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Consuelo Ordóñez

El que faltaba

Como cualquier lector podrá imaginar, estoy contenta de que por fin este desgraciado, el tercero que faltaba de los asesinos de mi hermano, haya sido detenido. Saber que el asesino de tu hermano (y de al menos otras dos personas) anda suelto por ahí, tal vez comprando en tu mismo supermercado, o tomándose piñas coladas en la playa, no tranquiliza a nadie que tenga el mínimo miedo razonable a los macarras peligrosos. Como ciudadana demócrata y respetuosa para con los Derechos Humanos, ver que la Justicia actúa en mi defensa hace que me sienta, al menos, reconfortada y algo más segura. Más vale tarde que nunca...

Porque, por desgracia, las autoridades francesas no se han lucido demasiado en la lucha contra esta lacra que llevamos soportando desde hace más de treinta años, unos con más carga que otros, por supuesto. Es triste que hayan tenido que ver las orejas al lobo para actuar como debían, pero bueno... Y es triste también comprobar que han hecho falta los miles de muertos de Nueva York para que las Policías europeas comiencen de verdad, y aún tímidamente, a colaborar contra el crimen terrorista. Pero hay que ser optimistas, esperar que continúen estos "buenos tiempos", y mirar hacia adelante.

Sé que todos los españoles de bien se alegrarán de comprobar que la Policía y la Justicia actúan de forma eficaz, aun no habiendo sufrido como yo, directamente, las consecuencias del terrorismo y de la indefensión. Personalmente, casi valoro más que ninguna otra cosa las muestras de afecto de todos vosotros, que os alegráis de estas detenciones por lo mismo que yo. Porque tenéis el buen sentimiento de no querer para los demás lo que no queréis para vosotros mismos. No sé si algunos dirán ahora, como en ocasiones anteriores, eso de que "las detenciones no son la solución", ni lo es "que se aplique la ley", que "las detenciones no son oportunas"... Para los que sufrimos y morimos a manos de los detenidos, su detención es la mejor solución inmediata a nuestra persecución... y resulta siempre de lo más oportuna.

Consuelo Ordóñez es hermana de Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA en 1995

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