Vladimiro Roca no se lo pudo dejar más claro a los oyentes de Esradio. Considera a Zapatero cómplice de los carceleros que ordenaron los actos de repudio, las agresiones y amenazas que él, la histórica Martha Beatriz Roque y otros siete disidentes sufren desde el 9 de octubre, fecha en la que se encerraron en su casa de La Habana con intención de denunciar que la tiranía se incautó de una cámara que permitía a otros héroes informar en la red de internet de los crímenes de sus verdugos. Por favor, no dejen de escuchar las declaraciones de Vladimiro Roca. Sabrán, no sólo de la complicidad de Zapatero, también de la insufrible cobardía del cardenal de La Habana.
Cuando empeoró hasta el extremo la salud de Martha, los disidentes le pidieron al sacerdote de su parroquia que le ofreciera la extremaunción, pero éste, tan cobarde como el cobarde de su superior, solicitó el permiso que le negó la cobardía de Jaime Ortega. No se puede ser mucho más cobarde. No sé si llegará el día en el que pueda conocer a los héroes que se plantaron en la casa de la libertad. Ya no lo sé. Cincuenta años son muchos años para esperar por lo que no llega. Pero sí sé que no me gustaría morirme sin antes abrazar a Martha Beatriz Roque en La Habana. Con quien no me gustaría coincidir jamás es con el cardenal Jaime Ortega que, lejos de correr en su auxilio y encerrarse con ella, le niega hasta el consuelo de la extremaunción.
Respecto a Zapatero, no podemos contarle mucho más de lo que ya saben. Ni él ni el correveidile que cada poco viaja a La Habana –y que tendría que quedarse allí para poder recibir la comunión dominical de la mano de Ortega– se atrevieron a negar la acusación de Vladimiro Roca. Acusación que los españoles pueden conocer sólo si escuchan Esradio y leenLibertad Digital. Al menos hasta hoy, ningún otro medio de comunicación les informa del sufrimiento de los que se encerraron en la casa de la libertad. Les consta a los que desde España esperan el final dela barbarieque les forzó a huir delparaíso comunista. Dos de ellos, y en nombre del resto, me han pedido que agradezca a Federico Jiménez Losantos y a todos los que trabajan en Esradio y enLibertad Digitalque, desde su libertad y su conciencia, no desprecien el sufrimiento de los que no pudieron escapar de la tiranía castrista.