Menú
Amando de Miguel

Frases y dichos

Como lo tiene la respuesta del paisano cuando le preguntaron: "Ustedes los gallegos ¿por qué responden siempre con otra pregunta cuando le preguntan algo?". El paisano respondió rápido: "¿Y por qué no?".

Hilario Sáenz Mir da su versión particular sobre la frase hecha "a buenas horas, mangas verdes". Se deriva de los manguitos verdes que utilizaban los escribientes y oficinistas en el siglo XIX. Los manguitos servían para no mancharse de tinta las mangas de las camisas o las chaquetas. Otra frase hecha que explica don Hilario es la de "hacerse el sueco". Atribuye el origen al ambiente laboral de las empresas mineras inglesas o suecas que existían en Huelva y Cádiz en el siglo XIX. El "sueco" era el extranjero que figuraba nominalmente en esas empresas y que servía de hombre de paja a efectos oficiales. Ambas historias me parecen interesantes, pero presentan una importante laguna a la hora de su poder explicativo. Sospecho que las dos expresiones dichas (mangas verdes y hacerse el sueco) circulaban ya en España antes del siglo XIX.

Es mucho más verosímil que lo de las "mangas verdes" se originara por la alusión a las casacas verdes de los cuadrilleros de la Santa Hermandad, un tribunal medieval reorganizado por los Reyes Católicos. Curiosamente a la Guardia Civil del siglo XIX también se le proveyó de uniformes verdes. La queja de que la policía llega tarde al lugar del crimen es recurrente en muchos países y en diversas épocas.

Lo de "hacerse el sueco" (= no darse por enterado, hacerse el tonto) proviene seguramente de los marineros extranjeros (tópicamente "suecos") que arribaban a las costas españolas y con los que era difícil entenderse. También podría ser que se derivara de "soccus" (= zuecos), el calzado de los rústicos en las comedias tradicionales. Esa doble explicación es la que da José Mª Iribarren.

Pedro M. Pérez Leal (Cáceres) se apunta al origen de las "mangas verdes" para el uniforme de la Guardia Civil (creada en 1844, en tiempos de Narváez), aunque más bien por el color de la capa. Se me ocurre que lo del color verde para el uniforme de una policía rural (como eran la Santa Hermandad y la Guardia Civil) no se debió tanto a razones de mimetismo o camuflaje. Me parece que pesaba más bien la asociación con el sentido aristocrático que tenía el color verde, quizá porque era difícil de conseguir con tintes naturales. Recuérdese la figura hidalga del Caballero del Verde Gabán en el Quijote.

Eduardo Fungairiño (que es una especie de Google) sostiene que el uniforme original de la Guardia Civil era azul con vueltas rojas. Después de la Guerra Civil se unificó el cuerpo de la Guardia Civil (más leal a Franco) con el de los Carabineros (más leal a la República), cuyo uniforme sí era verde.

José Mª Navia-Osorio encuentra una preciosa ilustración de ese monumento a la ambigüedad que es el "depende" de los gallegos. En una carretera de La Coruña ha visto una señal de tráfico en la que se recomendaba ir a "70-80 km/h". Otro ejemplo. Un amigo de don José Mª aparcó en una calle de Lugo y preguntó a un viandante por una dirección. El interlocutor le respondió: "¿Por qué me lo pregunta?". Ante la actitud de sorpresa del amigo de don José Mª, el gallego se lo aclaró con amabilidad: "Es que veo que es usted forastero y que acaba de aparcar el coche. En la calle que me pregunta hay un restaurante y, dada la hora, es posible que quiera comer y solo conozca la dirección de ese restaurante. Yo puedo aconsejarle otros mejores y más baratos". Así pues, la curiosidad del gallego tenía mucho sentido. Como lo tiene la respuesta del paisano cuando le preguntaron: "Ustedes los gallegos ¿por qué responden siempre con otra pregunta cuando le preguntan algo?". El paisano respondió rápido: "¿Y por qué no?". Ya de paso, doy un truco de lectura rápida. En un texto que no sea una obra de ficción sáltense las preguntas. De esa forma se enterarán del contenido con mayor rapidez y efectividad. ¿No es cierto? Las preguntas transmiten poca información.

León Zeldis Mandel (Israel) se pregunta por el sentido y el origen de la expresión "ser de cajón". Equivale a decir que algo es lógico, evidente, obvio, fuera de toda duda o discusión. Unamuno entiende que se relaciona con la "ocasión" a través del italiano o el portugués. Para mí la expresión procede del "cajón" o estantería donde se guardan los libros. Equivale a decir que algo obvio o lógico "es de libro".

En Sociedad

    0
    comentarios