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Emilio Campmany

Tontería izquierdista de la semana

Goytisolo no se dan cuenta, o no quieren dársela, de que el enemigo del fundamentalismo musulmán es Occidente entero, sin distinciones.

Carlos Rodríguez Braun nos deleita todos los lunes aquí, en Libertad Digital, con la tontería económica de la semana. Algún día debería empezar a escribir la tontería izquierdista de la semana, aunque es muy probable que no dé abasto y tenga que convertirla en la tontería izquierdista de cada día o de cada hora.

Juan Goytisolo es uno de nuestros más ilustres escritores. Rabiosamente izquierdista, ha sido tan alabado como premiado. Lo cual no es óbice para que con recurrente frecuencia diga alguna tontería. Este domingo ha escrito una muy gorda en un artículo en El País dedicado a explicarnos lo bien que conoce Irán. Ya se sabe que Goytisolo es experto en mundo islámico. Con el artículo demuestra que el campo de su saber no se limita al mundo árabe, sino que se extiende también a otros países musulmanes. Pues bien, dice Goytisolo tras una larga exposición de cuáles son las claves de lo que ocurre en Irán: "la obstinación de Ahmedineyad contra el Gran Satán carece de credibilidad frente al cambio representado por Obama". La gente de El País, criada a los pechos de Juan Luis Cebrián, destila tanta mala leche que, para que la necedad no pase desapercibida, la han destacado en un recuadro no vaya a ser que a los que nos aburre Goytisolo se nos escape.

Total, que es muy natural que los iraníes y los demás musulmanes vieran a los Estados Unidos como el Gran Satán hasta Bush. Sobre todo, cuando mandaba Bush. Pero, ahora que está Obama, no hay razón para ser tan descortés. La bobada se las trae. Goytisolo se cree que el radicalismo islámico es como un izquierdismo de raíz religiosa, una especie de socialismo utópico, que debería saber que en Occidente tiene enemigos, los demonios de la derechas, pero también amigos, la buena gente de la izquierda. No se dan cuenta, o no quieren dársela, de que el enemigo del fundamentalismo musulmán es Occidente entero, sin distinciones. Ni tampoco que, para ellos, no importa que se llamen Ahmadineyad, Jameini, Bin Laden o Ismail Haniya, cuanto más laico y desacralizado esté Occidente, más satánico se les figura.

Y luego, ¿qué significa que "la obstinación de Ahmadineyad carece de credibilidad"? Goytisolo habla del presidente iraní como si se refiriera a Llamazares o a Ignacio Ramonet, un correligionario al que, tras pecar de excesivamente extremista, hay que conminar para que vuelva a la ortodoxia pragmática. A Ahmadineyad le importa un bledo la credibilidad que pueda tener ante Goytisolo y el resto de la izquierda española, europea y norteamericana.

Además, ¿qué ha cambiado Obama? Lo único que ha hecho es largar en El Cairo un pestiño que sólo ha servido para demostrar lo poco que sabe sobre la Inquisición, la Ilustración y el Renacimiento. Lo que sí ha hecho Obama es ordenar una ofensiva militar en Afganistán en la que se están aplicando ce por be las exitosas tácticas empleadas por Bush en Irak al final de su mandato.

A Goytisolo le pasa que no sabe a qué bando apuntarse en Irán. Por un lado, le caen simpáticos los ayatolás por habérselas tenido tiesas con los norteamericanos. Por otro, no deja de conmoverle ver masas de gente protestando en las calles contra un Gobierno, siempre que el Gobierno no sea de izquierdas. ¿Con quién quedarse? Goytisolo vacila y acaba diciendo tonterías. ¡Jesús, qué izquierda!

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