De las pocas veces que se ha visto a la duquesa de Montoro durante el verano, en gran parte de ellas ha sido en compañía de su madre, la duquesa de Alba. Eugenia se ha refugiado en su madre después de los últimos acontecimientos ocurridos con su exmarido y el pleito que mantienen por la custodia de Tana, la hija de ambos.
Hay que recordar que para doña Cayetana su hija Eugenia siempre ha sido la favorita y no dudó ni un solo instante en darle todo su apoyo en la lucha que mantiene con Francisco Rivera.
De sobra es sabido la gran afición que siente la aristócrata por los toros y este año habrá una gran ausencia en la tradicional corrida goyesca de Ronda que organizan todos los años los hermanos Rivera. Doña Cayetana no piensa poner un pie en la plaza y de esa manera demostrará el rechazo que siente por el que fuera marido de su hija. Ya no quiere saber nada de él y lo ha apartado de su vida de un plumazo.
En la actualidad no queda otro remedio que esperar y ver cuáles van a ser las medidas cautelares que dictamine el juez y por fin saber si la nieta de la duquesa estudiará el próximo curso en el Instituto Británico en Madrid, donde siempre lo ha hecho, el mismo en el que estudió su madre, o por el contrario se trasladará a Sevilla a vivir con su padre, como es su deseo.
Los próximos meses van a ser duros para todos ya que la relación civilizada que mantenían a día de hoy es inexistente. El presente curso está a punto de comenzar y, tanto para la hija como para la madre, no les va a resultar nada fácil, aunque lo más normal seria llegar a algun tipo de acuerdo y así evitar tener que recurrir a los jueces. Sería mucho más cómodo y agradable para todos.