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Amando de Miguel

Historias de la Historia y de la Geografía

Muchas personas que viven en las costas levantinas (por donde se levanta el Sol) se sienten ofendidas si se dice que su tierra es "Levante". Un comunicante anónimo de Valencia sostiene que eso de "Levante" para su tierra es un madrileñismo insufrible.

Marco Bahón anda intrigado con historia de Aquiles y no logra recomponerla. No soy experto en mitología griega, pero se trata de una historia muy conocida y muy bonita que paso a resumir. Cuando el héroe griego era niño, un oráculo predijo que conquistaría la ciudad de Troya. La madre de Aquiles (Tetis, una nereida) intuyó que esa conquista significaría la muerte de su hijo. Para evitar ese destino, Tetis sumergió por un momento a su hijo en la mágica laguna Estigia, sujetándolo por un talón. Ese baño lo convertía en invulnerable, pero quedaba el talón, que no se sumergió, como único punto vulnerable del cuerpo de Aquiles. La Diosa Paris, sabedora de ese punto débil, mató a Aquiles con una flecha que se clavó en el talón del guerrero, el héroe por excelencia de la mitología griega. Si esa figura mítica tenía un punto débil, qué no será lo que pueda predicarse de los humanos corrientes. Es decir, todos tenemos nuestro talón de Aquiles.

María del Mar Palazuelos me pide que aclare lo de la Peste Negra como antecedente de la actual crisis económica, una relación que establecí en una intervención televisiva de forma apresurada. En efecto, la Peste Negra de 1350 (año arriba, año abajo) fue una fecha fatídica en la Historia europea. Fue una terrible peste bubónica, asociada a otros desastres, que ocasionó la muerte de un tercio de la población europea. Simbólicamente, una de las víctimas, fue Guillermo de Occam, un filósofo que estaba llamado a superar la Escolástica medieval. Esa crisis de 1350 supuso la detención, por más de un siglo, del proceso que iba a inaugurar el Renacimiento.

Barrunto que la crisis actual va a ser más grave de lo que se dice y que va a trascender el campo estrictamente económico. De ahí que el antecedente sea la catástrofe de 1350 y no tanto la depresión económica de 1929. Y si no, al tiempo. Desde luego, la crisis actual no es un episodio estrictamente financiero por el que "los bancos no quieren prestar dinero". Esa interpretación es tan general como falsa.

Manix me dice que el chotis madrileño proviene de Bohemia. Se llamó así por una derivación del alemán schottisch (escocés), porque ese era el origen último. Manix recuerda otros orígenes foráneos de los elementos típicos de Madrid: la gorrilla de los chulapos es gaélica, el mantón de manila procede de China y la dicción chulesca es un invento del alicantino Carlos Arniches. Añado que el cocido madrileño es castellano o leonés y el bombín es inglés.

Luis Lebredo (Redlands, California, Estados Unidos) confirma el choque cultural que supone en los Estados Unidos el hecho de que los puntos cardinales se utilicen para orientar cualquier dirección con el consiguiente despiste de los hispanohablantes (los cuales "por lo general se quedan en Babia"). Supongo que los norteamericanos que residan en Madrid se quedarán igualmente en Babia al leer el cartel de entrada a la autopista de La Coruña que figura en mi pueblo: "dirección Adanero". Añado que en España muchas personas que viven en las costas levantinas (por donde se levanta el Sol) se sienten ofendidas si se dice que su tierra es "Levante". Un comunicante anónimo de Valencia sostiene que eso de "Levante" para su tierra es un madrileñismo insufrible. Añado que en Madrid resulta confuso que la Plaza o el Palacio de Oriente se sitúen en el occidente de la ciudad. Un monumento a la imprecisión geográfica es el famoso comienzo del Quijote: "en un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...".

Antonio P. Canosa García interpreta que la capacidad de los españoles para manejarse bien con los puntos cardinales no es tanto un defecto como un desuso. Su tesis es que el territorio español se ha organizado así desde hace muchos siglos y los puntos cardinales (por abstractos) son mucho menos expresivos que otras referencias históricas o geográficas. De todas formas, don Antonio opina que los puntos cardinales se deberían utilizar más en los carteles indicativos de las carreteras, pensando sobre todo en los visitantes extranjeros.

Por otra parte, es notoria la relatividad de la percepción que se deriva de los puntos cardinales. Ya es difícil entender lo que significa "Occidente" en términos globales. Por ejemplo, Chile es Occidente, pero también Rumanía. ¿Lo es también Israel? ¿Y Rusia? ¿No es Chaikovski un músico plenamente "occidental"?

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