Hace unas semanas conocimos que el brasileño Rodrigo Ribeiro da Silva se había convertido en el nuevo guía espiritual de las hermanas clarisas de Belorado que se adhirieron al cisma -promovido por la exabadesa del convento, Laura García de Viedma- y fueron excomulgadas el pasado 22 de junio. Las exreligiosas buscaban sustituto/s después de deshacerse de los miembros de la Pía Unión de San Pablo Apóstol -el falso obispo Pablo de Rojas y el conocido como el cura coctelero, José Ceacero-, a los que echaron del cenobio a finales de junio.
Tal y como entró, Da Silva salió del Monasterio de Nuestra Señora de Bretonera. Por eso, se rumoreó que pudo haber acabado como los de la Pía Unión (con los que comparte creencias y tendencias), por posibles desavenencias con la lideresa de la comunidad cismática. Sin embargo, según ha explicado él mismo en una reciente entrevista concedida a un canal sedevacantista que habitualmente usa como altavoz -llamado Controversia Católica-, él asiste a las hermanas pero no es capellán, "tenemos otros padres que se ocupan de eso".
Están haciendo una "rotación" con aquellos que se pueden ocupar "al 100% del proyecto". Él "como obispo" está muy ocupado "al frente de las misiones, fundando capillas, etc...", ha dicho. Como publicamos en este periódico hace unos días, habría una especie de entente sedevacantista acompañando espiritualmente a las antiguas clarisas, que rompieron con Roma el pasado 13 de mayo con la publicación de su "manifiesto católico" y se mantuvieron en su postura a pesar de los continuos llamamientos del Arzobispado de Burgos a que volviesen al seno de la Iglesia.
La semana pasada supimos que el último capellán que ha entrado en Belorado, al menos de momento, es el argentino Sergio Casas Silva. Es juez de boxeo y experto en preparación de mate (ganó un concurso nacional en 2017). Es decir, se trata de otro personaje pintoresco que sin embargo defiende los valores católicos tradicionales. O ese es el discurso que mantienen todos estos prelados que no son reconocidos por la Iglesia católica pero que viven como si pertenecieran a la misma. Más allá de las críticas al papa Francisco -en realidad rechazan a todos los posteriores a Pío XII-, se caracterizan por luchar contra la modernidad, a la que identifican con Satanás.
¿Quién es Da Silva?
El falso obispo al que se han unido las exreligiosas de Belorado es el brasileño Rodrigo Henrique Ribeiro da Silva. Un sedevacantista declarado (considera que la sede de Roma está vacante desde la muerte de Pío XII y todos sus sucesores son usurpadores, de ahí el nombre) que dice defender los valores de la verdadera Iglesia católica. Algo curioso teniendo en cuenta que no cuenta con las credenciales que le convierten en prelado de la mencionada institución.
Según recoge la web de la Sociedad (y seminario) San José -de la que Da Silva es fundador- comenzó a prepararse para el sacerdocio en 2006 y fue ordenado el 23 de diciembre de 2017 por el obispo Richard Williamson. Otro cismático. Es decir, no reconocido por la Iglesia católica. De la misma manera recibió la consagración episcopal -el 29 de agosto de 2021- a manos del sedevacantista estadounidense Daniel Dolan. Otro obispo fake.
En cualquier caso, lo cierto es que Rodrigo Ribeiro da Silva es un referente para los seguidores de esta corriente tradicionalista (el sedevacantismos) que parece estar en pleno proceso de crecimiento. Según presume en las entrevistas y en las misas que oficia colgadas en Youtube, el falso obispo brasileño viaja constantemente por el mundo para atender a religiosos que han contactado con él.
Expansión sedevacantista
"Hemos recibido peticiones de varios países como Rusia, Polonia y Alemania, varios países de América Central, Costa Rica...", asegura en una entrevista de más de dos horas publicada hace unos días en el canal Controversia Católica. "Si Dios quiere el año que viene nos expandiremos en España, pero España es pobre en vocaciones", señala.
"Tengo una lista de entre veinte y treinta sacerdotes españoles para visitar, para conversar... Quieren abandonar sus diócesis porque no aguantan más (comulgar en la mano, la gente mal vestida, las herejías, la teología de liberación, bendición de los homosexuales….", destaca. "Quieren salir fuera de esa secta diabólica", insiste, "el modernismo es algo satánico".
Da Silva afirma que en Europa tiene "muchos contactos con benedictinos, cistercienses y otras muchas órdenes religiosas que están queriendo salir inmediatamente y que apoyan a las clarisas". Sobre ellas habló también extensamente en la misa que ofició en México el pasado 11 de septiembre, fecha en la que la Iglesia Católica celebra el día de los santos mártires Proto y Jacinto, perseguidos por el emperador Valeriano en el siglo III.
Las mártires de Belorado
En ese contexto, el falso obispo brasileño explicó a los presentes que acaba de llegar de un largo viaje "a EEUU, España y Francia, donde colaboramos con los fieles que están allí". "La persecución que sufren es grande", exclama, "sobre todo en España con la salida de las monjas clarisas de Belorado, con el abandono del modernismo". "Causó un odio grande", sentenció.
"Antes asesinaban el cuerpo, ahora asesinan la reputación", según él. Lo hacen con la colaboración de los medios, difundiendo "falsas noticias". "Así que, si uno quiere seguir a Cristo, tiene que aprender a sufrir esas persecuciones", advirtió. "Hoy los mártires van a ser los que abandonan esta falsa religión del Anticristo, que es la falsa Iglesia moderna, la Iglesia conocida como Iglesia conciliar. Esta falsa Iglesia que nació del Concilio Vaticano II".
"Todos los católicos que renuncien a esta falsa Iglesia, a esta Iglesia globalista que prepara la llegada del Anticristo, serán perseguidos. Nosotros también", dijo a los fieles congregados ante él. "Sabemos que no va a ser fácil", reconoció al tiempo que les animó a perseverar "en el buen camino, en el buen combate". "Es una guerra espiritual contra las potestades espirituales que no vemos, contra los espíritus caídos".