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Katy Mikhailova

Enamorando con diamantes

La empresa Toro Watch reivindica los valores nacionales y Esperanza Aguirre se luce sus relojes en algunos debates.

La empresa Toro Watch reivindica los valores nacionales y Esperanza Aguirre se luce sus relojes en algunos debates.

El oro encarece y la cifra de matrimonios desciende cada vez más. Durante el primer semestre de 2011, el número de parejas que contrajeron matrimonio cayó un 5,7% más con respecto a las mismas fechas de 2010, según el INE. Desde 2007 la tasa bruta de nupcialidad disminuye considerablemente. La crisis económica detiene a los españoles a la hora de contraer matrimonio.

Y, aunque un diamante sea para siempre –tal como dice el eslogan de De Beers -compañía que controla más del 40% de la producción de los diamantes en calidad de intermediario para vender en bruto el mineral a diferentes empresas- esta idea de eternidad no parece que funcione en los tiempos que corren. Una frase tan simple, pero tan certera a la vez, conseguía hace años que un país como Japón se sumara a la tradición de la pedida de mano con un anillo de compromiso.

Pero una crisis económica como la que sufrimos en estos momentos hace que al tratar estos temas parezcamos frívolos y superficiales. Sin embargo, no deja de ser una industria en la que España cada vez se involucra más, empleando como muestrario para los clientes la feria Iberjoya que se celebra en IFEMA desde el pasado martes 11 hasta este domingo 16 de septiembre.

Toro Watch, reivindica el valor nacional

Los joyeros y las empresas especializadas en este sector se pelean por ganar clientes a toda costa. Unos, usando caras conocidas como imagen de su firma; otros, a través de la industria del vino. Entre oro blanco y oro amarillo –o la moda del oro rosado-, veíamos algunos que intentaban atraer al cliente a través de circonitas de plástico que a priori brillaban como verdaderos diamantes; éste era el caso de unos cordobeses que parecían estar perdidos en medio del recinto y que pensaron que éramos un blog de moda cuando les nombramos Libertad Digital –aunque tampoco sirvió de mucho mencionar a Federico, Luis Herrero o César Vidal-, los muy campechanos sólo pudieron añadir que eran de Córdoba, a modo de excusa.

Pero anécdotas aparte, entre todos los stand de joyas y relojes, sin duda alguna el que brillaba con luz propia sin necesidad de recurrir a diamantes era el de Toro Watch del Grupo Ayserco. Adolfo Arroyo, su director, con esa chispa que le caracteriza, mostraba feliz esos relojes cuya esencia es inconfundible. Toro y bandera española. Ahora que la crisis se avecina nuevamente entre tanto independentista catalán, y ahora que España parece perder ligeramente su orgullo por el miedo a una intervención europea, es el momento en el que se necesita reivindicar aquella simbología que nos mete a todos en el mismo saco: España. Y no sólo la que gana los mundiales.

Esperanza Aguirre es para Toro Watch, lo que Marilyn Monroe para Chanel nº5: ¡la mejor embajadora! Y no había más que ver a la presidenta de la Comunidad de Madrid destrozando verbalmente a Tomás Gómez el pasado 12 de septiembre en el Debate de la Región. Vestida con un traje total look blanco, con camiseta en acabado péplum, destacaba ese reloj de correa rojo+amarillo+rojo de la firma dirigida por Adolfo Arroyo, mientras ridiculizaba, con total lógica, el intento de demagogia y espectáculo –muy socialista- de Tomás Gómez, quien intentaba hacer magia con una especie de "espejo" metafórico que representaba su tableta electrónica.

Diamante, símbolo de amor y confianza

O así es cómo lo define Dilip Metha, presidente de Rosy Blue –otra compañía de diamantes y joyas-. "Los diamantes son símbolos de amor, y además su certificación da a los consumidores la confianza y la información para comparar y elegir mejor" –afirma el experto de diamantes en una entrevista concedida para el libro Secretos de Lujo- "una pieza de joyería bien trabajada y diseñada... atrapa los sentimientos más profundos que se ligan a él para siempre". Y hay que admitir, por muy machista que suene, que un número importante de mujeres han llegado a aceptar contraer matrimonio por culpa de un espectacular anillo de compromiso, por muy triste que esto parezca. Ya lo explica bien aquel chiste del hombre que va a una farmacia en busca de una especie de "Viagra" para mujeres; a lo que le contesta la farmacéutica con el consejo de que vaya a la joyería de al lado y pruebe suerte ahí. Aunque, siendo más serios, el coste de la celebración de una boda suele oscilar entre los 10.000 y 15.000 euros. Y tal como estamos ahora, muchos no se atreven a dar el paso por el precio que les podría suponer.

Romalyn diamantes, otra de las firmas que tiene su espacio en Iberjoya, proponía un diamante de compromiso cuyo interior se compone de ocho corazones, ni más ni menos, debido a la forma en la que se ha tallado el diamante. Una fórmula innovadora de atraer a los clientes. Además, esta empresa ofrecía a los visitantes de la feria probar su rico cava compuesto de oro –como si estuvieran los tiempos para bebérnoslo, aunque hay que reconocer que tenía un sabor único-.

Y, para cuando se tenga hijos, las joyas de la firma Anguita proponía una gran variedad de pendientes, pulseras, collares, muchos de los cuales que también cuentan con un discreto diamante. Y no todo era para los más pequeños.

En cualquier caso, no podemos culpar a la crisis del bajón de la tasa de nupcialidad pues cada vez es más evidente que la tradición que se tenía antaño de contraer matrimonio se está perdiendo. Podríamos hablar de no sólo una crisis económica sino de una crisis de valores en los que el matrimonio como mayor manifestación de amor parece haber perdido valor.

En cualquier caso, nos podemos seguir preguntando: ¿se habría atrevido Gordillo a entrar con seis carros en la feria para llevarse zafiros, esmeraldas, rubíes y diamantes?

En Chic

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