un camión pesado Vempar en Afganistán, alegando que carecían de la protección suficiente al no tener instalados los inhibidores de frecuencia que sí llevan los vehículos de patrulla como el Vamtac o el BMR. Dejando de lado la consideración del hecho como una posible falta grave, se trata de un suceso que da que pensar sobre la verdadera seguridad con la que cuentan los efectivos en aquellas tierras. Fue, además, una reacción que preocupa en la medida en la que puedan repetirse estos actos de insubordinación en una situación de riesgo creciente como es en la actualidad la misión en Afganistán. Una seguridad la de nuestras tropas que requiere algo más que 33 blindados Lince –no equiparables a los BMR que el Ministerio pretende sustituir– que llevará el batallón electoral, o los llamados RG-31 que no llegarán a tiempo para las elecciones del 20 de agosto.

El uso proporcionado de la fuerza y la búsqueda del multilateralismo –dos conceptos tan irreales como abstractos que nadie de este gobierno sabe explicar claramente en qué consisten– también fueron dignos de mención por parte de la ministra, que de nuevo solicitó una mejor coordinación entre ISAF y Libertad Duradera bajo el liderazgo político de Naciones Unidas. ¿De qué sirve que el general Stanley McChrystal, y anteriormente el general David McKiernan, sea a la vez comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán y de las tropas aliadas si no es para garantizar una mayor y efectiva coordinación entre las dos operaciones y se refuercen mutuamente? En cuanto al liderazgo de la ONU, sólo delata nuevamente un desconocimiento de la realidad política y militar del país y del panorama internacional.

Sin embargo no mencionó, entre otros muchos detalles de la misión, la utilización de la población civil como escudos humanos por parte de los talibanes o el desmantelamiento de la base aérea de Manás en Kirguizistán –que las tropas norteamericanas han comenzado y que deberán terminar antes del 18 de agosto–, vital para el suministro de las tropas desplegadas en Afganistán, entre ellas las españolas.

Como se esperaba, Carmen Chacón obtuvo la luz verde para enviar más de 532 nuevos efectivos militares de forma temporal a Afganistán, la mayoría de los cuales actuará durante el proceso electoral. Lo que no debería hacerle olvidar que sus palabras siguen sin convencer y que sus comparecencias deberían de ser algo más que un mero trámite.

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