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George Will

Inundados de combustibles fósiles

Ya tenemos un nombre para la doctrina política que disfruta de la escasez de todo excepto de la del Estado. Ese nombre es ecologismo.

¿Qué ciudad cree que contribuyó más a la creación del mundo moderno? ¿El París de la Ilustración y después de Napoleón, pionero de los ejércitos napoleónicos modernos y del estatismo nacionalista? ¿Londres, decano de la democracia parlamentaria y centro de la economía? O tal vez Titusville, en Pensilvania.

En esta última ciudad, el petróleo que se filtraba del subsuelo era recogido para fines medicinales, hasta que Edwin Drake lo extrajo y hace 150 años –el 27 de agosto de 1859– descubrió el fundamento de nuestro mundo a 21 metros bajo la superficie de Pensilvania, lo que el historiador del crudo Daniel Yergin llama "la Arabia Saudí del siglo XIX."

Durante muchos años, la mayor parte del crudo se utilizó para iluminar y lubricar, y las cantidades extraídas eran modestas. Más tarde, en 1901, un pozo nuevo que debe su nombre a una colina al este de Texas, Spindletop, empezó a escupir más por día que todos los demás pozos estadounidenses juntos.

Desde entonces, América ha agotado sus yacimientos petroleros. En varias ocasiones.

En 1914, la Oficina de Explotaciones Mineras anunciaba que las reservas estadounidenses de crudo se agotarían hacia el año 1924. En el año 1939, el Departamento de Interior anunciaba que el mundo disponía de 13 años de reservas de petróleo más. A continuación, se libró una guerra global y la prosperidad de posguerra se basó en el petróleo, y en 1951 el Departamento de Interior informaba de que al mundo le quedaban... 13 años de reservas. En 1970, las reservas petroleras demostrables del mundo se estimaban en 612.000 millones de barriles. Hacia el año 2006 se habían bombeado más de 767.000 millones de barriles y las reservas demostradas se situaban en los 1,2 billones de barriles. En 1977, el Aguafiestas en jefe Jimmy Carter predecía que la humanidad "podría haber consumido todas las reservas demostradas de crudo en el mundo entero hacia el final de la próxima década". Desde entonces, el mundo ha consumido tres veces más petróleo del que había entonces en las reservas demostradas.

Pero sin duda alguna, a día de hoy Estados Unidos podrá emanciparse rápidamente de los hidrocarburos con la adopción de las energías alternativas: ¿la eólica, la solar, la nuclear? No.

Keith O. Rattie, consejero delegado de Questar Corporation, una compañía especializada en gaseoductos y gas natural, afirma que hacia el año 2050 podría haber 10.000 millones de personas demandando energía, una perspectiva desalentadora, considerando que de los 6.200 millones de habitantes de hoy en día, casi 2.000 millones "ni siquiera dispone de electricidad, nunca ha tocado un interruptor de la luz". Rattie afirma que la demanda energética crecerá entre un 30 y un 50% durante los 20 próximos años y que no hay alternativas a corto plazo a los combustibles fósiles.

En la actualidad, la energía solar y la energía eólica suponen apenas la sexta parte del 1% del consumo energético estadounidense. ¿La nuclear? Los Estados Unidos entre otras naciones ricas apoyan la reducción de las emisiones contaminantes en un 80% antes del año 2050. Pero Oliver Morton, un autor científico, afirma que si la energía nuclear tuviera que proporcionar tan sólo el 10% de la energía no contaminante que se va a necesitar, el mundo debería construir más de 50 plantas nucleares al año. En la actualidad se están construyendo cinco. Rattie afirma que como parte del "auge mundial en la construcción de centrales térmicas", las alrededor de 30 que se están levantando en Estados Unidos "consumirán cerca de 70 millones de toneladas de carbón al año".     

Edward L. Morse, un funcionario de la oficina de energía del Departamento de Estado de Carter, escribe en Foreign Affairs que las reservas petroleras y gasistas del mundo en el subsuelo marino son significativamente mayores de lo que se pensaba hace apenas una década, y que los elevados precios han estimulado el desarrollo de tecnologías –un buque perforador puede costar alrededor de 1.000 millones de dólares– para extraerlas. El coste de explotar los yacimientos de alquitrán al aire libre –Canadá podría albergar más petróleo del que tiene Arabia Saudí– está bajando, de manera que los proyectos que el año pasado no eran económicamente viables con el precio del barril por debajo de los 90 dólares lo son ahora con el barril a 79.

Morse afirma que las nuevas tecnologías también están acelerando la explotación del gas natural contenido en los yacimientos de pizarra bituminosa estadounidenses. La Formación de Marcellus, que se extiende desde Virginia Occidental hasta entrar en Nueva York a través de Pensilvania, "podría contener tanto gas natural como la principal explotación de Qatar, la mayor que se ha descubierto nunca".

Rattie comenta que las reservas estadounidenses conocidas de gas natural, que a buen seguro serán mayores, superan los 100 años de suministro al ritmo de consumo actual. BP anunciaba hace poco el descubrimiento de un yacimiento petrolero "gigante" bajo las aguas del Golfo de México. Yergin, en Foreign Policy, dice que "el examen cuidadoso de los yacimientos mundiales conocidos... indica que la cantidad de recursos que tiene el planeta bastan para soportar la demanda durante las próximas décadas".

Una noticia tan buena horroriza a la gente que depende de la escasez porque exige –o eso dicen ellos– que el Estado racione lo que es escaso y que las personas derrochadoras rectifique su comportamiento: "¡Le habla la policía! ¡Suelte esa bombilla incandescente y aléjese de la lámpara!".

Ya tenemos un nombre para la doctrina política que disfruta de la escasez de todo excepto de la del Estado. Ese nombre es ecologismo.

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