Como en la b-movie de 1989, los aficionados vitorean "Nun Tsu Kao" –"Gran Guerrero Blanco"– al más débil para intentar llevarlo en volandas hacia las mieles del éxito. Aunque aquí la película puede tener otro final bien distinto.
Me viene a la memoria la historia de esa cinta cutre llamada Kickboxer para compararla con lo que puede ser el relato del pulso final de la lucha por el campeonato liguero. El tropiezo del Barcelona en el derbi de Cornellá y la victoria frente a un inoperante Valencia en el Bernabéu, han llevado al Madrid a volver a creer en sus posibilidades y, de paso, a tapar las bocas de quienes ya daban el título sentenciado en favor de los catalanes. De mortecino, besando la áspera y mugrienta lona, el bloque madridista ha pasado a levantarse vigoroso para volver a presentar batalla. Como en la b-movie de 1989, los aficionados vitorean "Nun Tsu Kao" –"Gran Guerrero Blanco"– al más débil para intentar llevarlo en volandas hacia las mieles del éxito. Aunque aquí la película puede tener otro final bien distinto.
Son vítores que pesan como una losa en siniestros personajes como Luis Racionero que, tal vez sólo por llamar la atención en la soledad de su senectud, se empeñan en considerar que José Mourinho es mejor entrenador para el Barcelona que Pep Guardiola; en dar ya por campeón al equipo catalán pese a que aún debe jugar en fortines como los de El Madrigal o el Sánchez Pizjuán; en definir "como histérico locutor (...) que ahúya (sic) cuando CR9 hace dos bicicletas" a un periodista deportivo que, en ciertos mentideros, ha confesado abiertamente su barcelonismo, o en los mismos "racioneros" que disparan sin tregua sus dardos envenenados contra quienes no comulguen con sus tesis delirantes. Pero, ¿para qué seguir haciendo leña del árbol caído?
El 16 de mayo –tal vez una o varias semanas antes- se conocerá el nombre del campeón de Liga. Aunque el Barcelona continúa siendo favorito al tener un punto de ventaja más el goal-average particular con el Real Madrid a favor (1-0 en el Camp Nou y 0-2 en el Bernabéu), los blancos han recuperado las opciones que muchos se habían empeñado en negarle. Y éstos se amparan en la historia de las grandes remontadas, como el campeonato conquistado en 2007 con Fabio Capello al mando, para salvar una campaña aciaga y, de paso, congraciarse con una afición que ha puesto las cabezas de muchos miembros de la plantilla, cuerpo técnico y directivo en la picota.
¡Que tiemble la bestia azulgrana porque "Nun Tsu Kao" ha vuelto!
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