Menú
EDITORIAL

La cobardía y la soberbia del que se sabe impune

Felipe González ya no mantiene que se enteraba de esto "por la prensa", sino que reconoce, movido por su soberbia, que "informaciones y acciones" como las referidas a la guerra sucia tenían que llegar hasta él, "por las implicaciones que tenía".

Es del todo lógico el interés de los socialistas por pasar página a un asunto como el de la guerra sucia contra ETA si tenemos en cuenta, entre muchas otras cosas, que varios de los protagonistas de su encubrimiento están ahora en activo en el Congreso, como Txiki Benegas, o incluso forman parte del Gobierno, como Rubalcaba y Jáuregui.

Aspirar, sin embargo, a que unas declaraciones como las de Felipe González, en las que prácticamente se descubre como la X de los GAL, pasen desapercibidas es del todo iluso: a la catarata de declaraciones políticas que ha provocado las palabras del ex presidente socialista, se han unido acciones en el ámbito judicial. Tal es el caso de los escritos que el ex diputado de IU Antonio Romero y la viuda de Juan Carlos García Goena han presentado ante el fiscal general del Estado, en los que se le pide una apertura de las investigaciones sobre los GAL, muchos de cuyos crímenes aun no se han esclarecido.

Al afirmar que todavía no sabe si hizo lo correcto al no autorizar a finales de los 80 la liquidación en Francia de la cúpula de ETA, Felipe González no hace sino un cobarde y falso intento de maquillar con argumentos morales lo que en realidad no fue otra cosa que una actividad criminal, en la que se malversaron fondos públicos y en la que se asesinó, torturó y secuestró a miembros de ETA y a otras personas que nada tenían que ver con la organización terrorista.

Sin embargo, lo que mayor trascendencia tenga de cara al ámbito judicial sea el hecho de que Felipe González ya no mantiene que se enteraba de esto "por la prensa", sino que reconoce, movido por su soberbia, que "informaciones y acciones" como las referidas tenían que llegar hasta él, "por las implicaciones que tenía". ¿Y no las tenía el secuestro –que González denomina "detención"– de Segundo Marey, o el entierro en cal viva de Lasa y Zabala, o el asesinato de un hombre que resultó que nada tenía que ver con ETA como García Goena?

Es increíble que González pueda utilizar expresiones como "todavía hoy no se puede contar eso" o "algún día se sabrá qué tipo de información nos daban" sin que se le conmine a contar de inmediato lo que sepa respecto a crímenes que no se han esclarecido. Como ha asegurado el ex fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) José María Mena, "si Felipe González tuviera datos relevantes de un hecho criminal debería ir a un juzgado a decirlo".

No cabe esperar, sin embargo, nada de una Fiscalía General del Estado que tantas muestras ha dado de subordinación al Gobierno. Tampoco, en el ámbito político, cabe esperar una petición de perdón del PSOE por este bochornoso capítulo de su historia. Zapatero sólo está interesado en pasar página, y la dignidad, la justicia y la memoria de las víctimas de los GAL le importan tan poco como las de ETA.

En España

    0
    comentarios
    Acceda a los 3 comentarios guardados