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Hace unos cuantos artículos les comenté mi hipótesis de que alguien cobra pluses por inventarse nombres rimbombantes para los planes napoleónicos del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Un funcionario del MCYT me recriminó amablemente, pues según él hay funcionarios que funcionan, y quien mete la pata suele ser el político que ordena y manda. No le falta razón, y acepto la corrección.

Ahora bien, nuestro cobrador ministerial de pluses parece que se ha pasado al sector privado, porque el nuevo plan Birulés de alfabetización es un híbrido raro entre proyecto gubernamental y subcontrata (ahora lo llaman externalización). Hace un mes nos presentaban el programa "Internet en las escuelas". Bienvenidos ahora al plan "Internet para todos". Se plantea como un gran programa de movilización social (no ser rían, que lo dicen muy en serio) para introducir en el mundo Internet a un millón de personas. Por quince euros de nada, el analfabeto digital recibirá 15 horas de formación, un manual y un CD-Rom con el curso.

Puede usted elegir tres niveles: básico, medio y avanzado. El nivel básico comienza con "Introducción al trabajo con el ordenador: qué es un ordenador, cómo se pone en marcha, qué elementos tiene, qué es Windows..." Los usuarios de Linux y Mac, que se busquen la vida por otro lado, claro. Supongo que les enseñarán a darle al botón de encendido (cosa que ya sabe hacer mi hijo de quince meses, por cierto), y a no confundir la bandeja de CD-Rom con un posavasos.

Claro que los organizadores tampoco se van a matar. Lo primero que hacen es avisar de que Internet para todos (tras lo que ponen el simbolito del copyright) no pretende constituir una fuente de información exacta y actualizada, puede contener hipervínculos a páginas externas sobre las que declinan toda responsabilidad (¿preparándose para cuando venga la LSSI a pedir cuentas, tal vez?) y el material que se presenta "no pretende suplir, ni servir de base para el asesoramiento profesional". Vamos, que el que quiera un curso en condiciones que se vaya a Harvard, que aquí no estamos para virguerías.

¿Y quiénes dan esos cursos? No el MCYT. La tarea se ha confiado a una entidad privada llamada Cadmo, quienes a su vez contactan con las academias y escuelas que quieran participar en el proyecto. Y no asumen responsabilidad alguna sobre la información de su curso, pero sí que se preocupan de lo suyo. Si intenta usted entrar en la página web de Cadmo, su ordenador va a tragar más cookies que el monstruo de las galletas. Por supuesto, prometen por sus niños que los datos personales que les demos sólo los usarán para prestar servicios y hacer promoción.

Eso mismo decían Amazon y Doubleclick. El problema es que las políticas de privacidad pueden cambiar de un día para otro. El caso es que van a hacer el negocio del siglo: se aseguran un contrato millonario, junto con la publicidad que ello supone, y tendrán una base de datos de un millón de nuevos internautas que valdrá su peso en oro. Ah, por cierto, los patrocinadores de este nuevo plan son Telefónica, BBVA y Microsoft. Empresas que, como todos sabemos, jamás soñarían con aprovecharse de la situación. Manda huevos.

Pero esperen, que esto se va a poner cada vez mejor. Además de formarnos en Internet durante quince horas, nos darán ¡un carnet de internauta! Aunque más bien tiene el aspecto de un carnet del Club Disney, lo podremos adjuntar a nuestro currículo como "una formación y destreza añadida a las que ya poseas" (os he dicho que no os riáis, leñe). Es lo que estaba yo deseando. Ocho años navegando por la Red, y por fin voy a tener un carné oficial de internauta.

Lo que ya me ha matado ha sido la sección "galería de imágenes". Me imagino fotos de los organizadores, las aulas, presentaciones de prensa... ¿y qué me encuentro? ¡Doce dibujos de un ratón! "Nicolás, la mascota de Internet para todos": Nicolás policía, Nicolás tocando la gaita, Nicolás en la hamaca... Quiero creer que alguien ha cogido la carpeta equivocada y lo que han puesto en marcha es el programa "Internet en las guarderías". Porque o eso, o el MCYT está regido por retrasados mentales. Quién sabe, a lo mejor están siguiendo literalmente a Groucho Marx en Sopa de Ganso: "este mapa podría entenderlo un niño de ocho años. ¡A ver, que me traigan un niño de ocho años!"

Y de la presentación de este plan, mejor hablamos otro día, porque no tiene desperdicio. Mientras tanto, dense un garbeo por www.internetparatodos.es, pero no olviden su escudo anticookies. Saluden a Nicolás de mi parte.


Arturo Quirantes edita la página Taller de Criptografía.

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