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Pensando en Afganistán

Recordando Bosnia, pensemos ahora en Afganistán. Allí llevamos nueve años y ahora con grandes dificultades. Ambas situaciones son diferentes pero démosles al menos el mismo tiempo para intentarlo.

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España ha puesto punto y final a su misión militar en Bosnia después de una presencia ininterrumpida de 18 años. De cascos azules a soldados de la Alianza Atlántica, y finalmente a estar bajo el paraguas de la Unión Europea. Ha sido la más larga participación de efectivos españoles en el exterior, y una de aquellas primeras misiones en las que intervino y que por tanto ha marcado el futuro de las fuerzas armadas españolas. También supuso un hito con la participación, en 1995, de los F-18 españoles en las acciones de la OTAN, lo que supuso la implicación militar en operaciones multinacionales y la primera acción estrictamente bélica del Ejército del Aire español, que no entraba en combate desde la guerra de Sidi Fini, en 1957.

Pero Bosnia ha sido mucho más. El conflicto más cruento ocurrido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial fue toda una experiencia la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (UNPROFOR) y demás organismos internacionales que intervinieron tras el estallido de la violencia en la ex Yugoslavia en 1991. Los cascos azules, como se decía entonces, eran una "fuerzas de mantenimiento de la paz, sin ninguna paz que mantener", situación que se agravaba ante su incapacidad para influir en la dinámica del conflicto. Y llegó la OTAN como respuesta a las reiteradas violaciones de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y a masacres como la de Srebenica. En Bosnia la Alianza llevó a cabo su primera campaña aérea en más de cuarenta años de existencia, poniendo fin, además, al debate sobre la actuación "fuera del área". Fue una operación polémica pero esencial para acabar con la guerra en Bosnia y probablemente fue el acontecimiento que más contribuyó a la transformación de la OTAN tras la Guerra Fría. Tras los Acuerdos de Dayton, los aliados se quedaron para supervisar la implementación de los aspectos militares y garantizar que no volviera a estallar un conflicto bélico. Así, se vio involucrada por primera vez en su historia en una tarea de mantenimiento de la paz. Bosnia se convirtió en un asunto importantísimo para la OTAN, se jugaba mucho, incluso la ampliación de la organización. Las cosas marcharon y hasta se consiguió que soldados y oficiales rusos se integraran en las estructuras dirigidas por la OTAN, además de contar la participación de países neutrales y ex miembros del Pacto de Varsovia. En ese momento tampoco nadie quería eternizar su presencia en este punto del planeta, aunque aliados como el español Javier Solana no quería hablar de plazos sino que de "ir juntos y retirarnos juntos".
Nueve años después se cambió la gorra de la OTAN por la de misión Althea, una apuesta fuerte de la Unión Europea. Era una aproximación más cívico-militar, con el objetivo a largo plazo de contar con una Bosnia estable, viable, y multiétnica para que en un futuro pudiera ser parte de la Unión Europea.

Los militares españoles se retiran con muchos odios aplacados en la zona, aunque no todos. Tras las elecciones generales de octubre de 2010, la división del país en poblaciones musulmanas, croatas y serbias se ha visto agudizada. Resulta complicada la formación de un gobierno central, en un ya complicado sistema político, que emprenda las reformas necesarias para la integración en la Unión Europa, algo que se considera clave para la estabilidad regional. Todos afirman que se está quedando rezagada con respecto a sus vecinos. Otros hechos recientes en la región también podrían sacudir al país como la declaración de la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya sobre la independencia de Kosovo o las crecientes alertas sobre la importante presencia de círculos extremistas islámicos en el país.

Han pasado 18 años y, a pesar de los grandes avances, aún queda camino por recorrer. Recordando Bosnia, pensemos ahora en Afganistán. Allí llevamos nueve años y ahora con grandes dificultades. Ambas situaciones son diferentes pero démosles al menos el mismo tiempo para intentarlo. Puede hacerse que Afganistán sea un hito como Bosnia lo fue para la OTAN y la comunidad internacional.

© GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

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