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EDITORIAL

Palos de ciego contra las pensiones

Lo criticable del Gobierno es que no informe con transparencia a las demás fuerzas políticas y a la Comisión Europea de qué es lo que quiere hacer y que, en su lugar, se dedique a dar palos de ciego, para intranquilidad de pensionistas presentes y futuros

El bochornoso espectáculo que está dando el Gobierno de Zapatero con sus vaivenes y falta de transparencia en un asunto tan serio como el de las pensiones tampoco parece tener límites. Durante años, y frente a quienes alertaban de la insostenibilidad del actual sistema de pensiones, el Gobierno de Zapatero presentaba su irresponsable inmovilismo como si de una protección a los "derechos sociales" se tratara. Hace unos días, sin embargo, Zapatero nos anunciaba su propósito de elevar forzosamente la edad de jubilación de los 65 a los 67 años como forma de garantizar el futuro de las pensiones.

A pesar de la docilidad con la que el PSOE arropó este innegable cambio de discurso de Zapatero, la oposición social y, en menor medida, política a esta medida propuesta al margen del Pacto de Toledo parecía haber llevado al Ejecutivo a recoger velas sin dejar claro si su propósito seguía o no en pie.

En esas estábamos cuando este miércoles hemos sabido que el Gobierno ha enviado a la Comisión Europea la actualización del Programa de Estabilidad 2009-2013, en el que el Ejecutivo español asegura que también quiere ampliar el periodo de cálculo de las pensiones desde los 15 años actuales hasta los 25.

Aunque esta nueva base de cálculo podría favorecer a algunos trabajadores que puedan perder su empleo en sus últimos años de vida laboral, se estima que esta medida conllevaría una reducción media del 10% en el importe de las pensiones, pues la mayoría de los trabajadores tienen su mayor retribución salarial, y por tanto hacen su mayor cotización, en los últimos años de su vida laboral.

Sin embargo, la lluvia de criticas que le ha caído al Gobierno nada más conocerse esta nueva iniciativa de la que nada se decía en la propuesta de reforma del sistema aprobada el pasado viernes, ha llevado al Ministerio de Economía a emitir un surrealista comunicado en el que aseguraba que esta ampliación en diez años para el cómputo de las pensiones de jubilación se trataba tan sólo de un "ejemplo", a modo de "simulación", y no de una "propuesta concreta"; por lo que el Ejecutivo ha decidido eliminarla del documento y así se lo había comunicado a la Comisión Europea.

Con todo, si el Gobierno ha suprimido del documento esta medida con la que estimaba obtener un ahorro del 2% del PIB en el pago de pensiones, y si tenemos en cuenta que ese mismo ahorro es el que pretende obtener con el retraso de la jubilación a los 67 años, no se explica que el documento mantenga el párrafo en el que sigue haciendo referencia a su "ambiciosa" propuesta de ahorrar un 4%. ¿En qué quedamos?

En Libertad Digital ya hemos dejado fijada nuestra posición de que la auténtica solución a la insostenibilidad del sistema público de pensiones, cuya evidencia ha adelantado la desastrosa política económica de Zapatero, pasa por la transición a un sistema de capitalización individual, en el que las cotizaciones de los asalariados sirvan para acumular un patrimonio propio que crezca de manera exponencial hasta el momento en que decidan jubilarse.

No vamos a negar, por tanto, que quien tiene como objetivo prolongar el actual y deficiente sistema público de reparto, en las que las cotizaciones sirven para pagar a los jubilados actuales, tenga que acometer medidas que pasen por  alargar la edad de jubilación, reducir el importe de las pensiones, o una combinación de ambas cosas.

Lo criticable del Gobierno es que no informe con transparencia a las demás fuerzas políticas de qué es lo que quiere hacer y, en su lugar, se dedique a dar palos de ciego, para intranquilidad de los pensionistas presentes y futuros. Parecería que el Gobierno intenta o bien engañar a la Comisión Europea tranquilizándola con medidas que luego no va a tener el coraje de tomar, o bien engañar a los españoles haciéndoles creer que estas medidas son sólo "ejemplos" de los que nos podemos olvidar, cuando en realidad sí los va a llevar a la práctica. Conociendo a Zapatero, no es de extrañar que trate de engañar a todo el mundo. Lo que está por ver es que eso no nos pase una factura que, dadas las jubilaciones de oro de nuestros políticos, tampoco él va a tener que pagar.

En Libre Mercado

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