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Amando de Miguel

Errores y trapisondas

Los académicos pasean mucho por el jardín platónico, pero deberían salir a la calle y escuchar la voz del pueblo. La lengua no es propiedad de la nación ni de la Academia sino de los hablantes todos.

La gracia del idioma está en polemizar. La Filología no es una ciencia exacta; puede que ni siquiera sea una ciencia. La Sociología tampoco.

Gabriel Ter Sakarian Arambarri sostiene que "lunch" es una palabra de origen inglés, del siglo XIX, y no francés, como yo decía. Así será. GTSA me corrige el hispanismo hoosgow (= cárcel en el Oeste norteamericano), que yo escribía como "hoosegow". Gracias por esas correcciones fraternas. El amigo GTSA está leyendo mis Memorias, que considera "apacibles como un riachuelo". Me alegro. No todos los lectores las toman con la misma tranquilidad. Hay quien se solivianta con ellas. En España recordar es a veces poco menos que traicionar. Quien ha captado admirablemente el sentido de mi texto autobiográfico ha sido Pedro Schwartz en un artículo publicado en Expansión (17 de noviembre, 2010). Termina con esta acertada imagen: "Amando de Miguel... sigue siendo un golfillo travieso de los que exclaman que el emperador va desnudo". Los fieles libertarios convendrán en que la comparación resulta ajustada. No es que el emperador vaya desnudo; es que desfilan también así algunos de sus edecanes.

Jesús Laínz anota esta expresión que soltó un comentarista ante la retransmisión de un partido de tenis: "Se mueve como el gato en el agua". Por lo visto, ahora los gatos nadan mejor que los peces.

Pedro Manuel Araúz me pilla en una imprecisión. Dije yo por la tele, en el programa de Alfonso Arteseros, que J.F. Kennedy y F.D. Roosevelt padecían la misma enfermedad, la que les obligaba a estar sentados la mayor parte del tiempo. El médico manchego aclara que no es exactamente así. FDR padecía "consecuencias de poliomelitis, hipertensión y posiblemente diabetes". JFK sufría de la columna vertebral, producto de una herida de guerra. Su dolencia era la enfermedad de Addison, que le producía una gran debilidad muscular y un tinte oscuro en la piel. Agradezco mucho esas precisiones de don Pedro Manuel. Mi tesis es que, tanto JFK como FDR no se mantenían fácilmente en pie (ya veo que por distintas razones). Sus ayudantes ocultaban todo lo posible ese fallo de imagen, con toda clase de sillas y apoyos. Recuérdese la famosa mecedora de JFK.

Severino Arranz me da la razón al preferir "asola" frente al ortodoxo "asuela" cuando el verbo "asolar" significa destruir aparatosamente. Sostiene mi comunicante que la razón es el tiempo de vigencia y el uso frecuente. Efectivamente, los académicos pasean mucho por el jardín platónico, pero deberían salir a la calle y escuchar la voz del pueblo. La lengua no es propiedad de la nación ni de la Academia sino de los hablantes todos.

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