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Amando de Miguel

Ganga retórica

Muchas frases empiezan con muletillas, pero sólo sirven para ganar tiempo. En inglés esa ganancia es utilísima, puesto que se trata de un idioma muy escueto. Pero en el español, más bien grandilocuente, los recursos indicados pueden resultar fatigosos.

Es claro que empleamos muchas más palabras de las que se necesitan para una correcta comunicación. Ese exceso retórico es tan común que ni nos damos cuenta de que existe. No sólo hay repeticiones o redundancias. En la conversación culta (no digamos en la coloquial) introducimos voces y expresiones perfectamente prescindibles. La prueba es que, si las eliminamos, las frases siguen teniendo el mismo sentido.

Un adjetivo que se emplea mucho y que no suele servir de casi nada es "propio". A veces se necesita, cuando hay que subrayar que el sujeto al que se refiere también ejecuta la acción. Pero las más de las veces ese "propio" resulta ocioso.

Hay ocasiones en las que el relato exige matizar que la acción sucede "en un momento determinado". Pero por lo general esa precisión resulta innecesaria, pues todo sucede en un momento determinado. Es más, resulta difícil imaginar que haya un momento indeterminado.

Ahora está de moda el adjetivo "global". Equivale a "mundial, general, universal". En ocasiones es corriente esa precisión, pero las más de las veces no significa nada. Claro que el cambio climático es global, pues afecta a toda la Tierra. Por lo mismo, decir que la actual pandemia de gripe tiene un carácter global es un pleonasmo inútil. Muchas veces lo de "global" puede ser sustituido por "general" pero también hay un abuso de esa voz. Se dice "Junta general de accionistas". Se entiende, de todos los accionistas; no va a ser solo de una parte. O también Consejo General del Poder Judicial. No va a ser Particular.

Otra moda, derivada del inglés, es la de espolvorear los párrafos con estas expresiones cautelosas:

  • De alguna manera
  • En ese sentido
  • En cualquier caso

No significan nada. Muchas frases pueden empezar con esas muletillas, pero sólo sirven para ganar tiempo. En inglés esa ganancia es utilísima, puesto que se trata de un idioma muy escueto. Pero en el español, más bien grandilocuente, los recursos indicados pueden resultar fatigosos.

Claro que el español (el idioma y el tipo humano) gusta de parecer asertivo, enfático, campanudo. (De ahí lo bien que quedan tres adjetivos seguidos). Un recurso para dar cuenta de esa cualidad es repetir palabras innecesarias. Ejemplos comunes:

  • Todos y cada uno
  • Pero sin embargo
Hay muchas más ilustraciones. Da la impresión de que los españoles, en su expresión coloquial, no están muy seguros de lo que sostienen. De ahí lo de "sostenella y no enmendalla".

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