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Amando de Miguel

Humor se escribe con hache

Son muchos los libertarios aficionados a los chistes que me envían una generosa porción de sus archivos. No tengo mucho espacio para reproducirlos, pero a veces hay que pararse un poco y recoger algunas de esas perlas.

Son muchos los libertarios aficionados a los chistes que me envían una generosa porción de sus archivos. No tengo mucho espacio para reproducirlos, pero a veces hay que pararse un poco y recoger algunas de esas perlas. No es tanto por la risa, sino porque son magníficos ejemplos de esa característica fundamental del idioma, que es la polisemia. Agustín Fuentes me envía estos ejemplos. Los traduzco libremente del inglés, aunque en el original tienen más gracia:

Maestro: Glenn, ¿cómo deletreas "cocodrilo"?

Glenn: k-o-k-o-d-i-a-l.

Maestro: Muy mal.

Glenn: Puede que esté muy mal, pero usted me pidió cómo lo deletreaba yo.

Maestro: Glenn, ¿por qué vas siempre tan sucio?

Glenn: Supongo que es porque estoy más cerca del suelo que usted.

Maestro: Winnie, dime una cosa muy importante que no existía hace diez años.

Winnie: Yo.

Maestro: George Washington no solo taló con el hacha el cerezo que había plantado su padre, sino que reconoció haberlo hecho. Ahora, Louis, ¿podrías decirme por qué el padre del pequeño George no lo castigó?

Louis: Porque el pequeño George todavía tenía el hacha en la mano.

Maestro: Clyde, tu redacción sobre "Mi perro" es exactamente la misma que la de tu hermano. ¿No la habrás copiado?

Clyde: No, señor maestro. Es que es el mismo perro.

Chaim Lerner me envía una historieta desde Israel que podría aplicarse muy bien a la situación española. La resumo. Se trata de una dulce abuelita que llama a un hospital y pregunta tímidamente "si alguien podría informarme de cómo se encuentra una paciente". La telefonista le pregunta amablemente por el nombre de la paciente y el número de la habitación. La abuelita especifica con voz temblorosa: "Nora Fernández, habitación 302". La telefonista le dice que no se retire, que va a hablar con la directora de Enfermería. Después de un par de minutos de espera, la telefonista le informa: "Tengo buenas noticias para usted. La directora de Enfermería me dice que la paciente de la 302 va muy bien, que le ha bajado la glucosa y que podrán darle el alta la próxima semana". La abuelita contesta: "Muchas gracias, señora, me da usted una gran alegría. Estaba ya un poco preocupada". La telefonista le dice: "Ha sido un placer darle la información que me ha pedido. Por cierto, ¿Nora es su hija?". La abuelita le replica gritando: "No, señora. Yo soy Nora, la de la habitación 302. Lo que pasa es que nadie me contesta cuando toco el puñetero timbre, y el médico hace tres días que no aparece por la habitación".

Jorge Rodríguez de la Nuez me proporciona otra versión del chiste parroquial. El párroco predica desde el púlpito la homilía que corresponde. "Debéis tener fe, pues ya lo dice el Evangelio. Cuando Jesús le dijo a Lázaro ‘Levántate y anda’, al instante el bueno de Lázaro se levanto y andó". Uno de los feligreses, siempre crítico con el cura, alzó la voz y le dijo: "¡Anduvo, gilipollas!". El cura, sin inmutarse, continuó su prédica: "Efectivamente, Lázaro anduvo gilipollas un tiempo, pero luego andó".

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