Esta semana se celebran los diez primeros años de Libertad Digital; diez años haciendo amigos entre gobiernos y oposiciones. Y es que supongo que el día que te llaman ultra los franquistas de carrera o algún ignorante decide incluirte en la caverna o en la brunete mediática –como nos llaman por ahí– es que estás haciendo bien las cosas. Yo no niego que haya otros medios críticos, pero en este periódico podrán leer que bastante peor que la crisis económica es que el Gobierno y la oposición se hayan cohechado para sumir a este país en una crisis política de difícil solución; unos prescindiendo de todos los valores que dicen defender y los otros amarrándose a cuatro frases hechas –mal hechas– que son incapaces de soltar de carrerilla. Descubran quién es quién.
A mí tienen la bondad de publicarme –gracias a la intercesión de Antonio Robles– desde hace un poco más de tres años, después del accidente, como lo llamó Zapatero, de la T-4, y nunca me han corregido ni una coma de lo que les he mandado, excepto cuestiones de estilo y erratas propias, como es normal; algo que agradezco a mis jefes inmediatos que han sido, hasta la fecha, Daniel Rodríguez Herrera y el profesor Rallo.
Decían esta semana el presidente y el vicepresidente de Libertad Digital que una de las virtudes del periódico es haber llegado a un público distinto y por un cauce distinto. Yo me incluyo y es que he sido lectora desde que empezó el periódico y por eso es para mí es especialmente importante poder escribir aquí. Lo mismo que tener la oportunidad de poder participar del nacimiento de esRadio, gracias a Federico, a Luis y al capo de esta casa que es Javier Rubio.
Como del papel que cumple Libertad Digital en el mundo del periodismo y en la política habrán leído mucho y bueno, si a mí me preguntaran por qué una empresa pequeña como ésta ha sacado la cabeza en el desierto y la dictablanda que son los medios de comunicación en España, les diría que por lo que pasó hace un par de viernes en el Teatro Lara. Yo me colé y me instalé entre bambalinas, nunca mejor dicho, y allí vi el trasiego de gente y la motivación de los que aquí trabajan. Desde Carmen Carbonell haciendo de improvisada regidora, a Javier Somalo o Dieter controlando el sorteo de los mp5 con Nuria Richart y Lorena López, a María, a Naia, a Pedro Madera, a Guillermo, a Elia, a Fernando Díaz con doce cámaras al hombro, la emoción de Isabel, los orcos del Grupo Risa o a César Vidal con un aire más cercano a Van Helsing que a un sinperdón. Por no hablarles de Rosana, de Maite, de Miguel Ángel, de Mariano o de Luis Quintero y de todos los demás que me dejo y que seguro que me perdonan.
Libertad Digital es el principal periódico liberal de España y eso lo saben ustedes que nos leen, nos ven y nos oyen. Felicidades a todos.