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Juan Morote

Con "E" de escándalo

Para ayudar a la temporada en la que más ha caído el consumo en España, nuestros alcaldes, concejales de obras y demás supuestos servidores públicos, han optado por dificultar el acceso de los ciudadanos a las rebajas.

Somos muchos los sufridores del plan "E" ideado por José Luis Rodríguez Zapatero. Huelga decir que los que han hecho el agosto con este puñetero plan han sido los impresores de los carteles, ya que no se habían lanzado tantos y de tan grandes dimensiones con anterioridad. Nadie ha tenido en cuenta que en pleno mes de julio las arterias y los accesos de las principales ciudades de España, o lo que queda de ella, se hallan colapsadas.

Parece mentira, pero nuestros bien pagados gestores municipales no han tenido en cuenta que muchísimos trabajadores se desplazan desde su segunda residencia en estos días. De este modo, permiten a sus hijos en edad escolar disfrutar de la playa o la piscina mientras los padres van y vienen al trabajo. Pues nada, como aquí el sufrido contribuyente, afortunado de tener un trabajo al que acudir, lo tiene que soportar todo, no basta con subirle los impuestos, ni con hurtarle de su bolsillo el fruto de su trabajo, además le hacen perder una hora o más de tiempo todos los días para entrar y salir de las ciudades.

Todos los consistorios se han dispuesto a cooperar al despilfarro con fruición, no ha habido un solo ayuntamiento que haya decidido prescindir del cacareado plan "E". Conozco un buen número de pequeños comerciantes que han visto frustrada su expectativa de beneficio en estos meses veraniegos por mor de la aplicación irracional de tan esquizofrénica media de fomento del empleo. Nadie ha pensado que si estamos a cuarenta grados a la sombra, es preceptivo acudir a las zonas comerciales utilizando el transporte rodado, puesto que la opción de caminar puede desembocar en una desgracia.

Así que para ayudar a la temporada en la que más ha caído el consumo en España, nuestros alcaldes, concejales de obras y demás supuestos servidores públicos, han optado por dificultar el acceso de los ciudadanos a las rebajas. Esta determinación sería entendible si estuviésemos en disposición de adoptar medidas de enfriamiento de la economía, pero si aquí no compra nadie ni lo imprescindible, no parece ni medianamente razonable.

De este modo, sin saber por qué, todos los ayuntamientos han seguido el señuelo de Rodríguez Zapatero, convirtiéndose en cómplices necesarios del despilfarro. Este desatino tendremos que pagarlo todos los ciudadanos a base de nuestros impuestos durante los próximos años. El endeudamiento no es gratuito. El clarividente y temporal plan urdido en Moncloa y perpetrado contra la capacidad de ahorro de los ciudadanos no lleva la "E" de Expaña, sino la "E" de escándalo. Y además no va a servir absolutamente para nada.

En Libre Mercado

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