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Amando de Miguel

Errores y trabucamientos divertidos

Jesús Lainz me envía dos trabucamientos que ha oído por ahí: "andar entre pitos y faldas" y "Leopoldo Alias Clarín". Alguno diría que son idiotismos, pero a mí me parecen verdaderos hallazgos.

Hace tiempo que no hablábamos de los trabucamientos, los errores divertidos del lenguaje, intencionados o no. Unas veces son ignorancia y otras, chiste.

Gabriel Ter-Sakarian Arambarri aporta más ilustraciones de lo que aquí hemos llamado "trabucamientos". Simplemente son expresiones coloquiales que resultan ridículas o divertidas al introducir algún error. Selecciono algunas:

  • "En un supermercado de Melilla, un altavoz aseguraba que la tienda abría ininterrumpidamente de 9 a 21 horas".
  • "En una reunión de vecinos el presidente dijo que, para resolver un problema, había recurrido a un especialista porque él no era profano en la materia".
  • "El yuppy dijo que había que dejar un asunto sain dai" [= la pronunciación aparentemente inglesa de sine die].

Resumo una larga lista de trabucazos que me envía José Manuel Monzón Serrano (Rivas-Vaciamadrid), tomados al oído en la oficina de Farmacia. La fuente es el libro de Carlos García Costoya Anécdotas de farmacéuticos:

  • Locutorio (= colutorio)
  • Aspirinas fluorescentes (= efervescentes)
  • Calmante contaminado (= vitaminado)
  • Piterpán (= primperán)
  • Turno en guardia (= de guardia)
  • Supositorios de nitroglicerina (= glicerina)
  • Agua exagerada (= oxigenada)
  • Profiteroles (= profilácticos)
  • Pomada roja y negra, el trono del Cid (= trombocid, cuyas cajas con amarillas y negras)
  • Sexoral (= Seroxat)
  • Suero morfológico o psicológico (= fisiológico)
  • Anillos de los Nibelungos (= anillos vaginales Nobaring)
  • El tiquismiquis (= el parásito anisaquis)
  • "La semana pasada tuve relación con un chico. ¿Puedes darme una píldora del día después?".
  • Escarnio (= escáner)
  • Delirium Tremes gestacional (= menopausia)

Es clara la explicación de todas esas equivocaciones. Se sustituye la palabra rara por otra más familiar que suena parecida o incluso más culta.

Jesús Lainz me envía dos trabucamientos que ha oído por ahí: "andar entre pitos y faldas" y "Leopoldo Alias Clarín". Alguno diría que son idiotismos, pero a mí me parecen verdaderos hallazgos. Por cierto, estoy leyendo el último (por ahora) libro de Jesús Lainz, Escritos reaccionarios para separatistas y progresistas (Madrid, Ediciones Encuentro). Es un embalse de sabiduría y de buen humor este hombre. Habría que darle un banquete. Hay que recobrar esa institución de los banquetes para honrar a los hombres de letras. Don Jesús apunta otro trabucamiento que acaba de oír "ni por asombro" (= ni por asomo). La verdad es que suena bien.

Miguel Ángel Gallego Matías recuerda otro caso de trabucamiento. Era una discusión entre dos colegiales del Colegio Mayor. Uno de ellos explotó: "yo estaba aquí tan tranquilo y has sido tú el que ha venido hecho un obelisco". Es claro que "obelisco" resulta más familiar que "basilisco". La gracia está en que una frase que transmite la solemnidad de un enfado pasa inmediatamente a la categoría del ridículo al trabucar una palabra.

Carmen Correa Pineda (Lepe, Huelva) ha oído esta frase en su pueblo: "No me cuentes ni me digan, que no quiero más cabreaderos de cabeza". Es todo un hallazgo.

Concha del Campo anota esta frase de una canción religiosa oída en una iglesia de una aldea gallega: "San Antonio bendito eres virgen y mártir, madre del Salvador". Otra canción religiosa contenía esta frase: "Indio no soy, confieso avergonzado de recibir la santa comunión". El "indio no soy" iba en lugar de "indigno soy".

Severino Arranz me envía este trabucamiento al hablar de las creencias religiosas, una conversación muy socorrida: "yo soy diagnóstico" (= agnóstico).

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