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Fray Josepho

Tus dedos, Aznar

Cuando es el dedo medio el estirado, / habrá quien te repute malcriado, / mas yo entre tales críticos no estoy. / Pero –¡ay, José María!– no te excuso / del índice imperioso que nos puso / al maricomplejines de Rajoy.

Gran revuelo se montó la semana pasada cuando José María Aznar fue a dar una conferencia a la Universidad de Oviedo y unos extremistas de izquierdas trataron de boicotear el acto con gritos de asesino y otras lindezas. El ex presidente los saludó con una sonrisa y les mostró el dedo medio, en ese gesto conocido como peineta. Pero Aznar tiene otros dedos. Vamos a darles un repaso en este soneto.

Cuando el pulgar lo muestres bien enhiesto,
habrá algún obstinado bolchevique
que inclinación proyanqui te adjudique
(lo cual no te incomoda, por supuesto).

Cuando al tomar café te salga el gesto
de absurdo estiramiento del meñique,
habrá algún detractor que te critique
por cursi, relamido y peripuesto.

Cuando es el dedo medio el estirado,
habrá quien te repute malcriado,
mas yo entre tales críticos no estoy.

Pero –¡ay, José María!– no te excuso
del índice imperioso que nos puso
al maricomplejines de Rajoy.

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