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Alberto Acereda

Divinización y adoctrinamiento

La caracterización mesiánica de Obama y su condición de "elegido" no resulta sólo asunto de chanzas sino que se fundamenta en lo que ha ido filtrándose por obra del marketing en la opinión pública.

Uno de los más conocidos chistes que circulan por Estados Unidos sobre Obama es aquél en el que un ciudadano le pregunta a otro: "¿Cuál es la diferencia entre Dios y Obama?". Tras un silencio, éste responde: "Que Dios no se cree que es Obama".

El chiste alude a la idea de que el actual presidente actúa o lo presentan como si fuera un ser divino. Corren otros chistes al hilo de la negativa de Obama de sacar a la luz toda la información en torno a su lugar de nacimiento: "Obama y Dios sólo tienen una cosa en común: ninguno de los dos tienen certificado de nacimiento".

Al margen de los chistes, la caracterización mesiánica de Obama y su condición de "elegido" no resulta sólo asunto de chanzas sino que se fundamenta en lo que ha ido filtrándose por obra del marketing en la opinión pública. Lo divino ligado a Obama es parte ya del imaginario popular, no sólo durante la campaña electoral sino además en los ocho meses de su presidencia. Hasta en Facebook, uno encuentra grupos sobre "Obama & Dios", o bien "Obama no es Dios". Existen incluso libros tan ridículos como el de una tal Royaslyn S. Russell presentando a Obama como el navío enviado por Dios para el cambio (God’s Chosen Vessel for Change: A Leader President Barack H. Obama).

Todo esto resultaría poco o nada relevante si no fuera porque, en verdad, el culto a Obama ha adquirido ya tintes preocupantes y cercanos al adoctrinamiento. Resulta iluminador echar una mirada a la cultura popular estadounidense desde el advenimiento (y nunca mejor dicho) de Obama. Hacerlo es un ejercicio instructivo que corrobora cómo hay un sector de la ciudadanía que, desde el catecismo de su ignorancia, ven a Obama como una suerte de divinidad.

El presentador televisivo Chris Matthews reconoció que en su labor periodística sobre la elección y discurso de Obama, sintió un dramático escalofrío subiéndole por la pierna. Por esas mismas fechas, la visión divina de Obama apareció también en boca de los infalibles holly-gili-woodianos. Así, George Clooney le decía al presentador Charlie Rose sobre Obama: "Él entra en una habitación y uno desea seguirle a algún sitio, adonde sea". Por lo mismo, la actriz Halle Berry confesaba por esas mismas fechas al Philadelphia Daily News: "Haré todo lo que él [Obama] diga. Recogeré hasta los papeles del suelo para limpiar su camino". Coincidiendo con la inauguración presidencial, actores y actrices como Ashton Kutcher y Demi Moore lanzaron otro vídeo más a favor de Obama en el que concluían afirmando su promesa de ser sirvientes del presidente ("I pledge to be a servant to our President").

Está claro que el propio Obama ha ayudado a esa visión mesiánica de su figura. En su discurso de junio de 2008 en St. Paul, Minnesota, para celebrar su victoria en las primarias demócratas, afirmó sin complejos que en el futuro "podremos mirar hacia atrás y decirles a nuestros hijos que éste fue el momento en que empezamos a cuidar a los enfermos y dar buenos trabajos a los desempleados; que éste fue el momento cuando la subida de los océanos empezó a ralentizarse y cuando nuestro planeta empezó a sanar".

Esta autocaracterización de Obama como nuevo mesías, curandero y sanador del planeta y de todos los males que hasta ahora parecería representar Estados Unidos resonó entre muchos ignorantes que siguen hoy profesando esa fe pagana a su figura. Un congresista de Illinois, como Jesse Jackson, Jr. afirmó en declaraciones al diario Politico, que la elección de Obama por sí sola resultaba algo tan extraordinario que podría ser perfectamente otro capítulo a añadir a la Biblia. Este pasado junio, el editor de Newsweek, Evan Thomas, elogió el discurso de Obama en El Cairo y declaró en la cadena MSNBC que Obama estaba tan por encima de su propio país que era ya una especie de Dios ("Obama is sort of God", dijo).

Esta misma semana ha salido a la luz un polémico vídeo que muestra a los miembros de una fundación cercana a Obama realizando un servicio pseudo-religioso reclamando la reforma de la sanidad. Se trata de la Fundación Gamaliel que ayudó desde Chicago a Obama en su elección. En el vídeo se oye el canto "Oye nuestra súplica, Obama", "Dánoslo Obama" ("Hear Our Cry, Obama!", "Deliver Us, Obama!"). Aunque algunos desmienten que se diga eso en el vídeo, la polémica está servida y el lector juzgará por sí mismo.

Por encima de estos casos y detalles, que se multiplicarían si ahondáramos más en el particular, lo preocupante es que de la divinización a Obama se ha pasado al adoctrinamiento de la juventud sobre el presidente que se observa ya en varias escuelas públicas. En esta misma columna ya comentamos el discurso de Obama en un colegio de New Jersey. Acaban de salir a la luz dos casos nuevos de adoctrinamiento al hilo de la visión mesiánica de Obama, tristemente perpetrados por parte de educadores públicos en Estados Unidos. En de junio de este año, por ejemplo, se grabó este vídeo en el colegio B. Bernice Young Elementary School en Burlington, Nueva Jersey. En él, se obliga a unos niños a cantar canciones y loas a favor de Obama con letras de claro carácter adoctrinador. Lo mismo ocurre con este otro vídeo que ha aparecido también estos días y grabado en Ashville, Carolina del Norte, con la consiguiente protesta en ambos casos por parte de los padres.

El márketing Obama funcionó en las elecciones y en los primeros meses de su presidencia. Sin embargo, y a la luz de la caótica situación económica y política de Estados Unidos con este nuevo presidente, el falso intento de divinización y el hipócrita uso adoctrinador de la figura de Obama por parte de ciertos sectores, incluidas ciertas escuelas públicas, resulta sencillamente repugnante.

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