Muy emocionada, estuvo la artista durante el homenaje que se le ha rendido por los 65 años dedicada a la danza, donde a lo largo de su extensa carrera ha obtenido muchos éxitos en todo el mundo.
A María Rosa se le veía feliz, algo nerviosa en el Teatro Fernán-Gómez donde tuvo lugar el acto. Como ha sido siempre habitual en ella, atendió a todos los medios, la verdad es que da gusto hablar con verdaderas estrellas. "Estoy feliz por lo arropada que me siento, han venido mi familia, muchos amigos, y lo agradezco mucho".
La artista hizo un breve repaso de su vida, recordando los mementos más importantes, como el nacimiento de su hija Patricia, la pérdida de su madre, o el día que le concedieron La Medalla de oro de las Buenas Artes.
María Rosa es una mujer que aparte de destacar por su arte, siempre ha demostrado gran interés por la moda, por ese motivo para la ocasión no podía estar más elegante, con un traje azul bordado y una chaqueta de Channel, y sandalias con gran tacón plateadas.
En el hall del teatro había expuestos trajes con los que ella actuó en diferentes ocasiones, y en el transcurso del acto se proyectaron fotos e imágenes de toda su carrera, una entrevista con el Gran Maestro Antonio, fotos con el que fuera su marido, el torero colombiano Oscar Cruz, que falleció en accidente de coche hace casi 30 años diferentes actuaciones como la de Lola greco, Rafael Amargo o Merche Esmeralda entre otros.
Un gran número de amigos, quisieron estar junto a la artista en un día tan señalado para ella, como Carmen Sevilla, Concha Márquez Piquer, con su marido Ramiro Oliveros, recordar que María Rosa, fue la primera bailarina de Doña Concha Piquer, y bailó con ella por todo el mundo, Nati Mistral, Rosa Valenti, Marlí Coll, Maruja Díaz, Enrique Cornejo, y su novia Mamen entre otros
Juncal Rivero fue la encargada de presentar el acto, mas de 80 bailarines interpretaron piezas que la protagonista de la noche bailó a lo largo de su carrera.
Una vez concluido el acto, se organizó una cena que duró hasta la madrugada en un conocido restaurante de Madrid, donde cantaron y bailaron sevillanas, lo pasaron estupendamente y a la hora de pedir la cuenta, se quedaron de una pieza cuando vieron que Maruja Díaz se había ido sin pagar. Hace falta tener poca vergüenza, y luego se enfada cuando se le llama tacaña.
Por lo demás todo estuvo perfecto y sobre todo mi querida María Rosa, estuvo feliz. Enhorabuena.