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Ramón Villota Coullaut

La delincuencia en tiempos de crisis

La delincuencia no ha aumentado significativamente en los últimos años, tanto en tiempos de bonanza como en tiempos de crisis, lo que implica que las causas de la delincuencia no tienen como fundamento principal la situación económica.

Los delitos en España no han aumentado significativamente en los últimos años. Se han mantenido tanto en época de bonanza económica como en momentos de crisis. Sí, la población reclusa ha aumentado ligeramente –debido a la entrada en vigor del Código Penal de 1995–, pero no los delitos, que siguen en un descenso paulatino desde hace años. Algunos han querido atribuir estas tendencias a la existencia de un Estado social que elimina el riesgo de que aquellos que empiezan a sufrir las consecuencias de la crisis económica entren en la espiral de la delincuencia.

Bien, pues está interpretación, muy repetida, cae ante otras. He iniciado estas letras indicando que en España la delincuencia no ha aumentado significativamente en los últimos años, tanto en tiempos de bonanza como en tiempos de crisis, lo que implica que las causas de la delincuencia no tienen como fundamento principal la situación económica. Hay que buscarlas, por tanto, en otros campos, como pudiera ser: la violencia sobre la mujer –existente como delito desde el 2003–, las crisis matrimoniales que no se saben resolver más que de forma violenta o, en el caso de los delitos de tráfico –por poner dos ejemplos de delitos que están aumentando año a año-, en el incumplimiento de las normas de tráfico debido a unos usos sociales que todavía se mantienen. Es cierto, por supuesto, que los hurtos de poca cantidad han aumentado, pero este es el único campo en donde la crisis económica tiene algo que ver con la delincuencia. En el resto de los casos, las cifras se mantienen.

Es decir, cada vez es más claro que la delincuencia no tiene que ver con la situación económica, sino con la existencia de unos usos sociales que cuesta reprimir y que se dan fundamentalmente en los varones jóvenes, una situación más relacionada con la rebeldía social que con una mejor o peor situación económica (rebeldía social que efectivamente se da más en la población joven que en la mayor, y que se concreta fundamentalmente en los hombres cuando se trata de infringir la ley). Pero es evidente que la crisis económica no tiene que ver con la existencia de unos impulsos que hacen caer en la delincuencia a una parte de la juventud, algo que está más relacionado con la pérdida de valores que con la existencia de una mejor o peor situación económica.

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