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José Antonio Martínez-Abarca

El "ein Volk" canario

Me ha resultado un misterio irresoluble cómo el preboste del PP de allí, un tal Soria, hace denodados esfuerzos por parecerse físicamente al ex presidente Aznar pero al tiempo quiere representar políticamente justo lo contrario.

Cuando el actual presidente de Canarias, Paulino Rivero (CC), publicó un pasablemente visionario artículo en un periódico de Las Palmas titulado Canarias, un solo pueblo, que es también el lema con que aquel Gobierno regional encabeza su papel timbrado (un solo pueblo, el "ein Volk", de inquietantes reminiscencias de entreguerras), un esclarecido troll internáutico isleño apostilló, crítico, a Rivero: "No somos un solo pueblo, sino sólo un pueblo, pues de lo contrario este tío no estaría ahora gobernando a sus anchas". Habría que aplicar el mismo retruécano de aquel lector a todas las noticias que nos vienen últimamente de ese un poco estrafalario gobierno autonómico del "solo pueblo". El PP rompe la coalición de gobierno con los nacionalistas canarios por el apoyo de éstos a los presupuestos de Zapatero, pero los sostienen en el poder. Los del PP sólo los mantienen, pero mantienen que sólo eso y nada más. El PP canario pasa así a ser "la contraria", que es como en mi tierra se conoce al entrañable agente femenino del matrimonial vínculo indisoluble. No entiendo absolutamente nada.

Ni ellos tampoco. Se trata precisamente de eso. Han resuelto, los del PP canario, que en procura de una próxima mayoría absoluta no les conviene ni romper con los de Coalición Canaria ni dejar de hacerlo, porque les perjudicarían electoralmente ambas cosas, o les beneficiarían las dos, ya no sé. Confieso que, en lo de las Islas Afortunadas, es precisa una finura de análisis político a la que yo no alcanzo. Empezando por que siempre me ha resultado un misterio irresoluble cómo el preboste del PP de allí, un tal Soria, hace denodados esfuerzos por parecerse físicamente al ex presidente Aznar (es una especie de viva estampa en versión longilínea de aquél, y le fusila el mismo bigote tiñoso y la misma media melenita ala de cuervo) pero al tiempo quiere representar políticamente justo lo contrario, pasando por la izquierda a los nuevos cachorros socialdemócratas de Rajoy.

Tenía entendido que si rompes con un partido político, ya hay que llevar vidas separadas y no se puede compartir piso por el procedimiento de seguir cobrando en las consejerías del gobierno. Creía que en el mismo momento en que el matrimonio de interés deja de ser interesante hay que bajarse de la cama política donde se hacen extraños compañeros. No sé cómo se puede dar por terminado un pacto de legislatura y seguir con la legislatura, y dar por acabado un gobierno conjunto y seguir conjuntamente en ese gobierno. Desconozco minuciosamente los sutiles matices que separan el no querer saber nada de Coalición Canaria pero, hasta las siguientes elecciones regionales, seguir dispensando la confianza "personal" al presidente Rivero y al resto de sus pintorescos chavas, que acaban de nacionalizar sus aguas territoriales españolas. Debe ser cosa de que el tal Rivero y el cual Soria son, en fin, el uno y solo pueblo. Lo mismo.

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