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Carmelo Jordá

El error de Vox

Es cierto que Fernando Paz no niega el Holocausto y, de hecho, admite el término y lo usa, pero la verdad es que desdibuja su naturaleza intrínseca.

Es cierto que Fernando Paz no niega el Holocausto y, de hecho, admite el término y lo usa, pero la verdad es que desdibuja su naturaleza intrínseca.
El presidente de VOX, Santiago Abascal, durante un acto en Málaga. | EFE

La aparición de Fernando Paz como candidato de Vox en la provincia de Albacete ha generado un considerable revuelo. Lo cierto es que prácticamente todo lo que hace o dice el partido de Santiago Abascal genera un follón importante y eso lo lleva a uno a cierto escepticismo respecto de tanta ‘bomba informativa’, pero miren ustedes por donde, en este caso el jaleo está, en mi modesta opinión, justificado.

Porque para muchos las declaraciones de Fernando Paz y su presencia en las listas al Congreso son la prueba de que Vox es todo aquello que han venido diciendo del partido en los últimos años y que algunos nos hemos empeñado en desmentir, no por simpatía hacia Vox sino porque no eran ciertas, al menos hasta ahora.

Las críticas están centrándose en dos aspectos y en ambos casos me parece que tienen razón: el primero son las acusaciones de homofobia y al respecto creo que es poco discutible que considerar la homosexualidad como una enfermedad es homófobo, por mucho que se adorne a posteriori la cosa con las típicas frases de descargo como "y yo no tengo nada en contra de ellos" o "pero si tengo muchos amigos homosexuales".

La segunda es más sutil, pero desde mi punto de vista aún más grave: es cierto que Fernando Paz no niega el Holocausto y, de hecho, admite el término y lo usa, pero la verdad es que desdibuja la naturaleza intrínseca de este terrible hecho, lo que lo hace un acontecimiento no sólo dramático, sino único en toda la historia de la humanidad.

Porque lo característico de la Shoah es que se trató de un plan premeditado y aplicado con rigor, no la obra de un grupo de exaltados que, además, no eran nazis sino la población local, que era antisemita de toda la vida, vaya; lo esencial y diferencial del Holocausto es que para aplicar ese plan y llevarlo al extremo se creó todo un sistema industrial de asesinato en masa, en el que las muertes no eran el resultado azaroso de unas condiciones de vida terribles, sino la lógica de un proceso pensado y desarrollado para matar por miles; porque lo que diferencia los crímenes de Hitler y los suyos de otros genocidios terribles que vimos durante el siglo XX es, precisamente, la voluntad de acabar con todo un pueblo, el hecho de que se mató a millones de personas por ser lo que eran, no por nada que hubiesen hecho o pudiesen hacer.

Así, apoyándose en datos elegidos con sutileza y en medias verdades el negacionismo de Fernando Paz es, de hecho, más peligroso que el de aquellos que burdamente dicen que todo es mentira y son, por tanto, absolutamente increíbles.

Y a todo esto, que no es poco, hay que unir las imágenes y los vídeos con la Falange o, directamente, con grupos neonazis, de esos que no dejan ninguna duda y con los que no se puede ir ni a heredar.

A mí negar el Holocausto me parece una de esas cosas que te define no sólo política sino personalmente, pero reconozco que Fernando Paz tiene, por supuesto, derecho a opinar lo que quiera sobre lo que sea. Sin embargo, lo sustancial no es eso sino si con esas opiniones es la persona adecuada para representar a un partido que es conservador, pero que no es o al menos hasta ahora no ha querido ser, antiliberal, antisemita y anticapitalista, como ha sido siempre la ultraderecha española.

Yo creo que no y, de hecho, creo que este es un grave error de Vox que, con esta elección, está echando a muchos votantes que habían visto con simpatía lo que Abascal y los suyos representaban, pero que como gente civilizada que son no quieren tener nada que ver con el "social patriotismo" que, por lo que veo, es el último nombre que se han puesto a sí mismos los nazis. A tiempo están de rectificar.

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