Una joven enfermera de 27 años moría este lunes como consecuencia del brutal ataque de cinco perros de pastoreo en un camino de concentración que une las localidades zamoranas de Roales del Pan y La Hiniesta. Los canes, tres mastines y otros dos perros de carea, estaban sueltos y sin supervisión. El dueño, que se ha negado a declarar ante el juez, podría enfrentarse a una acusación de homicidio imprudente. La Guardia Civil, por su parte, continúa con las pesquisas para conocer las circunstancias en las que se produjo el suceso.
¿Por qué estos perros, cuya misión es cuidar el rebaño de una explotación ganadera cercana, decidieron atacar? Esa es la gran pregunta. La lógica nos lleva a pensar que reaccionaron ante algo que consideraron una amenaza. El alcalde de su Roales del Pan, el pueblo donde la fallecida vivía con sus padres, cree saber la respuesta. David García asegura que el comportamiento de los animales está cambiando debido a la "desmedida población de lobo" en el municipio.
Los perros tienen "sus instintos", ha explicado, especialmente cuando son de campo y tienen "un trabajo extra" debido a la proliferación de la fauna salvaje de la zona, como es el caso. "Aquí tenemos una fauna salvaje mucho más fuerte, sobre todo hay lobos", añade, "y el lobo altera el normal comportamiento de estos animales". No obstante, el primer edil reconoce sentirse extrañado por la forma en la que los perros atacaron a Arancha. Algo que tiene asustada a los vecinos de Roales del Pan, un pueblo de apenas 1.000 habitantes.
Varias hipótesis
En al jornada de ayer, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, aportó un dato que podría ser relevante para la investigación: entre los perros de la explotación ganadera que atacaron a la joven había dos cachorros (de menos de un mes de edad) de una de las hembras. De ahí que empezara a manejarse la posibilidad de que este hecho tuviera algo que ver con el origen del suceso. Es decir, que los animales actuaran para en defensa de las crías de lo que algo que interpretaron como una amenaza.
La Guardia Civil, de momento, no se inclina por ninguna hipótesis. En declaraciones a Libertad Digital, fuentes cercanas a la investigación insisten en que "la única testigo es la fallecida" y eso "complica que podamos llegar a conclusiones tan pronto". De momento, no han querido tomar declaración a la madre de la víctima, que está recibiendo asistencia psicológica desde que se produjeron los hechos. "Por humanidad, tenemos que esperar". Pero siguen trabajando para intentar a aclarar por qué atacaron los perros, que estaban "a 50 metros del cercado del ganado".
¿Ataques anteriores?
Una vez se ha producido el fatal desenlace "muchos dicen ahora que si los perros les hicieron o les dejaron de hacer", nos explican las mismas fuentes. "La Guardia Civil sólo tienen constancia de dos denuncias sobre el pastor, en 2016: una porque los perros mordieron a otro perro y otra porque se abalanzaron a unos ciclistas, sin que les mordieran ni les hicieran nada", señalan.
"Esto es lo que está por escrito y eso es lo que vale", advierten. "Ninguno de los que hablan ahora han puesto los hechos en conocimiento de la Guardia Civil". En cualquier caso, lo más importante de todo es las denuncian previas no están relacionadas con los canes que mataron a Arancha. "No son los mismos perros", aseguran, "lo hemos comprobado y su nacimiento es posterior a 2016".