Tras la decepción del debut ante Francia y el analgésico triunfo ante Nueva Zelanda, Lituania mide hoy el verdadero estado de España. La selección báltica era a priori, es decir, hasta que apareció Francia, el hueso más duro del grupo. Dos victorias en las dos primeras jornadas así lo confirman.
España y Lituania jugaron dos amistosos durante la preparación, ambos con clara victoria para el conjunto de Scariolo, que además ejercía de anfitrión. Pero los resultados en amistosos se han demostrado lo suficientemente ficticios como para no fiarse.
¿Quién es Lituania?
Un clásico del baloncesto europeo con menos nombres conocidos que de costumbre. Entre los ausentes en Turquía destacan Siskauskas, Jasikevicius y los gemelos Lavrinovic.
La estrella de entre los que sí han venido es, sin duda, Linas Kleiza (medias de 22 puntos y 9 rebotes), que este año vuelve a la NBA (Toronto) tras un fugaz pero brillante regreso a Europa (Olympiakos). Se trata de un alero alto (2,03 metros), gran tirador, que testará la conveniencia del experimento Scariolo de alinear a Rudy como alero, pues la desventaja física en el emparejamiento será evidente. Además de Kleiza, conviene no descuidar las rachas de tiro del joven Klimavicius. El ex del CB Murcia, Tomas Delininkaitis, ha dado un paso al frente y está ejerciendo de base ante la falta de directores en la plantilla y el pobre rendimiento del titular Kalnietis.
Como apunte, recordar que en Lituania se mira este Mundial como poco menos que un simulacro de su verdadera cita, el próximo verano, cuando acoge el Eurobasket.
Claves para España
Concentración defensiva. La mejora en el juego ofensivo ante Nueva Zelanda fue evidente (104 puntos), pero se siguen cometiendo demasiados errores atrás, regalando puntos gratis que impiden romper los partidos. España sabe por experiencia reciente que en el baloncesto FIBA es la defensa la que gana campeonatos.
La hora de los aleros. Rudy Fernández encontrará hoy una desventaja física notable (casi 20 kilos) en el emparejamiento ante el alero y estrella de Lituania, Linas Kleiza. Para frenarle, Scariolo tendrá que recurrir a los aleros natos de la plantilla (Mumbrú, San Emeterio y Claver), faltos de confianza tras ejercer rol de figurante en las dos primeras jornadas.