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Antonio José Chinchetru

Descargas, actrices porno y gatitos muertos

Ante la necesidad de intentar adaptarse a la realidad, pretenden que sea esta la que se adapte a ellos. Todo un error.

Los onanistas del mundo deben de estar preocupados: descargarse tanto porno de internet pone en peligro esa industria que tan buenos ratos les hace pasar frente a las pantallas de sus ordenadores y televisores. Al menos eso es lo que pretenden hacer creer las estrellas que, sin dejar espacio a la imaginación, protagonizan las películas que les hacen disfrutar en la soledad de sus casas.

Por una vez varias de esas mujeres neumáticas, recauchutadas incluso, y de esos hombres que trabajan con ellas, terminan su actuación frente a la cámara con la misma cantidad de ropa con la que comenzaron. Ni un solo centímetro de piel que no sea la de la cara y el cuello se muestra en el peculiar corto con el que pretenden "concienciar" a los pornógrafos del mundo de lo malo que es bajarse películas de internet. Ni un triste escote puede verse en el primero de los vídeos destinados a pedir a sus fans que compren sus películas. El segundo ya es diferente. Una única protagonista que, ahora sí, finaliza su breve actuación con menos tela de la que había al principio. Tapando, eso sí, parcialmente sus pechos con dos sonrientes caritas amarillas.

Los argumentos de esa chica, seamos claros, pueden hacer creer a cualquiera que la joven se dedica a la cópula cinematográfica por no tener capacidades intelectuales para otra cosa. Trata de dar pena a sus seguidores diciendo que le pone triste que la gente se descargue películas y maltrate animales. Toda una mujer sensible, esta estrella porno. Tanto sufrimiento le llega a uno al corazón. Esta señorita nos ha abierto los ojos: cada vez que alguien se descargue de la red un film pornográfico mata a un gatito y corta las alas a un lindo gorrión.

Reconozcamos una virtud al menos a estas personas. A diferencia de los actores del resto de géneros y de los cantantes, no pretenden que su trabajo sea algo fundamental para el resto de la sociedad. Frente a aquellos que pretender representar "la cultura" o incluso "la identidad nacional" (eso dicen en España), las estrellas porno se limitan a apelar tan sólo a quienes consumen sus productos. Sin embargo, algo sí comparten con muchos de quienes participan en otro tipo de películas o en el mercado musical. Al igual que ellos, se niegan a aceptar que los tiempos cambian.

Con más ropa o menos ropa, dedicándose a películas aptas para todos los públicos o practicando sexo frente a las cámaras, al final gran parte de los implicados en las diferentes variantes de la industria del entretenimiento tienen mucho en común. Ante la necesidad de intentar adaptarse a la realidad, pretenden que sea esta la que se adapte a ellos. Todo un error.

A todo esto, ¿cuál será la opinión sobre esto de la pornostar española María Lapiedra? Tal vez la promoción de referendos independentistas le impida reflexionar sobre ello.

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