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Agapito Maestre

Zapatero en la SER

¿Qué sentido tiene una entrevista de un señorito con su mayordomo? Excepto el estético, o mejor, el ejercitarse en el engaño, ninguno.

La SER anuncia en El País que el día 10 será entrevistado el presidente del Gobierno por cuatro periodistas. Las joyas de la empresa entrevistarán a Zapatero. El reclamo publicitario es tan abierto que invita a la sospecha; dice así: "Hay tantas preguntas por hacerle...". Los puntos suspensivos siempre son, en efecto, un estímulo para la sospecha, pero, en este caso, son un acicate para imaginar un par de maldades.

En primer lugar, esperar algo concreto y plausible de una entrevista con Zapatero es un absurdo; la experiencia demuestra que Zapatero puede decir hoy una cosa y mañana la contraria. Sus designios son tan efímeros como las encuestas del día. Además, Zapatero es un especialista en eludir las preguntas, o sea, uno puede interpelarle por el recorte de las pensiones y él responder con una consideración sobre el socialismo utópico. Por aquí, sin duda alguna, los puntos suspensivos del reclamo publicitario pudieran estar más que justificados; siempre habrá preguntas para el presidente, entre otras razones, porque no contesta ninguna con seriedad y precisión.

En segundo lugar, no creo que sean los periodistas de la SER los más capacitados para hacerle decir a Zapatero "algo" con sentido. No es que les falte inteligencia sino que les sobra miedo. ¿Qué sentido tiene una entrevista de un señorito con su mayordomo? Excepto el estético, o mejor, el ejercitarse en el engaño, ninguno. La acción comunicativa está pervertida, porque ni hay igualdad de condiciones ni reciprocidad entre los hablantes. Zapatero es, seguramente, el político más perseverante de toda Europa que ha conseguido vaciar de sentido el acto democrático por excelencia, a saber, dar cuenta, explicar cuál es el significado de su política.

En efecto, pocas veces, quizá ninguna, Zapatero se ha sometido a un cara a cara con los grandes creadores de opinión pública y política; menos todavía ha consentido someterse a un careo público en un espacio abierto y sin limitaciones con todo tipo de prensa. Todas las entrevistas de Zapatero son meros gestos. Formas de esquivar las respuestas a preguntas de interés común. Zapatero siempre se sale por la tangente. Niega lo común. La política. Él sólo se interesa por el poder. Su poder.

A pesar de todo, si yo tuviera ocasión, por imaginar que no quede, sólo le haría preguntas de sí o no; he aquí tres muy concretas: 1. ¿Es coherente que el Gobierno pacte los Presupuestos Generales del Estado con un partido nacionalista y secesionista? 2. ¿Se autolimitará Zapatero en el ejercicio del poder como Aznar?, es decir, ¿se marchará o se perpetuará indefinidamente en ser candidato? 3. ¿Tiene alguna idea para sacarnos del marasmo nacional, económico y moral al que nos ha llevado?

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