Menú
Agapito Maestre

Dichterliebe

Pacheco, sí, siempre hizo una poesía que se entiende. O sea, hace la poesía más difícil de escribir que jamás se haya hecho: poesía popular. Poesía inteligible. Poesía.

Dichterliebe (amor de poeta) es el título de un poema de José Emilio Pacheco. Toda una reivindicación de un viejo oficio. Viejo y duro. El primer verso contiene toda la poética del autor: "La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento". Me alegro de que alguien con esa fuerza haya recibido el Cervantes. En realidad, José Emilio Pacheco prestigia el Premio Cervantes. Pacheco es un grandioso poeta. Ha elevado el lenguaje de las urgencias vitales a gran poesía. Poesía popular. Inteligible. Perfecta.

¿Perfecta? Sí, incluso hubo alguien, en su país, que en cierta ocasión se quejó de tanta perfección; más aún, se llegó a decir que corría el peligroso riesgo de quedarse detenido en su perfección. Ganas de molestar. Pacheco, sí, siempre hizo una poesía que se entiende. O sea, hace la poesía más difícil de escribir que jamás se haya hecho: poesía popular. Poesía inteligible. Poesía. No importa el nombre del poeta. Lo decisivo es que la diga, o mejor, la sienta la gente. El pueblo. El nombre del autor es lo de menos, lo importantes es que:

Todos somos 'poetas de transición':
la poesía jamás se queda inmóvil.

La complejidad de la obra de Pacheco reside en su transparencia. Su obra está construida con lucidez e inspiración. Inteligencia discursiva y emoción artística nunca están peleadas en los poemas del mexicano. Jamás luchan por la hegemonía. Razón y sentimiento caminan cogidos del brazo. Quizá por eso sus poemas consiguen prolongar la vida, ser una continuación de la realidad, y una vuelta a empezar. Poesía es realidad. Vida. El poeta sólo tiene una misión captar lo inasible:

Otros hagan aún el gran poema,
los libros unitarios, las rotundas
obras de que sean espejo de armonía.
A mí sólo me importa el testimonio
del momento inasible, las palabras
que dicta en su fluir el tiempo en vuelo.
La poesía anhelada es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida.

Alegrémonos también porque Pacheco es orgulloso de pertenecer a una gran tradición literaria, poética, o sea, civilizadora e hispánica. El poema contra el crítico Harold Bloom es impecable:

Al doctor Harold Bloom lamento decirle
que repudio lo que él llamó 'la ansiedad de las influencias'.
Yo no quiero matar a López Velarde ni a Gorostiza ni a Paz ni a Sabines.
Por el contrario,
no podría escribir ni sabría qué hacer
en el caso imposible de que no existieran.

En Sociedad

    0
    comentarios