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Antonio Robles

Nostalgia del poder judicial

Jordi Pujol no es un presunto cómplice, él mismo se ha declarado persona en posesión de información que pudiera desvelar irregularidades económicas. Por tanto, es cómplice de ocultarla conscientemente.

¿Se imaginan a un político que asegurara por televisión saber con certeza nombres y apellidos de miembros del Gobierno de la nación que pasan información a ETA para evitar se detenidos, y que después de anunciarlo en TV no facilitara dichos nombres a los responsables de la seguridad del Estado?

¿Se imaginan que tales bravuconadas las hiciera para evitar que el propio Gobierno, teniendo la misma información y constancia de él y de los suyos, tuviera la tentación de hacerlas públicas?

¿Se imaginan, además, que tales declaraciones las hiciera en medio de una ola de atentados sangrientos de ETA? ¿Sería concebible que existiera un político así y alardeara de ello seguro de su impunidad?

¿Creen que la ciudadanía consentiría que mientras los pistoleros de ETA segaban vidas y destrozaban familias, el político que lo podría evitar, callase?

En este delirio de preguntas imposibles, acabo con la más absurda. ¿Se imaginan que el fiscal general del Estado, sabiendo que tales declaraciones podrían ayudarle a garantizar la seguridad de todos los españoles, callara y consintiera sin ocurrírsele siquiera interrogar al encubridor de ETA?

Dejemos los atentados de ETA y pongamos que hablo de corruptos: ¿Se imaginan que de golpe y porrazo comienzan a explotar casos de corrupción política? Imagínense que un día salta el Palau de la Música de Millet por los aires, otro explotan minas de racimo Gürtel en la sede del PP, a los pocos días, asaltan el Ayuntamiento del Ejido, y nos enteramos que han volado 30 millones de euros de las arcas públicas del Gobierno balear a causa de la rapiña de la presidenta de su Parlamento. Y cuando el terror parece que no puede superarse a sí mismo, una célula dormida en Jersey, estalla en la Alcaldía de Santa Coloma de Gramanet contra el alcalde socialista, Bartomeu Muñoz, contra la mano derecha de Pujol, Lluís Prenafeta y contra el ex consejero de CiU, Macià Alavedra. ¿Se imaginan que mientras la alarma se extiende y nos avergüenza, quienes están en el secreto de tanto mangoneo chantajean o callan?

¿Se imaginan que un presidente de una comunidad autónoma acusara en sede parlamentaria al jefe de la oposición de que el problema de su partido era el tres por ciento? ("El problema de CiU se llama 3 por ciento") y ¿se imaginan que el jefe de la oposición le chantajease indignado con no respaldarle en su proyecto de Estatuto y que, por el bien del "país", retirara la acusación inmediatamente?¿Y que el acusador accediera ipso facto por puro interés partidista? ("Lo hago por una sola razón, que interesa mucho al país, espero de usted y de su grupo que estén en condiciones de cumplir su parte de obligación en los meses que vendrán, en los que se jugará el Estatut de Cataluña"). ¿Y que no pasara nada? ¿Se imaginan vivir en un país donde los políticos que habrían de librarnos de la corrupción, la ocultasen para mantener a raya a sus adversarios políticos, o amenazaran con revelarla, en función de intereses electorales?

¿Se imaginan que un ex presidente de la Generalitat, como Jordi Pujol, en medio de una explosión de corrupciones amenazara en TV3 a propósito de las acusaciones de corrupción que sus rivales políticos están realizando contra su partido por los 630.000 euros recibidos de Félix Millet para su Fundación Trías Fragas, asegurase saber casos de posibles corrupciones y no los denunciara? No se si se lo imaginan, pero, aquí tienen lo que ha declarado en TV3:

Si entramos aquí, nos haremos mucho daño. Yo también podría decir, estos dieron tanto a tanto, usted dio tanto a tanto, este dio tanto a tanto. Todos apestaríamos. Por tanto, no entremos: pero, ¡ey!, si es preciso entrar, entraremos.

¿Dónde están los fiscales en Cataluña? ¿O el fiscal general del Estado? ¿Acaso se puede permitir que una autoridad política pueda ocultar casos de posible corrupción sin que se le inste a declarar ante un juez?

Por lo menos sabemos una cosa: Jordi Pujol no es un presunto cómplice, él mismo se ha declarado persona en posesión de información que pudiera desvelar irregularidades económicas. Por tanto, es cómplice de ocultarla conscientemente. Y lo que es peor, sólo largaría, si a quienes él podría acusar, delataran a su partido de lo mismo. Por lo cual, ¿se podría deducir que su partido o él mismo podrían ser presuntos encubridores, y por lo mismo, presuntos delincuentes? Líbrenos Dios de pasar de este juego de deducciones. En este país, sólo los ciudadanos corrientes están sujetos a la separación de poderes y a sus consecuencias judiciales.

P.D: Pascual Maragall: "Lo hago por una sola razón, que interesa mucho al país". ¿A qué país le puede interesar que sus políticos le oculten su propia corrupción?

P.D. 2: Quienes habrían de hacer los ajustes estructurales para evitar la corrupción, son los menos interesados. ¡Triste días los de un país, que sólo le quede la esperanza del poder judicial!

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