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Antonio Robles

El referéndum de la Diagonal y el acoso al TC

Hay quien cree que el catalanismo no da puntada sin hilo y ven en este tinglado del referéndum de la Diagonal una de sus mil maneras de preparar a la ciudadanía para incitarla a percibir su derecho a exigir a los poderes públicos lo que vota en referéndum

La broma de la consulta popular sobre la Diagonal comienza a saturar al respetable. Mientras un país entero vive el recorte salarial y soporta el paro, una pandilla de políticos se entretiene y pretende entretener a la ciudadanía con referéndums sobre los metros de acera de una calle. Tres millones de euros para montar la consulta popular y entre 70 ó 200, según la opción escogida, para desmontar y volver a montar la misma calle.

Todo ocurre en Barcelona. ¿Dónde sino? "Barcelona, posa’t guapa", mucho lifting. Y los ciudadanos enfrascados embisten contra el alcalde socialista, convierten la consulta en el tema, y una vez más, lo accesorio pasa a ser lo fundamental. La opción A, la opción B y la opción C (o la de "virgencita, virgencita, déjame como estoy"). Mientras tanto, se congelan las pensiones, se rebaja el 5% del sueldo a los funcionarios, pronto se subirá el IVA y los parados aún más acojonados. ¿Pero cómo tiene narices el alcalde Hereu para convocar un referéndum sobre el diseño de una avenida flamante, sin baches y con paseos, cuando hay tantas con socavones y sin accesos para minusválidos? ¿Cómo se atreven a pedir opinión al respetable, cuando siempre le negaron la opinión?

¿Por qué se empeñan ahora en pedirnos opinión para desmontar y volver a ensamblar una avenida bien asfaltado y mejor arbolada cuyo montaje es pura frivolidad y cuyo fin intrascendente? ¿Por qué se empeñan ahora en que votemos esta intrascendencia cuando se negaron a escuchar a los vecinos contra el trazado del AVE por debajo de la Sagrada Familia y el centro de la ciudad? ¿Por qué no nos pidieron opinión para levantar un bosque de rascacielos en Diagonal mar, o cuando se les antojó implantar el tranvía cuando aún no está completada la red de suburbanos? ¿Por qué ahora, y no el delirante día en que decidieron traer los juegos de invierno a Barcelona? ¿A qué se dedican nuestros políticos? ¿A entretenernos con sus consultas independentistas, con sus soflamas mediáticas y parlamentarias contra el TC? ¿Tan frívolos e irresponsables son?

Hay quien cree que el catalanismo no da puntada sin hilo y ven en este tinglado del referéndum de la Diagonal una de sus mil maneras de preparar a la ciudadanía para incitarla a percibir su derecho a exigir a los poderes públicos lo que vota en referéndum.

Todos están dispuestos a promover la mayor agitación social posible en las vísperas de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto. Han de lograr intimidar al alto tribunal e inhabilitarlo para que dicte sentencia; ese es su objetivo.

Y lo de la Diagonal no es casualidad: es la aportación que hace el Ayuntamiento de Barcelona para preparar el clima social a favor del referéndum independentista. Son los elementos de agitación social y presión clásicos del agit-prop. Con el referéndum sobre la Diagonal el Ayuntamiento de Barcelona prepara el ensayo general poniendo a punto toda la logística, la coordinación, el software, el voluntariado, todo lo necesario para realizar un referéndum sobre cualquier tema. Ya lo sabemos, forma parte de la orquestación del "Pulso al Estado" del que ya la prensa nos había avisado. Hasta permiten que voten los inmigrantes sin papeles y los mayores de 16 años. Exactamente como las consultas independentistas. Actos fallidos del celo electoral.

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