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Agapito Maestre

La arbitrariedad de Rajoy

Rajoy y Arenas no están saliendo bien parados cuando critican a sus conmilitones por hacer declaraciones públicas sobre asuntos internos del partido. Así, Ruiz Gallardón manifestó que le importaba una higa el castigo que el partido impusiera a Cobo.

Quizá la crisis económica desgaste más al PSOE que las luchas internas al PP. Quizá sea suficiente la ventaja, que otorgan todas las encuestas, de 3 puntos del PP sobre el PSOE para que llegue al Gobierno Rajoy. Nada puede descartarse en política. La indeterminación es la principal seña de identidad de las sociedades abiertas, aunque no crea que sea el caso de la sociedad española cada vez más cercada por sus impresentables políticos.

Sin embargo, nada de eso sería un obstáculo decisivo para criticar las medias verdades de los dirigentes del PP, empezando por Rajoy, quien el otro día, en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP, dijo que él era el único responsable para elaborar las listas electorales. ¡Cuidado, amenazó Rajoy, con lo que hace Esperanza Aguirre, porque la saco de las listas! El poder del presidente del PP es grande, pero, en verdad, no es el único a la hora de decidir quién va o quién sale de una candidatura.

Hay, en efecto, un comité en el PP encargado de dar el visto bueno a las candidaturas presentadas. Se diría que ese comité es el responsable último de las decisiones de Rajoy. Más aún, cabría pensar que el presidente de ese comité es, en verdad, tan poderoso como el propio Rajoy; de hecho, el presidente del PP es quien nombra a los números "uno" por todas las circunscripciones, mientras que los otros nombres de la lista están sujetos a las contingencias de la organización y, muy especialmente, a las decisiones del presidente del citado comité. En otras palabras, el jefe de ese comité de listas ostenta o, al menos, debería de ostentar tanto poder como Rajoy.

Pues bien, el box de ese comité de listas sigue siendo, si las cosas no han cambiado, Javier Arenas Bocanegra. Éste sí es, en verdad, uno de los principales sostenedores de Rajoy. Por cierto, estos dos dirigentes no están saliendo bien parados, cuando critican a sus conmilitones de que "es inadmisible hacer declaraciones públicas sobre asuntos que son internos del partido". Por ejemplo, Ruiz Gallardón manifestó que le importaba una higa el castigo que el partido impusiera a Cobo, porque él le seguiría manteniendo en su puesto en el ayuntamiento de Madrid.

Tampoco Manuel Fraga, después de ese famoso Comité Ejecutivo Nacional al que no asistió Esperanza Aguirre, guardó silencio sobre los problemas internos del partido. Por el contrario, pregonó por las ondas que él ya habría resuelto la crisis de Madrid y, por supuesto, no descartaba que el PP nombrase una gestora para resolver los problemas del PP de Madrid que, según da a entender este buen señor, no son otros que lo que derivan de la presidencia de Esperanza Aguirre. O sea que van a por Esperanza.

En fin, da tanto miedo un partido sin transparencia democrática como que la sociedad le preste su apoye sin demasiadas objeciones.

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