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Daniel Rodríguez Herrera

El papiro debe ganar peso

Con Libranda, la industria editorial no intentaba vender libros electrónicos, sino buscar una excusa para justificar su lloriqueo por la piratería y exigir leyes más duras. Es decir, por seguir el camino a la ruina de sus compañeras las discográficas.

El nuevo presidente del gremio de editores de España ha decidido estrenar su cargo asegurando, poco más o menos, que eso del libro electrónico es una chorrada que no sirve para nada y que lo que de verdad vale es el libro de verdad, el de papel, que ante tanto gadget ganará peso en el mercado porque es lo bueno, lo de verdad, como nos dicen del colacao en la tele. Eso sí, la piratería es muy mala y tiene toda la culpa de que se esté desangrando el paciente.

Por su parte, la Asociación de Internautas hizo una labor informativa estimable la semana pasada con un informe en el que se detallaba que unos 500 internautas habían hecho la labor de pasar a internet, en ocasiones con mayor calidad de la ofertada en los DVD de las tiendas, casi 1.500 series de televisión nacionales y extranjeras. ¿Cuál es exactamente la oferta que la industria, que suponemos que además de quejarse querrá vendernos algo de vez en cuando, ha puesto en internet? Que yo sepa, cero. Pero los piratas desangran al cadáver, o algo así.

En lo que se refiere a los libros no se ha hecho una labor tan impresionante. Es natural. Es mucho más sencillo y automático copiar en formato digital algo que ya lo está. Pero es que incluso las series y películas que sin estar disponibles en DVD ni haber sido emitidas por televisiones digitales han sido grabadas desde copias en VHS son más sencillas de compartir en las redes que un libro. Pasar de papel a bits es una tarea complicada que, si no se cuenta con equipos carísimos, cuesta mucho tiempo y esfuerzo.

De modo que no, no hay tantos libros en internet. Es otra de las incontables ventajas de partida con la que cuenta la industria editorial, y que parece estar deseando desaprovechar. Porque el caso es que las editoriales no están por la labor de ofrecer un catálogo amplio, a buen precio, que desaliente a los lectores de irse a las redes P2P o a las descargas directas. Libranda, esa gran apuesta de las editoriales españolas, dispone de 2.298 libros, pese a que prometieron tener 8.000 a final de 2010. Por poner un ejemplo, Papyrefb2 tiene 7.303. Nuestro Nobel Vargas Llosa, ausente en Libranda, tiene veinticinco títulos en este sitio web de descargas.

Que el jefe del lobby siga apostando por reforzar el papel es un buen indicativo de que Ricardo Galli tenía razón cuando aseguró, con el lanzamiento del fiasco Libranda, que la industria editorial no estaba intentando vender libros electrónicos, sino buscar una excusa para justificar su lloriqueo por la piratería y exigir leyes más duras. Es decir, por seguir el camino a la ruina de sus compañeras las discográficas. Ya lo ha hecho notar el jefe del gremio, quejándose de que tenemos "malos médicos" que dejan que el paciente se muera a su suerte.

Y es que el futuro está en el papiro. Que se hable de la cosa esta del libro es "por la novedad" pero es "algo más virtual que real", creo que ha dicho el lumbrera este de los editores. Y es que donde esté un buen monje copiando a mano que se quiten las imprentas.

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