España fue durante muchos años tierra de descubridores. Gente heroica que, con poco más de un hatillo, se embarcaba en unas cáscaras de nuez, pues no mucho mayores son las carabelas, y se cruzaban casi a pelo el océano Atlántico. Y, una vez allí, entre animales y plantas desconocidas y muchas veces hostiles, eran capaces, no solo de descubrir nuevas tierras, sino también de conquistárselas a sus habitantes en ese momento.
Pues bien, en el PP juzgan que es hora de revitalizar esta noble tradición hispana, al menos en su faceta de descubrimiento (ya veremos luego que también de conquista). El arrojado descubridor no viene esta vez de Extremadura, como tantos de sus antecesores, sino de tierras valencianas, donde también se ha acunado a algún que otro héroe. Y sus apellidos, que llegaremos a ver en panteón ilustre, acompañando a los Cortés, Pizarro, Cabeza de Vaca y tantos otros, son González y Pons. De nombre, Esteban.
Don Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP, ha descubierto un nuevo territorio español. "España debe considerar los datos sobre los españoles como parte del territorio nacional" ha declarado. Y se ha apresurado a continuación a reclamar para el Reino la posesión de los nuevos dominios: "no se debe consentir que se transfieran fuera", porque "un país cuyos datos se encuentran en el extranjero no será dueño de su propia soberanía".
Una vez reclamados para España sus nuevos territorios, queda su conquista, claro. Hay que levantar la posesión de los hasta ese momento legítimos dueños de las tierras. Hasta que González Pons hizo su descubrimiento y proclama, cualquiera de los ingenuos españoles pensaba que SUS datos personales eran suyos. Y que, en consecuencia, si quería guardarlos en alguna "nube" de ordenadores, podría hacerlo libremente. Y si no, pues nada.
Pero no: don Esteban y sus cohortes del PP consideran que esos datos no son nuestros, por muy personales que sean, sino del Estado español. Un descubrimiento y conquista que, como todo lo que proviene de los políticos, no avanza en el sentido de la creación de riqueza, de la conquista de verdaderos nuevos territorios. No. Es una conquista a costa de los individuos a los que dicen o pretenden gobernar. Es quitar otra esfera de libertad al que ellos llaman ciudadano.
Supongo que a no mucho tardar proliferarán descubridores por el territorio patrio. Pues es evidente que Cataluña (y el País Vasco, y Andalucía...) debería considerar los datos de los catalanes (vascos, andaluces...) como parte de su territorio autonómico, y no debería consentir que se transfieran fuera, por las mismas razones ya apuntadas por el pionero. Y eso, hasta que los ayuntamientos se aperciban del nuevo territorio a reclamar. En fin.
Ciudadanos, digo... ¡Tierra a la vista!