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Fernando Martín

Sobre la supuesta "canallada"

La voluntad del presidente de la FEB de recuperar el control de la liga viene de lejos, pero que lo haya dicho ahora de forma tan clara pone de manifiesto que se siente lo suficientemente fuerte como para dar la batalla por el poder y ganarla.

La semana pasada unas declaraciones de Eduardo Portela, presidente de la ACB, en referencia a la modificación de la ley del deporte tuvieron una dura réplica por parte de José Luís Sáez, presidente de la FEB, tachando sus palabras de "canallada".

Las declaraciones del presidente de la ACB y las explicaciones de su director general, Josep Senespleda, respecto a sus reivindicaciones de cara a la tramitación de la nueva ley del deporte no son algo nuevo y resumen la postura que ha mantenido la ACB en los últimos años, por lo que en principio no deberían haber originado una respuesta tan contundente.

La explicación de tan duras palabras es que José Luís Sáez ha puesto claramente sobre la mesa lo que insinuó en Tirando a Fallar y que fue objeto de mi anterior artículo: su intención de "fusionar" el baloncesto en una única marca, pero en forma de fusión por absorción. La voluntad del presidente de la FEB de recuperar el control de la liga viene de lejos, pero que lo haya dicho ahora de forma tan clara, además de buscar que el CSD se decante por su visión, pone de manifiesto que se siente lo suficientemente fuerte como para dar la batalla por el poder y ganarla.

A su favor tiene varios factores: el reconocimiento público obtenido por los éxitos de la selección nacional, con lo que eso conlleva de cara a la obtención de ingresos por patrocinio; la consecución de la organización del mundial de baloncesto en España el 2014, que es una magnífica plataforma de promoción institucional y personal; el trato de "amigo" de gran parte de la prensa deportiva, y la sensación de fin de ciclo en la presidencia de la ACB.

También tiene factores en contra: algunos personales, como un afán de protagonismo desmedido y un estilo de gestión que busca la adhesión inquebrantable, del tipo "o estás conmigo o estás contra mí"; y otros acerca del modelo organizativo, como una mayoría de clubs que están en contra de volver a la situación anterior de dependencia total de la Federación por más que se les ofrezca una expectativa de más ingresos y menos gastos al concentrar estructuras y esfuerzos. Si actualmente ya hay varios representantes de clubs descontentos por su falta de protagonismo en la gestión de la ACB, su margen de maniobra y su capacidad de decisión serían aún menores en un contexto en el que la situación de los clubs profesionales no sería la principal preocupación, sino tan sólo una variable más dentro de la "marca única". Además, el incremento global de ingresos no supone de forma automática un mayor reparto para los clubs profesionales y, aunque así fuera, hay cosas que no tienen precio como la pérdida de la capacidad de decisión, sobre todo cuando ya has conocido otra situación.

Ahora que la lucha por el poder ha dejado de ser soterrada y ya es pública, se empezarán a ver los primeros posicionamientos, la postulación de candidatos y la concreción de modelos y ofertas, por lo que nos esperan unos meses entretenidos y bastante interesantes.

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