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EDITORIAL

Eguiguren contra la memoria, la dignidad y la justicia

Según Eguiguren, "te olvidas de todo cuando estás negociando". Sobre todo –añadimos nosotros– cuando no te han sacado un hijo asesinado de los escombros y te has envilecido tanto como esa "paz" con la que auguras un triunfo electoral de tu partido.

A lo largo de su historia, han sido muchas y muy variadas las humillaciones que han sufrido las víctimas del terrorismo nacionalista en nuestro país. Pocas han sido, sin embargo, tan lacerantes y continuadas en el tiempo como las que han tenido que sufrir con la figura del histórico e irredento miembro de ETA, José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera.

Primero tuvieron que ver cómo este etarra lograba en 1998 sentarse en el parlamento autonómico vasco para ser nombrado, poco tiempo después, miembro de su Comisión de Derechos Humanos. En 2002, gracias a las confesiones de otros etarras que lo situaban como "dirigente absoluto" de ETA en el momento en que se perpetró el atentado contra la casa-cuartel de Zaragoza, la justicia lo pudo acusar de haber dado la orden de provocar aquella matanza, en la que fueron asesinadas 11 personas –entre ellos, cinco niñas– y heridas 88, pero las víctimas tuvieron que ver cómo Ternera se daba la a la fuga. Desde entonces, la orden de prisión incondicional y la orden de busca y captura internacional dirigidas contra Ternera han sido algo peor que papel mojado: han sido un imperativo de nuestro Estado de Derecho que el Gobierno de Zapatero ha burlado con total impunidad y ante los condescendientes ojos de la práctica totalidad de la clase política y mediática de este país. Y todo en pro de una "paz sucia" por la que el presidente del Gobierno se comprometió públicamente a que "todo tendrá cabida, tenga el alcance que tenga".

Por lo visto, la humillación de las víctimas no ha sido, sin embargo, bastante y este domingo el presidente del PSE y emisario de Zapatero, Jesús Eguiguren, quiso darnos en televisión una imagen afable de esa bestia que –se supone– era y sigue siendo un prófugo de la justicia: "Me entendía bien con él", "comimos bastantes veces juntos, eso da pie a hablar de muchas cosas"; "somos de la misma edad más o menos, tienes hijos, en seguida conectas con ciertas reflexiones". Y es que, según Eguiguren, "te olvidas de todo cuando estás negociando". Sobre todo –añadimos nosotros– cuando no te han sacado un hijo asesinado de los escombros y cuando te has envilecido tanto como esa "paz" con la que auguras un triunfo electoral de tu partido.

Desde aquí nos solidarizamos con la querella que Voces contra el Terrorismo ha interpuesto contra Eguiguren por la nueva e intolerable humillación que han supuesto sus palabras. Sin embargo, no podemos ocultar nuestra escasa confianza en que su justa reclamación prospere: ni la Fiscalía ni el juez lo han citado para que colabore con esa orden de búsqueda y captura que existe contra Ternera. Se ve que no quieren apretar la agenda de quien, como Eguiguren, ya está muy ocupado prestando colaboración a la defensa de Otegi. Una nueva infamia del presidente del PSE que el PSOE, en clara complicidad con Eguiguren y con todo lo que significa, se ha limitado a calificar de "visión optimista (sic) que nosotros no compartimos".

Con todo, bienvenida sea esta querella como testimonio de la dignidad, memoria y justicia que merecen las víctimas y como muestra de resistencia cívica ante esa envilecida paz que pretende destruirlas.

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