A pesar de que me incluyo entre los que piensan que al tipo se le cayeron varios tornillos cuando, por no aguantarle, su padre lo dejó en manos de los jesuitas que no pudieron hacer nada bueno por él en el colegio Belén de La Habana, lo cierto es que creo que mientras viva no dejará de sorprenderme. Aunque cueste creerlo Fidel Castro culpa a los turistas que visitan Isla Cárcel de introducir en su finca la gripe A. Gabriel Escarrer tendría que pensárselo dos veces antes de viajar a Cuba. Podrían encerrarlo en Villa Marista. Es lo que tiene asociarse con negreros perturbados.
Ni siquiera Moratinos podría descuidarse. Cada poco viaja a La Habana. Es más, sólo alterna con los verdugos. Nadie mejor que él para contagiarles. Tal vez para que no le acusen de introducir en Cuba la gripe A al servicio de lo peor de la potencia enemiga es por lo que esta semana –después de rechazar un encuentro con las esposas de los disidentes encarcelados por la tiranía– recibió en Madrid a dos espías castristas presos en Estados Unidos.
¿Cabe mayor burla del sufrimiento ajeno? ¿A qué responde semejante infamia? ¿Sólo al interés de Zapatero por llevarse bien con las carceleros para tratar de enredar en el futuro de su cárcel? No es creíble. Para eso no necesitaba poner también la cama. Ha de mediar algo más. Algún tipo de chantaje. Tal vez algún agujero negro que Castro conoció de boca de sus muchos amigos terroristas. Ya intentó enredar en Estados Unidos con el 11-S. ¿Por qué iba a renunciar a hacerlo en España con el 11-M? Más cuando le consta que si algo perturba la paz gótica de Zapatero es que le recuerden lo que ocurrió en Madrid tres días antes de que ganara por primera vez unas elecciones generales.
Quien no parece estar muy preocupada por los chantajes de su abuelo esMirta Castro Smirnova. Ya le ha dado dos biznietos al más anciano de los dos coma-andantes. Y por lo que cuentan las crónicas pronto le dará otro. Lo que no sabemos es si su bisabuelo permitirá que le visiten. Tal vez tema que le contagien. Mejor se quedan en Sevilla. No tienen por qué pagar porla maldad y la locura que también destruyó su familia.